Capítulo 16
Beep. Beep. Beep. Beep. Beep. Beep.
Maldita sea con mi mama, justo cuando quiero hablar con ella no contesta.
Vuelvo a marcar mientras me acomodo mejor en mi cama, estaba acostada pensando en todo lo que paso hace unas horas y decidí llamarla y hablar con ella.
Beep. Beep. Beep.
-¿Aló? – Escucho su voz, tenía tiempo sin llamarla. Cuanto la extrañaba - ¿Quién habla? – Cambie mi número de teléfono hace un mes y se me olvido avisarle.
- Hola mama. – Me quede callada - ¿Cómo estás?
- Caroline Inés Adams eres una mala hija, ya ni llamas y no atiendes el teléfono tuyo, no se para que tienes uno si ni lo usas – Exploto y empezó a decir estupideces y a regañarme sin dejarme explicar – No sabes cómo me preocupe, ya hasta pensaba en viajar a ver si estabas bien y....
- Mama para – la interrumpí – estoy bien, cambie de numero y se me olvido decirte por que estaba en exámenes finales pero aquí estoy reportándome – se quedo callada un momento como si supiera que viene - ¡Y NO ME LLAMES INES! ¡SABES QUE NO ME GUSTA! – Explote.
- Perdón pues, pero es tu nombre y tienes que aceptarlo, mucho trabajo me costó elegir un nombre que combinara más o menos con el que tu padre quiso como que para ti no te guste, malagradecida – la pude escuchar murmurar con que no la quería y esas cosas absurdas.
- Por dios Rebecca, cálmate y respira un momento que me estas estresando y ya pasaron los finales – por cierto tenemos que hablar – le dije seria.
- Uy que seria.
- Por favor mama – Rodé los ojos.
- No me ruedes los ojos señorita que yo no soy tus amigas – Revise en toda mi habitación para ver si ella no estaba escondida por alguna parte.
- ¿Como sabes que rodé los ojos? ¿Me estas espiando mama? – Miro por la ventana por si acaso, uno nunca sabe. Estamos hablando de Rebecca Louis Miller cualquier cosa es capaz de hacer esa loca que llamo mama.
- No te estoy espiando boba, es que te conozco demasiado y sé que heredaste eso de mí – dice toda orgullosa, me la imagino haciendo una pose "tratando" de parecer diva.
- Bueno – dije alargando la o – Nos desviamos del tema, necesito hablar contigo sobre Fred Adams – Espere unos momentos para ver si hacia efecto en ella esas palabras y si, se quedo en silencio por un buen rato - ¿Por qué lo hiciste?
- Recapacito Caro. Quiere conocer a sus hijos, hable con la bruja – Aclarando "la Bruja" es mi abuela paterna, mi mama siempre le dijo así.
- Mama por dios, no le digas así. Ella tiene un nombre – Resoplo.
- Lo sé, pero es más divertido decirle Bruja.
- Nunca cambias
- Lo sé, pero sigo. Hable con ella y me dijo que tu padre se sentía muy culpable de ver que uno de sus hijos estaba creciendo sin saber de sus otros hermanos y sabe que es por su culpa. Que está arrepentido y espera poder arreglar las cosas con ustedes. Ella le pasó mi número y estuvimos hablando un buen rato, lo entendí y fue por eso, solo eso que le pase tu dirección.
- El me dijo eso, pero tenias que consultarlo primero conmigo, no dejar que me encuentre con la sorpresa de que esta en la puerta de mi casa por dios mama – Me masajee las sienes, me dolían horrores
- Bueno, pero ya paso. – La imagino sentada en la silla con la cabeza en la mesa - ¿Qué más te dijo? – pregunto.
- Mas nada, solo que quería arreglar las cosas, le dije que lo pensaría y me dio su número. Después de eso se fue.
- Deberías perdonarlo, es tu papa. No es que me parece bien lo que hizo, pero él es bruto y siempre lo fue. Solo hay que tenerle paciencia. Ahorita necesita de sus hijos más que nada.
- Lo intentare, ¿Gabriel que dice al respecto? – Mi hermano ignora más este tipo de cosas y le da igual muchas.
- Sabes cómo es, está feliz de ver a su papa otra vez. Quiere conocer a su hermano y pasar tiempo con él.
- Al menos alguien está feliz – murmure
- Carolineee – Rayos me escucho - Por favor, solo escúchalo ¿Si?
- Esta bien, lo llamare después para quedar
- Me alegro, te dejo amor que el papa de los niños vino a buscarlos que van a pasar el fin de semana con él.
- Esta bien, te amo mama.
- También te amo mi brujita – Colgó, me gusta cuando me dice brujita, es más original que mi reina y mi princesa.
Me acuesto en mi cama y me pongo a pensar, pero antes de que algún pensamiento en concreto llegue a mi mente me quede profundamente dormida.
**
-¿Estás bien? – Muevo mi cabeza en dirección del sonido, es hombre. Por su voz gruesa, pero no logro identificar quien es.
- Sí, estoy bien – miro a mi alrededor, estoy sentada en el piso del baño. Creo que acabo de regresar mi comida por el amargo sabor en mi boca.
- Ven, déjame te ayudo – me ayudo a levantarme y lavarme la cara y la boca. Esto es vergonzoso.
- ¿Mami que te pasa? – Pregunta una vocecita desde la puerta del baño.
- Estoy bien mi amor – ¿esa fue mi voz?
- Ese es tu hermanito, quiere recordarle a tu mami que él está aquí – volteo a ver al hombre. ¿Hermanito? ¿Cómo dice?
- Pero parece que mi hermanito no quiere a mi mami, siempre hace que mami vomite – La pequeña niña se pone triste, el hombre a mi lado se agacha para quedar a su altura. Yo solo puedo callar y observar la escena, miro mi estomago y está un poco abultado.
- Pequeña Jeannette, tu hermanito quiere mucho a tu madre, y tu madre y yo los amamos a ti y a él. ¿Ahora qué te parece si vamos a comprar helado y dejamos que mami descanse? – los ojos de mi hija se abrieron y dio unos saltitos de felicidad ¿Dije mi hija?
- Siiiii, vamos – salió corriendo a ponerse los zapatos.
- Es hermosa – no puedo evitar comentar con lagrimas en los ojos ¿Qué me pasa?
- Las dos son hermosas, no vemos – me da un beso -¿Quieres algo?
- Ya que lo mencionas, si – suelta una risita, me imagino que ya sabía que era lo que quería.