Capítulo 3
Me gustaría decir que me desperté con el maravilloso canto de los pájaros. Lamentablemente no fue así, Soph tenía otros planes.
- CAROLINE HORA DE LEVANTARSE - Me grita en el oído.
- ¡¿Pero qué mierda?! – Exclame sobresaltada casi al punto de estar en el suelo, no sucedió, gracias a dios - Joder Soph me asustaste – me desperezo mientras localizo mi teléfono para consultar la hora y ¡MADRE SANTA! - ¿Soph te diste cuenta que hora es verdad?
- Si lo sé, por eso te despierto ahora. Tenemos muchas cosas que hacer - responde decidida a salirse con la suya. – Así que levántate floja.
- Sophia, corazón de melocotón, ¡SON LAS SEIS DE LA MAÑANA Y NO ENTRAMOS HASTA LAS OCHO! ¿Puedo saber porque me estas levantando a esta hora? – trate de no irritarme, eso suele suceder cuando me despierto demasiado temprano para mi gusto.
- Punto uno: no me grites, que sabes que lo odio – Rodé los ojos – Punto dos: No ruedes los ojos que te puedes quedar ciega por eso y Punto 3: sé que es súper temprano pero por si no lo recuerdas es el primer día de clase y tienes que estar bella y presentable así que mueve ese trasero bonito tuyo y anda a bañarte - me ordena.
- Soph sabes que te amo mucho pero quiero dormir - trato de acostarme otra vez y taparme con la sabana, pero Soph es tan testaruda que no me deja.
- De eso nada, a bañarse - me quita la sabana y se pone firme, que dios me libre, se que de esta no me salvo. Con un gruñido me levanto de mi cómoda cama y realizo mi camino al cuarto de baño. - Corazón ¿Buscaste la ropa que te dije?
- Nop - respondo alargando la p - estaba leyendo y se me olvido - me encojo de hombros
- Que raro tu – Niega con la cabeza – Anda a bañarte que yo la busco.
- Si tú lo dices - al ingresar al baño, abro la ducha y me doy un relajante baño de 15 minutos, al salir cojo una toalla y la envuelvo alrededor de mi cuerpo - ¿Que escogiste para mí? - Le pregunto a Soph una vez que salgo del baño.
- Esto - me lo muestra, y siendo sincera mi amiga tiene buen sentido de la moda, me entrega la ropa mientras ella desaparece dándome privacidad para vestirme, me coloco las bragas con un sostén a juego, después me coloco una falda violeta que me llega seis dedos por encima de la rodilla, un suéter de lana que hace una maravillosa combinación con la falda y unas medias negras con unos botines del mismo color. Después de vestirme llamo a mi amiga para que termine de una vez lo que empezó antes de que me arrepienta.
Me plancha el cabello y me hace unos risos en las puntas, después busca su maquillaje y empieza su "obra maestra" sus palabras no mías.
- ¡Listo! – exclama - Puedes colocarte los lentes – me los pasa, cuando me doy vuelta para verme en el espejo no puedo creer lo que veo, estoy tan diferente pero sin dejar de ser yo, mi amiga hizo un buen trabajo, no sé cómo somos amigas si somos tan diferentes, ella con su cabello negro que siempre lleva suelto hoy lo lleva en una coleta alta. Yo mi cabello rubio siempre está en una trenza o coleta, rara vez lo uso suelto. Sus ojos son negros como la noche mientras los míos son marrones claros. Ella es alta sin necesidad de usar tacones y yo soy bajita. Ella hoy opto por unos jeans con un top y unos botines iguales que los míos. Somos tan diferentes pero tan iguales.
- Vaya, ¿esa soy yo? No puedo creerlo.
-Pues créelo, ahora andando que se nos fue el tiempo y nos queda casi nada para que comas e irnos al instituto.
Le hago caso, busco mi bolso y recojo mi teléfono y nos dirigimos escaleras abajo después de salir de mi cuarto y cerrarlo.
- Y esta bella jovencita ¿Quién es? Sophia ¿Donde dejaste a mi nieta? - mi abuela se burla
- Esta aquí abuela, con mucha hambre ya que una persona que no quiero ver - miro a Soph y veo como voltea los ojos - me despertó súper temprano y mi estomago ruge.
- Aquí está mi nieta. Toma ese es tu desayuno, Soph aquí el tuyo - nos da a cada una los platos correspondientes; mi abuela quiere mucho a mis amigas que cuando estas vienen la trata hasta mejor que a mí. Después de desayunar y despedirnos de la abuela nos montamos en el auto de Soph y partimos rumbo al instituto Coldwater, en el camino nos disponemos a cantar todas las canciones que están pasando en la radio, me gustan estos momentos, donde no importa lo que esté pasando mis amigas me ayudan a olvidarme de todo. Una vez llegamos al instituto bajamos el auto y podemos ver claramente como nuestras otras dos amigas viene en nuestra dirección, Stefanie y Adriana. Si antes decía que Sophia y yo éramos diferentes, las cuatro juntas lo somos más. Mientras mi cabello es rubio, el de Soph es negro, el de Stefanie es marrón y el de Adriana es rojo.