Las horas pasaron lentas, como si el día estuviese perezoso y el sol no quisiera salir. Poco a poco amanecía y ellos, cansados, pararon al lado de un pequeño río, bebieron, tomaron algo y se sentaron a descansar.
Trazzy no aguantó más y se puso a llorar. Primero fueron lágrimas silenciosas y húmedas, más tarde pequeño sollozos y, finalmente, se desahogaba en el pecho de su novio. Aquello sí que había sido demasiado. ¿Tanto era un lugar seguro dónde vivir?
Una vez hubo terminado se quedó allí refugiada, segura en los brazos de Trent. Estar allí se sentía tan bien..., era como estar en casa y estaba a salvo, mientras estuviera con él, y el con ella siempre lo estarían.
-¿Y ahora qué se supone que vamos a hacer? -se atrevió a preguntar.
-Salir adelante y sobrevivir. Juntos -le respondió el chico besando su lacia cabellera.
-Juntos -repitió ella en un susurro que él pareció oír ya que asintió con calma- te amo.
-También te amo -repitió se querido novio antes de besarla vehementemente.
Ambos se miraron y comprendieron que ese era el comienzo de una nueva historia juntos: su verdadera historia.