Un maravilloso desastre

Epilogo

Salgo furioso del estudio, no puedo creer el comportamiento de Erika.

Cuando la vi llegar con su cabello corto me sorprendí, en un momento pensé que lo hacía por vanidad o cambio de imagen. Aunque lamentaba que se hubiera cortado su hermoso cabello, lo tenía largo y provocaba acariciarlo y no entendía como era capaz de cortárselo, pero conociendo sus locuras no me sorprendió.

Cuando Cecilia se acerca y nos contó esa maravillosa historia de cómo ella le dio su cabello a Verónica, no lo podía creer como una chica que acababa de conocer hiciera algo tan grande por una persona. Pero así era ella.

Erika me deslumbraba, me fascinaba pero a la vez me volvía loco, en especial con sus ocurrencias. Sabía que ella es liberal, salvaje. No le gusta seguir las reglas, pero jamás pensé que fuera inmiscuirse con un hombre casado, en especial tener el descaro de coquetear delante de mí.

Me hirió porque de verdad me estaba imaginando pasar mi vida a su lado y estaba esperando el momento perfecto para pedirle que fuera mi novia. Esposa no, ya que es muy pronto para eso pero sabía que en un futuro no muy lejano daría ese paso con ella, pero primero debíamos conocernos más.

Salgo al salón, miro a mi alrededor y al parecer nadie se ha dado cuenta del problema que hubo en el estudio. Observo a unos metros al señor Dylan, aprieto mis manos de la rabia. Un hombre casado que ni siquiera respeta ni a su esposa ni mucho el lugar que se encuentra porque de algo es seguro es que ambos tienen su cuento hace mucho tiempo.

-Disculpe señor Spencer, le quisiera pedir el favor que abandone mi casa- Trato de mantener la calma, pero la verdad es que tengo deseo de golpearlo.

-¿Disculpe?- El señor Spencer me mira con una sonrisa - ¿Se puede saber que le molesto para que me eche de esa manera?- Aprieto mis labios, no quiero armar un espectáculo ni mucho menos estropear la fiesta de Verónica.

- No deseo que un hombre que no es capaz de respetar a su esposa este en mi casa- Digo – Por esa razón le pido amablemente que se retire- Su sonrisa se extiende.

- ¿Qué es lo que pasa?- Mi hermana se acerca al ver mi rostro.

- Tu hermano me está echando de su casa- Mi hermana abre sus ojos.

-¿Por qué estás echando a Dylan?- Enarco mi ceja hacia mi hermana ¿De dónde tiene tanta confianza con este señor para llamarlo por su nombre?

- ¿Acaso lo conoces?- Pregunto.

- Claro que lo conozco, es el padre de Erika- Mis ojos se abren y mi corazón se dispara.

-¿Qué… Acabas de decir?-

-Dylan es el padre de Erika- Dice mi hermana y una mujer se acerca a nosotros.

-¿Qué sucede?- Pregunta - ¿Estás bien? Te has puesto pálido – Siento un nudo en mi garganta que me evita respirar.

-Disculpen – Camino hasta mi estudio, necesito calmarme un poco. No puedo creer que ese hombre sea el padre de Erika.

¡Mierda! Golpeo la mesa de mi escritorio, la he cagado con ella.

-¿Se puede saber qué te pasa?- Mi hermana entra al estudio junto con la señora y el padre de Erika.

-Lo siento… Yo pensé-

-Que eran amantes- Termina la mujer por mí y yo asiento.

- Mira cariño, debes perdonar al inmaduro de mi marido y a mi hija, ambos se comporta como unos críos –Niega mirando mal a su esposo – Imagino que hicieron su teatro de dos amantes. Escápese de su esposa y le muestre los alrededores –Rueda los ojos – Siempre se pasan-

-Sabes cómo es la loca de tu hija, ella es la que comienza con esos juegos- Dice su esposo defendiéndose.

-Y tú eres un idiota que le sigues el juego- Me mira -¿Dónde está Erika?- Bajo mi rostro avergonzado.

-Ella y yo discutimos – Digo sin poder mirarlos a la cara – Le dije cosas que…- Camino hasta la puerta –Iré a disculparme con ella –

-Un momento- Dice el señor Dylan - ¿Qué le dijiste a mi hija?-

-Yo lo siento, pensé que eran amantes y yo… Le dije que era una inmadura, que no tiene pudor para decir las cosas, no sigue las reglas ni le importa la opinión de los demás- Hago una pausa – Le dije que se comportaba como una…- La señora suelta una carcajada.

-No te preocupes cariño, le dijiste la verdad – Su esposo sonríe y niega con la cabeza.

- Deja que se le pase un poco la rabia y después hablas con ella- Dice el señor Dylan – Pido disculpas por nuestro comportamiento, como dice mi mujer a veces no medimos nuestros comportamientos y nos comportamos como unos críos- Su esposa sonríe y se acerca para abrazarlo – Quiero presentarme de nuevo, soy Dylan el padre de Erika y espero que hagas feliz a mi hija-

-No creo que su hija quiera algo conmigo después de todo lo que le dije –

-No te preocupes muchacho, Erika se le pasara- Dice palmeando mi hombro – Solo dale tiempo y compra un arma- Se burla –Volará tus pelotas si la vuelves hacer enojar- Su esposa y mi hermana ríen.

-Es verdad, ella volará tus bolas- Se burla mi hermana.

Empecé a buscar a Erika por el salón, luego fui a su habitación y nada. La busqué por todos lados y no había rastro de ella y me estaba empezando a desesperar. Sus padres decían que cuando ella se enojaba se iba por un rato y desaparecía hasta que su mal genio desaparecería y volvía como si nada, pero ya ha pasado más de una hora y empezamos a preocuparnos.

-El caballo de Will no está en los establos- Dice Jerónimo.

-Entonces debe ser que Erika tomó el caballo- Digo saliendo de la casa para ir a los establos –Iré a buscarla.

-Yo iré contigo muchacho- El señor Spencer se acerca y yo mando a uno de los trabajadores que ensillen un caballo para él.

En la búsqueda se nos une Ricardo, Marcos, Jerónimo y varios de mis trabajadores. Empezamos a buscarla pero no hay indicios de ella y nos desesperamos al ver el caballo de Max llegar solo.

-Debemos repartirnos en varios grupos para poder encontrarla- Digo.

-Marcos, lleva el caballo de Max de vuelta y trae la radio, dile a mi hermana que llame al aguacil y a una ambulancia, no podemos descartar que pueda estar herida- Marcos asiente y toma la rienda del caballo y sale hacia la Hacienda.



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En el texto hay: humor, romance, amistad

Editado: 06.09.2024

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