Carol, estaba cansada, pues el esfuerzo que habíamos hecho fue mucho—Alex debes irte,-- espera antes de irme dime, ¿a que te referías con que no me dejarían escapar?, volteo a mirar los alrededores, y volvió su cabeza hacia mí— hace unos días, algo extraño se apareció en el pueblo, solo logramos ver que era una piedra enorme, brillaba como el arcoíris. —pero era algo que ya habían visto antes, supongo. —no, nunca habíamos visto algo así, pues sabíamos que no era de este mundo, era algo más.
Está bien, entonces buscare la forma de salir de este pueblo ahora,-- bueno, pero ten cuidado—porque después de que callo esa roca, comenzó una especie de virus, que hace que las personas se vuelvan locas, pues terminan suicidándose a sí mismos o matando a los demás. Dijo Carol muy preocupada.
Cargue a mi padre, y avance a las afueras del pueblo, dejando atrás a Carol, pero justo antes de lograr llegar a la entrada del gran pueblo, percibí que la gente empezaba a murmurar entre ellas mientras me observaban,-- ¡!alto hay muchacho! Corrí lo más rápido posible, pero aun así el peso de Julián no me daba una buena ventaja. Corrí sin mirar atrás todo lo posible, mire adelante, logre mirar a un perro viniendo de la parte trasera de una casa, ¡era Sebastián!— ¿qué haces aquí Sebastián?.. Volví la mirada al frente, Carol estaba parada haciéndome señas, las personas atrás estaban paradas viéndome correr, pero cuando parecía que lo iba a lograr, las personas empezaron a acercarse a mí—¡!atrápenlo!! Grito uno de ellos.
Carol se acercó a mí corriendo, para luego ayudarme a cargar a Julián. Llegamos a la puerta de salida,-- espera—ten esto--, ¿qué es?, Carol había sacado de su bolsillo un pedazo de roca medio brilloso. --Llévatelo--, dijo Carol en vos alta. – ¿espera acaso es de esa roca que dices?—así es, ¡!solo no regreses!.. --Sebastián lo encontró,-- además veo que Sebastián va a donde la roca va --es el resto de esa roca enorme—la mire por unos instantes, sorprendido por su suerte. — ¿Pero cómo que el resto, y lo demás?—el pueblo se reunió y decidieron esconderlo.
Trate de procesar lo que estaba oyendo en ese instante, Carol saco un pedazo más, y abrió la roca con un martillo, todos los del pueblo se quedaron paralizados, pues se avía abierto una especie de grieta pequeña en el aire. Me quede por un momento mirando sorprendido fijamente aquella grieta de luz que flotaba en el vacío. — ¡!huye!! --Sebastián ira con Tigo--,--pero a mí no me agradan los perros—eso ya no importa, ¡!y suerte! Carol me entrego una carta, y ante la acción Salí corriendo cargando a mi padre. Las personas temían acercarse a la grieta, así que era un buen momento para huir.
Me aleje lo cada vez más del lugar, lo que era una gran pueblo poco a poco se veía como una simple mancha..