Al despertar me di cuenta al instante que mi cuerpo había sido atropellado por un tren. El tomar ese somnífero provocó que cierre mis ojos, pero mi cuerpo no descansó para nada bien.
Comienzo mi rutina matutina y escucho como alguien toca la puerta de mi habitación. Cabe aclarar que mi habitación es solo para descansar, es demasiado pequeña a lo que siempre debo saber en dónde pisar para no caer. Todos me preguntan… ¿Por qué no vas a tu casa, para descansar? Pues mi casa queda a dos horas de aquí y mis ganas de ir y volver son pocas. En camino de abrir la puerta, piso mis llaves que se cayeron de mi bolsillo. Maldigo para mis adentros y las levanto sin más. Con mi cabello hecho trizas y mis demonios fuera, abro la puerta. Sus orbes azules se encontraron con los míos y mi cuerpo no tuvo reacción alguna, solo quedé como un tonto observándola.
– ¿Qué haces aquí?-pregunto un poco nervioso al notar que me quedé como un idiota viéndola.
– Buenos días-comenta normal ¿Cree que es normal aparecer en mi habitación?-solo quería saber cómo estabas-agacha su cabeza como es de costumbre.
Tomo su antebrazo y la adentro a mi habitación sin siquiera preguntarle. No quería que nadie la vea por los pasillos y menos caminar hacia mi cuarto. La observo un buen rato y ella solo contempla el lugar.
– ¿Cómo saliste de tú habitación?-interrogo y ella solo me ignora-Lila-su nombre salir de mi boca sonó un poco extraño. Mi voz era ronca y fría. Nunca le había hablado así a ningún paciente…o al menos a ella.
– Lo lamento-fue lo único que dijo e intentó irse, pero no se lo permití-no quiero molestarte, lo lamento-su voz parecía que en cualquier momento iba a quebrarse. Creo que fui muy duro con ella-debo irme, no quiero…-la interrumpo tomando su rostro, atrayéndola hacía mí, como ya se hizo costumbre hacer eso, la beso. Sus labios estaban húmedos y suaves. Ya desde la mañana experimentar estos cosquilleos me hace daño. Pero se han vuelto demasiado adictivos sus labios.
Ella posa sus manos alrededor de mi cuello atrayéndome más a ella, provocando que se intensifique el beso. Quitó sus manos de mi cuello y tomó las mías para colocarlas en su cintura. Yo obedecí sin darme cuenta, no sabía lo que estaba pasando. Quería creer que era un sueño, pero todo se fue al barranco cuando ella comenzó a elevar mi camisa. Hizo que abra mis ojos y la aleje levemente. No dijimos nada y solo nos observamos. Un silencio incómodo invadió el lugar, hasta que ella decidió romperlo.
– Lo lamento, no debí…-antes de decir algo más, se largó. Se fue. No sé qué está pasando en estos momentos con todo esto. Siento que voy a enloquecer…Ella solo necesita cariño.
Salgo de mi habitación y no me encuentro con ninguno de mis colegas, ni siquiera con Ralph. Me encamino hacia la oficina del director, nuevamente y al llegar ahí me encuentro con todos mis colegas.
– Justo a tiempo Tyson-la voz de Ralph invade mis tímpanos y ya me irrita.
– Doctor Miller, llega justo a tiempo-asiento ante el llamado del director sin entender mucho-tus colegas han propuesto un viaje de tres semanas, como el año anterior no tuvieron vacaciones, quiero que disfruten el tiempo perdido-¿Vacaciones? Sí, claro.
– Tienes que ir, señor Miller-Bromea Ralph delante del director ¿Ya es todo color de rosas contigo? Ni lo pienses imbécil.
– ¿Ocurre algo, Miller?-Mi mirada fulminante preocupó al director.
– No, director. Solo que me preocupa mi paciente. No puedo dejarla sola.
– Ella va a quedar al mando de la sección B. No tienes de qué preocuparte-necesitaba esas vacaciones, pero a la vez no quería dejar a Lila sola. Aunque pensándolo bien, tal vez a ella le guste alguno de la sección B y pueda trabajar como siempre. Tal vez eso funcione.
– Bien, acepto ¿Cuándo saldremos?
– Mañana-responden todos con una sonrisa. Esto va a ser divertido…
***
Aun no puedo creer que acepté irme de vacaciones con mis colegas. Ni siquiera tuve tiempo de despedirme de Lila. No supe cómo decirle que me iré por tres semanas. Tal vez me olvida, cuando vuelva.
– Oye, Carla-mi colega se voltea a verme ante mi llamado-¿A dónde nos iremos?
– Dijeron que es una ciudad vecina, pero es una sorpresa. Solo el director lo sabe-una sonrisa invade su rostro.
Todos comenzaron a subirse al autobús. Qué bonito, nos iremos en autobús. Me subo y tomo asiento al final, solo. Al ver una figura corpulenta entrar por la puerta del autobús, mi piel se erizó lo mayor que puedo.
– Él es el Policía Baker, nos acompañará en el viaje junto a sus dos colegas-dos personas más entran al autobús. Me estoy arrepintiendo de haber venido a este viaje. Esto no va a resultar nada bien.
Me coloco mi capucha y miro hacia la ventana. Comenzó a llover de la nada. El día estaba un poco triste y ya comenzó a llorar. Siento que alguien se sienta a mi lado, pero no le doy importancia y sigo con mi mirada enfocada en el vidrio completamente mojado.
No he podido sacar a Lila de mi cabeza. En todo el viaje he intentado quitarla de mi mente o al menos mantener mis pensamientos en blanco, pero nada. No sé si a ella le asusta la lluvia, si le teme a los truenos o a los rayos. No puedo dejarla sola.
Temo que me ocurra de nuevo lo que me pasó con Verónica. Nada va a terminar bien si eso pasa. Debo olvidarla…solo debo olvidarla.
– Miller, eres tú-la voz de Baker me hiso fingir que estaba dormido. Lo odio, pero tiene un arma. Regla del día, no odies ni contradigas a alguien que tiene un arma-Miller-me zamarrea esperando a que despierte, pero no pienso hablar con él. Se rinde y unos minutos después escucho sus ronquidos.
Hay demasiados lugares para sentarse y viene junto a mí. Elevo mi cabeza y las luces del autobús son rojas. Enciendo mi teléfono y veo la hora. Las 6:13 AM.
Mi paciencia era poca y decido mandar al grupo de mis colegas en pregunta si alguno tiene el número de los de la sección B. Dudo por unos segundos y envío el mensaje teniendo como respuesta millones de tonos distintos sonando al mismo tiempo. Creo que hubiese sido mejor esperar a llegar al destino. Carla envía un número extraño llamado “Joshua sección B”
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Editado: 15.12.2023