Me arrastró de nuevo hacia abajo.
Esta vez vi el camino para llegar hasta el ultimo lugar en el que estuvimos hace apenas unos minutos.
Pero no nos quedamos allí.
Continuamos un poco más hasta lo que parecía la puerta de una habitación.
Al abrirla pude observar de que se trataba de un dormitorio. Probablemente ahí se quedaba la banda de Gioni cuando este local estaba en uso.
No me dio tiempo a visualizar el sitio como para poder describirlo, pues, como si fuera un juguete, me lanzó a la cama, pero puedo decir que aquella habitación también estaba afectada por el fuego y olía a humedad.
- Al fin vamos a divertirnos Vell - dijo asquerosamente mientras se desabrochaba la camiseta.
- Eres despreciable - respondí con odio sin importarme a lo que eso conllevaría, pues un golpe se asentó en mi cara dejándome en shock durante unos segundos.
- Mide bien tus palabras niña, no te permitiré ni una - amenazaba mientras me señalaba con el dedo.
Sin responderle ni nada, me quedé quieta. Esperándome para lo peor.
Resistirme lo empeoraría todo, y podría acabar aun peor de lo que va a ser.
Aunque....instintivamente, cuando se acercó a mi con sus pantalones bajados, retrocedí.
- Ni se te ocurra niñata - dijo mientras me agarraba con fuerza la muñeca
- ¡Déjame! - aunque quisiera, la parte peleona de mi no podía dejarse llevar.
- ¡Esto será lo peor para tus padres! - gritaba mientras me agarraba ahora las dos muñecas y apretaba con mucha fuerza zalandreandome de un lado a otro.
- ¡No lo permitiré! - yo ponía mas fuerzas aun para librarme de el
- ¡Niña he dicho que pares!
- ¡No!
En medio de nuestro forcejeo, unos golpes en la puerta retumbaron en la habitación.
Gioni, rápidamente se subió el pantalón y me cogió mientras ponía lo que parecía ser una navaja en mi cuello.
- ¿¡Quien eres!? ¡Ni se te ocurra entrar!
- ¡Que me sueltes! - grité mientras le golpeaba con las piernas
- ¡Voy a matarte como no te estés quieta!
La hoja afilada de aquella arma se posó sobre la piel de mi cuello dándome un escalofrío horrible, y haciendo que me callara por completo.
- ¡Vamos a tirar la puerta!
- ¿Vamos? - susurró Gioni
Yo me quedé mirándole, luego dirigí mi vista al frente, sin saber muy bien que pensar ni lo que estaba sucediendo.
En medio del silencio que se creó en aquel sótano, un estruendo ensordecedor llenó la sala.
Varios ¿policías? ¿Militares? ¿Fuerzas?....no lo se, pero varios de ellos se encargaron de romper la puerta de un solo golpe, y rodearnos.
- ¡Suéltala señor Gioni! - dijo uno de ellos.
¿Le conocían?
- Tranquila señorita Vell, todo va a estar bien - me dijo uno de los que estaba mas cerca de mi.
¿¡Me conocían!?
- ¡Suéltela o tendremos que usar la fuerza!
- ¡Si lo hacéis, la mataré! - gritó desesperado
- ¡Lo repito por ultima vez, suéltela!
- Tenéis dos opciones, o nos dejáis y desaparecéis o la mato y me capturáis, así de simple.
- ¡Preparados para abrir fuego!
¿¡Abrir fuego!? ¡Eeeooo! ¡QUE YO ESTOY AQUÍ!
- ¡La mataré!
- ¡A mi señal!
¿¡Pero que hacen!? Ai dios....voy a morir....
- ¡Juro que lo haré! - notaba como la hoja fría empezaba a apretar mi cuello.
Entonces lo vi.
Vi a aquel niño con el que tanto peleaba.
Nunca me había alegrado tanto de verle.
Me hizo una señal con la mirada y las manos, una señal que entendí a la perfección.
Miré al policía que había enfrente mía, asintió con la cabeza y yo lo hice también.
Entonces di el paso.
Con mi puño golpeé fuertemente las partes de aquella escoria haciendo que gritara y dejara caer el arma.
Me agaché al suelo y cubrí mi cabeza mientras cerraba con fuerza los ojos esperando que todo pasara pronto.
Se escuchaban gritos, golpes, pisadas, ruido....pero yo solo quería volver a mi hogar.
- Ven conmigo - aquella voz me arrastró fuera de aquel lugar
Alguien me agarró del brazo y escapamos de allí.
- Señorito, ve hasta la primera planta con el equipo de reconocimiento junto con la señorita Vell.
- De acuerdo.
Fuimos lo mas rápido posible hasta arriba. Yo no pronuncié palabra en todo el camino, pero el, aunque fuese en un ruido externo, podía escuchar como me intentaba tranquilizar con sus palabras.
Una vez en el piso de arriba, los paramédicos me cogieron y me llevaron hasta la ambulancia.
Todo estaba pasando tan rápido que no podía procesar todos estos sucesos.
- Todo va a ir bien Alina - conseguí escuchar de el mientras uno de los médicos pinchaba en mi mano una vía intravenosa.
El chico estaba agarrando con fuerza mi otra mano.
- Hyunjin....
- Si, Alina, soy yo, no te preocupes, pasará pronto - decía el
Yo solo asentí dejando mi vista en algún lugar aleatorio.
El viaje, desde mi punto de vista, fue silencioso. Se que había gente hablando en aquel vehículo, pero no era capaz de prestarles atención. Mi cabeza estaba en otro lugar, lugar que ni yo misma conozco.
Pero ahora solo quedaba esperar y dejar todo en manos de los que saben.
******
Conforme me iba acercando a aquel lugar, mas miedo tenia.
Si realmente ella estaba allí....solo había una pregunta que podía hacerme, ¿cómo podía ser tan estúpida?
La voy a matar en cuanto la vea.
Estacioné el coche de malas maneas y bajé de el tan rápido como podían mis piernas.
Mientras mas me acercaba al lugar, mas ruido escuchaba.
Eran llantos y gritos.
Menos mal....al menos, aunque esté así, ella está a salvo.
Pero no....ese sufrimiento no venia de ella, sino de la que parecía ser su familia.
- ¿¡Estáis bien!? - me apresuré a decir mientras me agachaba al suelo con la madre
#276 en Fanfic
#3978 en Novela romántica
straykids hyunjin, romance odio, stray kids amor locura terror
Editado: 19.05.2023