Un mundo de asesinos - ¿y tú, qué clase de asesino eres?

Capítulo 12: Los asesinos sin color también tienen la sangre roja

 

1

 

Lo que Whitemore había descubierto noches atrás era que los Asesinos sin Color se reunían en una vieja mansión abandonada a las afueras de Carbas, pero no estaba completamente seguro de ello dado que era sólo un testimonio de uno de los miembros del grupo.

Transcurrió un día como debía de hacerlo, atender a clientes por parte de White y pasar algunos papeles a digital por parte de Joseph. Newt, él decidió estar lejos del caso Asesino fantasma por unas cuantas horas en lo que Walter olvidaba lo sucedido con el asaltante, llevó al chico a la comisaría después de tomar una taza de café y una vez estando allí un par de policías le dieron lecciones sobre moral y respeto a aquel chico desorientado, eso es lo que se hace con las vidas que aún pueden ser rescatadas de la oscuridad de las calles, desde luego, eso no es aplicable para todos los criminales que suelen pasar por la comisaría; habitualmente la escoria de Carbas se encuentra en la cárcel del condado, algo que hacía sumamente feliz al detective Graham.

— ¡No le frían la mente con sus lecciones de vida! –Gritó Jane-Graham saliendo de la sala de interrogatorios.

Los policías sólo rieron y el chico sabía que le esperaba una larga estancia en aquel cuarto color gris mientras esperaba a que sus padres llegasen a sacarlo del problema.

 

2

 

Era tarde, muy tarde para Whitemore que una vez siendo las nueve de la noche apenas salía del Rossy’s, había hecho dos horas extras y Joseph llevaba tres horas esperándole sobre su automóvil con el asiento reclinado y jugando en su tableta aquel juego de estrategia y de construcción de aldeas en línea que fue lanzado el 2 de agosto del 2012 pero que había ganado popularidad los últimos años.

—Guarda esa basura y vámonos –Dijo Whitemore subiendo al automóvil.

El oficinista Davis lanzó su tableta hacia la parte trasera del auto y ésta cayó sobre una bolsa deportiva que contenía suficientes armas como para que ambos sujetos lidiaran una fuga de prisión sin problema alguno. Joseph aceleró en dirección a la vieja mansión embrujada de Carbas conocida como La mansión del loco Atwood y cuya descripción era acompañada habitualmente por una escalofriante historia que narraba como el viejo Jim Atwood fue perdiendo poco a poco la cordura hasta llegar a cometer una terrible tragedia.

— ¿En serio entraremos a la casa del loco Atwood? –Preguntó Joseph una vez avanzado medio camino.

— ¿Me vas a decir que te da miedo? –Cuestionó el chico que no iba conduciendo- Esa vieja historia es sólo eso, una historia empolvada creada por la familia Atwood para que nadie llegase a dañarles la propiedad cuando ellos no estuviesen.

—Al parecer los niños sin Color no respetan eso –Añadió el chico al volante.

—Pondré algo de música –Dijo White.

El Bugatti Veyron se adentró en el bosque con la canción Coward of the country de Kenny Rogers sonando a un volumen medio en las bocinas.

Diez minutos más tarde ambos Asesinos de Blanco se encontraban en la parte lateral de la mansión observando la inactividad del lugar.

— ¿Estás seguro de que es aquí? Parece totalmente vacía –Comentó Joseph.

—Sí, estoy completamente seguro –Respondió White, pero realmente comenzaba a dudar.

Dentro de la casa se podía escuchar el crujir de la madera vieja y algunos sonidos de ratas.

—Hay una entrada por ahí –Indicó Whitemore señalando unos arbustos y alejándose del Bugatti con Davis a su espalda- Es la que usábamos unos amigos y yo para colarnos a la casa cuando teníamos quince años justo después de las prácticas de tiro.

White no había tenido una infancia normal, los Asesinos de Blanco son llenados de información sobre el mundo, no geográficamente sino con los acontecimientos de ataques terroristas y los nombres de los asesinos seriales más buscados, eso por lo general pasa de los siete hasta los catorce años de edad, posterior a eso viene la práctica, desde los quince hasta los diecisiete aprenden a utilizar todo tipo de armas y a partir de los dieciocho salen al mundo para exterminar a los criminales que acechan la ciudad.

Aquel Asesino que recordó su infancia entró a la mansión Atwood por su entrada secreta sosteniendo la Beretta 87 Target frente a él. Whitemore se esforzaba por no hacer crujir la madera al caminar, cosa que era sumamente difícil dado que ya hacía más o menos medio siglo desde la construcción de la casa.

Tras subir las escaleras White giró el viejo y polvoriento pomo de la puerta para finalmente salir hacia uno de los largos pasillos de aquella mansión.

—Parece totalmente vacía –Comentó Davis.

El pasillo se dividía en dos.

—Tú ve hacia la izquierda y yo iré hacia la derecha, si algo se mueve…dispara –Ordenó Whitemore.



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En el texto hay: crimen, asesinos, suspenso

Editado: 22.01.2019

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