15', 10', 5', 3', 2'... Sonó el timbre y se tensaron.
Miraron por las ventanas antes de bajar: no había nadie, las luces de los alrededores estaban apagadas y no había un alma fuera. Bajaron con la mochila y las escondieron cerca por si acaso. Trazzy empezaba a coger práctica en todo aquello, aunque se había desmoronado ya varias veces.
El timbre volvió a insistir y no le dieron más demora. Abrieron y allí estaba ella, la pobre chica asustada con expresión cautelosa y mirando hacia todos los lados con ojos de cachorrito. Estaba temblando, parecía que en cualquier momento iba a ponerse a llorar.
Entró rápidamente. Las cortinas estaban cerradas, la persianas bajadas, las luces apagadas a excepción de dos lamparitas de mesa. Cerraron la puerta y la chica suspiró aliviada y se quedó mirando el sofá.
-Puedes sentarte si quieres -se apresuró a decir Trazzy- eres Angie, ¿verdad?
La chica la miró y, con cautela, se sentó en el sofá y asintió. Los dos se sentaron a su lado, juntos y dejando algo de espacio para no presionarla.
-¿Qué sabéis? -pregunto despacio y en voz baja.
-Antes de darte ninguna información, ¿cómo sabemos que podemos confiar en ti? -se le adelantó Trent a si novia que iba a responder sin pensárselo dos veces.
A la chica se le humedecieronc los ojos- ellos... Ellos lo vieron hablar con vosotros..., se que Noa os dijo nada, yo le creía pero -la lágrimas empezaron a salir de sus ojos a borbotones- ellos, sin embargo, no se lo creyeron y-y...
-Y lo mataron ¿verdad? Todos el pueblo lo sabe y nadie hace nada.
Angie tan solo asintió y Trazzy se permitió abrazarla. Se desahogó en su hombro y entonces continuó- ahora ya lo sabéis, no quiero acabar como él por estar aquí. ¿Vais a ayudarme?
-Sí -afirmó Trazzy- queremos irnos, puedes venirte con nosotros. ¿Sabes de algún lugar para salir, de algún sitio?
-Sí, detrás de la granja, hay un gran montón de paja tapado con una manta. Nunca se toca, esconde una pequeña salida, pero es muy embarrosa y, además, es peligroso salir. Me he subido a la vallas. Fuera hay... -paró de hablar como si contarlo no fuera lo mejor. Lo que debía hacer.
-¿Qué hay? -la animó Trazzy-
-Si os lo digo no me vais a creer...
Trent miró a su novia y ella lo miró a él- ¿cómo llegaste aquí? -le preguntó entonces.
-Nací aquí, llevo aquí toda mi vida y no sabéis lo que son capaces de hacer por que la gente se quede aquí, si alguien quiere salir lo matan, si dudan lo más mínimo de la confianza de alguien, lo matan, y así con todos. Aparentamos ser gente normal pero aquí todos están con todos, todos somos hijos de todos.
-¿Quieres decir que... -Trazzy, dejó la pregunta en el aire, no quería incomodarla.
-Sí, todos se han liado con todos alguna vez, y cuando nosotros cumplamos los dieciocho nos tocará queramos o no queramos... Keithan y yo estábamos saliendo -habló, esta vez entre sollozos- las parejas no son obligadas a hacerlo si no quieren pero... si estas sola..., en fin, te obligan.
-El caso es que nosotros venimos de otro lugar, y para llegar aquí hemos tenido que pasar por cosas que ni imaginarías en tus peores pesadillas, hemos visto cosas que no creíamos que existiesen así que... puedes contárnoslo.
-Hay... hay como personas, pero no lo son... están muertas pero vivas y... se comen todo lo que se mueve... las he observado, no ven, solo escuchan y huelen, es... raro. Pero estoy segura de que si salimos estaremos más muertos que aquí.
-Y... dime, ¿parecen estar medio podres? -le preguntó Trent, pensando que podría ser algo que habían creído ficticio. Lo confirmó cuando Angie asintió, después de todo no era tan descabellado. Si echaban la vista atrás habían pasado por innumerables cosas que jamás esperaban pasar- zombies... -susurró- pensadlo. Trazzy después de todo... No es raro...
-Es verdad y a los zombies se les mata en la cabeza... Pero no creo que, ya sabes, podamos...
-Ya, tranquila -la rodeó por los hombros- no tendrás que hacer nada que no quieras. Volvió su atención a Angie que los miraba con añoranza- ¿son rápidos o lentos?
Son-son lentos, pero aún así... Si alguien se entera o desconfía nos matarán -replico ella.
-Hay que intentarlo, no podemos quedarnos aquí, de brazos cruzados. Eso solo empeoraría las cosas. Estaríamos cavando nuestra propia tumba y ya no habría vuelta atrás.
Trazzy apoyó su cabeza en el hombro del chico y Angie se levantó- yo... Debo irme ya, alguien podría notar que no estoy. Volveré mañana.
-Esta bien, pero necesitamos conseguir armas. ¿Sabes si aquí hay? -preguntó, de nuevo, Tren.
-En la armería, pero esta cerrada bajo llave... Costará conseguirla -se lamentó- hasta mañana -fue lo último que dijo antes de salir por la puerta con mucho cuidado de que no la vieran.
Volvían a estar solos, ambos los dos juntos, pero solos a la vez.
Trent notó en su novia preocupación, tensión y sobre todo miedo. Estaba asustada y era de esperar. Aquello volvía a superarlos, todo era demasiado y quiso hacer que ambos se olvidaran de los problemas.