Un monstruo

El principio del fin

“El hombre que pretende obrar guiado sólo por la razón,

está condenado a obrar muy raramente”

Le Bon.

 

Cerró los ojos con fuerza, no podía soportar más, escuchar los golpes que su padre le proporcionaba a su madre, lo sacaba de sus casillas, pero apenas tenía sus seis años ¿Qué podía hacer? Esconderse, lo que su madre; en contra de su voluntad; le había obligado a prometer.

Edmund, estaba profundamente dormido en la cama, que los dos compartían. Tenía apenas un año, era totalmente ajeno a lo que sucedía, y era mejor así. Los golpes dejaron de repiquetear, al igual que los gritos.

_ Te lo advertí Karla- la vos gruesa de su padre le helo la sangre.

Siempre era así, cuando mi madre no lo obedecía.

Karla yacía en el suelo, sin poder mover musculo alguno, el olor de la sangre, le removía las tripas, dándole pequeñas arcadas, que la llenaban de dolor. Debía resistir, tenía a dos pequeños a los cuales cuidar.

_ Levántate- el rugido de su esposo, la izo aguantar las ganas de tirarse al abismo de la inconciencia- tráeme algo de comer.

Era una orden no una petición.

 

El hombre es el verdadero creador de su destino…”

Le Bon.

 

Todos vestían de negro, los latidos de su corazón, ensordecían sus oídos. No escuchaba al hombre enfrente de mí, que rogaba por el alma de mi madre. No podía soportar escuchar, que ya no estaba a mi lado, ¿Quién me obligaría a estudiar? ¿Quién, con palabras dulces, me hablaría sobre mi futuro? ¿Quién me regañaría con cariñitos? Y sobre todo ¿quién, me llenara de sueños en donde, como hijos de la patria, seriamos reconocidos? No, ya no había nadie.

Johanna, trataba de disminuir el sonido de sus sollozos enfrente de los niños, no quería derrumbarse, era la que ahora debía encargarse de ellos.

Agarra en manos a Paula, su hermana pequeña, estaba cansado de estar en ese lugar. Donde yacía su madre, dejo las flores silvestres, que durante el camino había podido recoger. Al lado de ella estaba su padre, que años atrás había muerto, y los cuerpos del resto de sus hermanos, entre ellos estaba Edmund, al cual había jurado proteger, pero había incumplido su promesa.

Pero esta vez sería diferente…

Su madre estaba acostada en la cama, pálida y ojerosa, sus ojos se aguaron.

_ No llores- demando ella débilmente- eres el hombre, que debe cuidar de dos mujeres.

Su vos sonaba segura, demandante, pero dulce.

_ Lo sé.

Su madre sonrió, su cuerpo estaba temblando y sudando frio; le quedaba poco tiempo.

_ Acércate.

Con rapidez obedeció, sabía que esto le dolía más a su madre que a  él, porque ella tendría que despedirse de aquellos que más amaba, por los cuales había aguantado los golpes de su esposo hasta el final.

Se sentó a su lado, algo alejado, no quería que su madre notara que estaba aguantando las ganas de llorar, aunque ella ya lo notara, de vía enorgullecerla hasta el último de sus días y también después de su muerte.

_ Debes luchar… Alemania no podrá volver a ser grande si tú te conformas.

Ese era el sueño, que los alemanes tuvieran más oportunidades, en todos los sentidos, ya que los extranjeros venían e imponían, en tierras que no les pertenecían.

Sabía que ella se refería a sus gustos por la pintura y la arquitectura, ella no estaba de acuerdo, pero nunca se quejó, o le negó a seguir sus sueños.

Su madre estaba en esta situación, por culpa de la tardanza del doctor. Este se había justificado, que por falta de tiempo no había podido venir, pero había investigado, y se dio cuenta que era mentira.

Él estaba contratado veinticuatro horas, por una familia judía, que Vivian a cuatro cuadras de su casa ¿Cómo se había enterado? Simple;  venia del colegio, caminando con desgano después de una larga mañana,  el doctor  Eduard Bloch, el medico judío de la familia;  no había podido atender a su madre, por falta de tiempo, o bueno así se había justificado. Cuando levanto la mirada, el susodicho, caminaba con prisa esquivando los cuerpos en su camino, emocionado lo siguió esperando que este pronto atendiera a su madre, que en casa esperaba.



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En el texto hay: fantasia, fantasiaepica, suicidio de hitler

Editado: 16.04.2018

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