Una semana paso y todos ahora estábamos como locos por festejar el queridísimo año nuevo. Me sorprendí que pese a todo Dylan no se haya marchado, se supone que estas épocas pasas con tu familia, vives y compartes. Pero el decidió quedarse conmigo.
¡Sorprendente pero cierto!
Y me la pasé genial, le mostré cosas de Alaska y él me hablo de los proyectos en los que estaba trabajando, caminamos mientras nevaba y me presto su abrigo en mas de una vez, compartimos cosas y de apoco nos fuimos conociendo.
Se que sus papas murieron y el con sus otros tres hermanos se hicieron cargo de la firma de arquitectos, el al ser el menor se encarga de lo mas fácil, según él, pero para mi lo que hace es imposible de hacer. El mayor de sus hermanos tiene 30, el otro 27, el otro 25 y Dylan 24 y ya todo un arquitecto de renombre.
Yo por mi parte le conté que mis padres son separados y que su ruptura no fue nada amigable, que cada uno decidió hacer su camino por diferentes lados y en parte se olvidaron de que tuvieron una hija en común, bueno digo ya no soy una niña para que estén pendientes de mi pero una llamada no hace daño.
Con mis mejores amigas me la pase genial, no puedo negar que ellas llegaron para alumbrarme todo el camino y sin duda sin ellas estaría en la perdición, pero nosotras somos el pilar de la otra y todas nos levantamos juntas.
Mis abuelitos, son mis papas, y los amo demasiado, amo compartir con ellos y que ellos compartan conmigo, me encanto ir a buscar leña, aunque sea por pasar el tiempo y aprender las recetas de cocina con mi abuelita, las mejores sin lugar a duda.
El año paso volando y ahora solo estoy mirando al cielo desde el patio que sigue nevado al lado de mis mejores amigas y Dylan con mis abuelitos a la otra esquina a pocos segundos de decirle adiós a otro año mas.
¡Uno de mas de no se cuantos!
–Diez…nueve…ocho…siete... seis…cinco…cuatro…tres...dos…uno...!Feliz año nuevo!—todos saltamos y gritamos a la vez. Tan entusiasmada estoy que al primero que le doy un abrazo es a Dylan, eso lo toma por sorpresa, pero igual me estruja en sus fuertes brazos.
—Feliz año pequeña—sin verlo venir junta sus labios con los míos, me besa dulce y tiernamente. Dios se que debo parar esto, pero no puedo. Quiero que me bese mas.
—Feliz año Dylan—digo cuando logro separarme, él me sonríe y comienzo a darles abrazos a los demás que nos miran expectantes.
Después de eso compartirnos una semana mas hasta que como vinimos nos regresamos a Washington, en el avión de Dylan. Con Dylan las cosas fluyeron de las mejores formas posibles y creo que no pude conocer a alguien como él después de intercambiar números nos mantuvimos en contacto y hasta nos hicimos mas que amigos.
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Editado: 25.12.2020