Era un edificio polvoriento y algo espeluznante, nos adentran tramos al lugar—con cuidado—susurro Marcos,-- ¿qué está pasando?--, solo evita hacer ruido alguno-- no entiendo ¿qué hacemos aquí?— Marcos fingió no haberme escuchado.
El lugar estaba oscuro, pero mientras más nos adentrábamos al lugar, se escuchaban ruidos extraños, personas gritando, quejándose, objetos cayéndose. – Muy bien, sepárense—solo eviten distraerse con cualquier cosa, pero yo no poder regresar por nadie, dijo Marcos sin quitar la mirada del frente, todos se separaron en grupos de cinco,-- Alex tu iras con migo--, -- claro, pero antes, ¿qué es de lo que deben tener cuidado?,-- mejor no hagas preguntas y camina--, ¿que tratan de ocultarme?, Marcos solo opto por avanzar sin responder mi pregunta.
Seguimos avanzando, mire todo a mí alrededor, había un pasadizo que llevaba a una zona algo más clara del lugar,-- ¿adónde lleva exactamente ese pasadizo?, -- ese pasadizo lleva al lugar del cual debemos preocuparnos, voltee nervioso y algo excitado por saber qué es lo que podría encontrar al otro lado, cada paso que daba era más lento, mi cabeza estaba tan mareada por el lugar que incluso sentía que lo que estaba viviendo no era real, la oscuridad era como el vacío.
Marcos encendió una linterna-- quédate al lado mío--, los extremos del cuarto estaban degastados,-- un grito del cuarto de al lado , nos dejó paralizados – ¡!corran! alguien grito, -- Alex, empieza a correr, ¡!pero ya!! Dijo Marcos nervioso.
--- ¡!todos corran hacia la zona de encuentro!!—dijo Marcos por una pequeña radio, llegamos a un patio, afuera se encontraban uno de los grupos. —salimos del lugar, embalados casi sin mirar atrás, pero como yo era el único que no entendía lo que estaba ocurriendo en ese instante, voltee a mirar atrás, ¡!pero por dios!! Grite preso del pánico que me había entrado de golpe, una especie de animal tamaño de un piso entero nos estaba siguiendo, no logre ver si era un simple animal raro o solo una ilusión, pero sabía que lo que estaba viendo en ese instante mis ojos no era de este mundo.
Justo antes de adentrarnos a otro edificio, otro de ellos apareció, y empezó a atacar a todos, tenían manos medias extrañas, tenían patas como el de un árbol, y sus manos eran puntiagudas como el de una tijera, estaba despedazando a todos—¡!fuego!! --¡!fuego! gritaban. Pero a pesar del intento, las balas no le afectaban. – ¡! Alex sígueme! grito Marcos, Corrimos hacia una casa.