Nos ataron las manos con los pies, unidos por una soga. Nos lanzaron al suelo del patio, el resto de gente nos gritaba cosas.
-"Alguno de ustedes me va a decir qué carajo están haciendo aquí?"- pregunta con un arma. Claramente no sabe usarla, la tiene agarrada con una mano como si fuese un juguete.
Como nadie respondió a su pregunta se agachó frente a mí. Me quedó mirando fijamente, tratando de intimidarme, pero no lo logró. Me escupió en la cara y se levantó. Qué tonto.
-"Ya que nadie va a responderme por las buenas, tendré que hacerlo por las malas"- chasqueó los dedos y dos universitarios se acercaron con un muerto. No tenía brazos y su boca estaba desfigurada.
-"GGGRRR" "HGGRRR".
-"Ni se les ocurra decir nada, síganme la corriente"- nos avisa Sara susurrando. Todos logramos escucharla porque nos encontrábamos cerca.
-"Está bien, está bien. ¡Me rindo! Vinimos a buscar comida. Como en los laboratorios experimentan con cosas, es probable que haya algo de alimento"- actúa Sara. Se le dá muy bien, el chico le creyó.
En ese momento siguió la charla pero yo concentré mi mirada atrás de la multitud, allí estaba Gabby. Caminando de puntas de pie con un aerosol en mano, logró introducirse con los universitarios cuando me miró. Hizo unas señas con los dedos indicándome que intentara desatarme.
Les comuniqué en código morse a los demás, chasqueando los dedos haciendo parecer un tic nervioso. Lograron entenderme. Sara seguía chantajeando al jóven.
Una vez me desaté los pies y las manos, me aproximo hacia el universitario, le quito el arma y le apuntó en la cabeza. Hablo en voz alta para que todos puedan escucharme.
-"¡Si alguno de ustedes mueve un pelo, le reviento la cabeza!"- disparo dos veces al cielo y todos levantaron las manos al oírme, veo a Gabby acercándose hacia mí.
Los jóvenes que sostenían al muerto, se sobresaltaron y lo liberaron. Éste mordió a un universitario, le sangraban los ojos claramente convertido. Luego éste mordió a otro más.
Al cabo de tres minutos, la multitud de personas que nos decían cosas, ahora gruñen.
"GRAAAAAH" "RAWWGHH" "HRAGWW"
Corren rápidamente hacia nosotros.
De la desesperación nos fuimos a los baños y cerramos la puerta, al menos ésta es lo suficientemente fuerte como para soportar algo. Los muertos patean, gritan, empujan y gruñen del otro lado de la pared.
-"¡Nos encerramos! ¿¡ahora qué hacemos!?"- grita Gimena alterada.
-"Podríamos matarlos con esto, está bastante lleno"- dice Gabby mientras agita un aerosol.
-"Buena idea, ahora preparémonos para abrir la puerta, matar muertos y salir corriendo"- dijo Max con su katana en mano, preparado para pelear. Pablo y Sara hicieron lo mismo.
Yo estaba buscando una manera menos peligrosa de salir, no hay nada. Decido prepararme.
-"A la cuenta de tres, Gabby. Uno... Dos... ¡Tres!"- Max abre la puerta mientras Gabby enciende el encendedor y agita el aerosol.
-"¡Mueran perras!"- apretó el botón y una enorme llama de fuego se apoderó de los muertos que entraban desesperadamente.
Gabby salió primera para impedir que los muertos se acumulen, luego salimos nosotros.
Pablo, Gime, Max y Sara corrieron hacia la salida. Yo esperé a Gabby, ésta se resistía a echarse atrás.
-"¡Corre, yo iré detrás de tí!"- me grita. Le agarro del brazo y corremos hacia la salida, sentía como los bichos se aproximaban más hacia nosotras.
Ambas nos tropezamos, un muerto le mordió la pantorrilla a Gabby, ella grita de dolor mientras intento llevármela a la salida, tirando de su brazo izquierdo con todas mis fuerzas.
-"AAAAAAH, NO, no puedo hacerlo, ¡toma y vete!"- me da unos papeles enrrollados.
Respiraba muy rápido, se nos acercaban más y más. Logro dispararles a unos cuantos bichos y hago lo posible para levantarla, es liviana pero que me estén tironeando de ella cinco muertos no es nada fácil.
Se me resbala su brazo.
La sostenían tan fuerte que se la llevaron al fondo de la horda. Escucho sus gritos pero aún así sigo corriendo, sin girar la cabeza hacia atrás, es mi única oportunidad de salir viva de esta.
-"Vamos Stela, ¡corre!"- me apura Pablo. El motor de la camioneta ya está en marcha.
Salto hacia los asientos traseros y nos vamos de allí. Un escalofrío recorre mi columna vertebral una vez cerrada la puerta.
-"¿Qué pasó con Gabby?"- pregunta Gime girandose hacia atrás para verme. Niego con la cabeza. Ella al notarme giró la vista hacia delante y se puso a llorar. Max la consolaba con cara de pena. Fijo mi vista en Sara y Pablo quienes están conmocionados al igual que yo.
–"¡No puede morir nadie más!"– dice finalmente Pablo. Luego veo los papeles enrrollados que sostenía mi mano derecha. Los abro, mostrándome el número novecientos ochenta y uno posteriormente a un breve texto.
-"¿Y esos papeles?"- me mira curiosa Sara.
-"Creo que son los que encontró Gabby en el pasadiso, no llegó a decirme qué había."- contesto mientras leo los papeles en voz alta.
"Prueba n° 2. El primer líquido que creamos no ha dado resultado en la prueba 1. Hicimos otro mezclando distintas fórmulas que experimentamos antes, pero agregándole más acnítido de Cerio. Coloco la vacuna. Limpio la herida y observo. La piel no reacciona."
-"¿Cuántas pruebas hay?¿Tienen que ver con nosotros?"- pregunta Pablo confundido.
-"Yo tengo otra prueba. La encontré en los laboratorios"- dice Sara mostrándonos un papel y lo lee en voz alta.
-"Ahora que lo dicen, yo también encontré otro"- Max nos lee el papel que sacó del bolsillo de su pantalón.
-"Hubo más experimentos. Pero hasta ahora, hay siete que sirvieron de prueba para esta vacuna."- dice Gime analizándo todo aún con sus ojos cristalizados.
-"Exactamente, esas pruebas anteriores habrán sido las personas encadenadas que encontramos en el laboratorio. Éstas, las pruebas dos, cinco y siete, deberán ser otra cadena, probando ya los distintos tipos de reacciones"- afirma Maxi mirando la carretera mientras conduce.