CAPITULO 18

            La voz era muy parecida a la del hombre de sombrero, pero a pesar de que no me importaba la idea de salir o huir de ahí comprendía de que ellos no me dejarían escapar de hay así de fácil. Pues el aferrarme a la idea a de correr y ser libre ahora se tornaba como un laberinto.

      --mira muchacho, solo sal de ahí y te prometo de que tratare de explicártelo. — ahora su tono era más calmado y comprensivo. — bueno, está bien lo intentare, pero espero que no intentes nada, quien quiera que seas. – wow niño, solo evita ponerte en ese plan— ahora parecía que mis palabras lo habían movido de su sitio pacifico, su voz era algo intranquila.

            - bueno muchacho te lo prometo, pero por favor no vallas hacer un escándalo.

      Después de tiempo, era hora de volver a intentar ser algo confuso, además el temor no me soltaba pues, la otra opción sería correr, pero para evitar problemas o causar mi propia muerte no tenía una opción más adecuada. Me levante lentamente, la luz del pasillo de afuera, me golpeo a un lado del rostro, pues la puerta ya hacia abierta, pero a pesar de tomar como opción el confiar en un desconocido, aun sospechaba de sus verdaderas intenciones. Logre notar que era el hombre del sombreo.

            --muy bien muchacho, bueno mira, no pienso hacerte daño, pero créeme si los demás se enteran ellos tomaran sus decisiones por su propia cuenta— sus palabras no parecían tener mentira alguna.

           -  bueno entonces que esperas que haga, que me quede callado. —

                -  no muchacho solo deseo que lo entiendas, mira nadie sabe que estas aquí, pero créeme si lograran enterarse yo no poder hacer mucho para ayudarte.

                - pero tú eres el jefe ¿no? –su expresión cambio por completo.

                 - no lo soy, solo soy el que se encarga de que todos cumplan el mandato— el jefe se encuentra en uno de los valles que están del otro lado, pues esta al sur, por lo que dicen, exactamente no lo sé. — jamás pensé de que un anciano como el hombre de sombreo seria solo  un simple anzuelo de los problemas de los demás. –muchacho, oye veras, aquí es donde hacemos las pruebas para poder averiguar de qué es  capaz esa enfermedad que ataca a las personas, veras pues…. —si lo sé, es una vendita enfermedad que ataca el sistema nervioso del cuerpo. –

          --pero por lo que se no sé lo que hace exactamente con las personas —

         --- pues estos se convierten en estatuas, y es más algunos se suicidan sin pensarlo –

    Al parecer finalmente las cosas ya iban de mejor en peor, o bueno será de peor en mejor, la idea ya no me resultaba fácil de explicar mucho menos, si ante mis ojos había una persona que se suponía ser mala y término siendo una pena para la vida.

• Mira muchacho, este lugar no está del todo funcionando, pero es mejor que nos retiremos o las cosas serán peores.
• Bueno tienes razón, pero oye, ¿por qué me lo dices a mí?

 Pues bueno yo tenía un hijo, pero falleció en el camino al valle, de Hamburgo  lo que ahora se conoce como *el pasaje *, pues me gustaría poder tener confianza con Tigo muchacho, bueno por lo menos sé que tratare de hacer el intento.

            --Pero bueno ser a tu decisión si deseas apoyarme—claro además, veo que ya somos dos personas que desean que esto acabe—

           Todo parecía ser muy anticuado para lo que parecía ser algo absurdo,  ante lo que ya suponía las cosas se iban a poner algo graves, pero el tan solo pensar en que todo sería una locura, y que podíamos morir en el intento, ya era de suponerse que tal vez algo malo iba a suceder tarde o temprano.