Un mundo sin color propio

II

TOMA DE DECISIONES (PARTE II)

Evangelina Clark

Cada minuto, cada fracción de segundo mi cuerpo siente la adrenalina por ir a un nuevo destino, se que viajo a lo desconocido y eso me fascina. Me levanto de mi asiento, doy pasos un tanto desesperados y ansiosos, voy de un lado al otro hasta llegar al gran ventanal, ubico mi mano izquierda sobre el frio vidrio y mis ojos se pierden en aquellos aviones que salen y aquellos que llegan.

En mi cabeza aun se repite aquella conversación que tuve con mi madre, bueno tampoco es como si hubiera pasado tanto tiempo luego de esa pequeña charla, apenas y fue ayer, pero ni en mil años hubiera creído que podía enfrentarla cara a cara. Me siento un poco mal, por que me comporte muy irrespetuosa, pero conozco a mi madre, y era necesario enfrentarla de esa manera. 

Después de todo ella es la Reina de la manipulación, al primero en manipular fue a mi padre, son tantas las cosas que ella lo obligo a hacer  y  luego esta Evans a quien le arrebato muchas cosas que el amaba, y por poco caigo en su juego también.

Pero la enfrente, de alguna manera no me deje manipular y supe como mantenerme firme ante mi palabra de ser artista, de ser una gran pintora. Por mucho que las personas me digan que no puedo vivir del arte yo se que si puedo.

Pero buscare miles de colores y creare miles de obras, por que no se como explicarlo, pero mi corazón da brincos de alegria cuando pinto.

Tengo algo en cuenta, nadie es eterno en este mundo, asi que la mejor manera de gastar mi vida, seria haciendo algo que me gusta: pintar.

Muchos me dirán que soy una inconformista, que teniéndolo todo voy tras nada, pero la verdad es que nada de eso es mío. Nada del dinero que la familia Clark gana es mío, prefiero ganarme mi propio dinero pintando cuadros o con algún trabajo que consiga, no siempre uno se empieza en la cima, eso lo se muy bien, así que puede ser cualquier trabajo con tal de que se honrado.

 Por ahora me estoy sosteniendo con el dinero que ahorre en las vacaciones, claro que cuando llegue a mi próximo destino, tendré como primordial buscar un trabajo.

Reviso mi reloj y me doy cuenta que aun falta casi una hora para que mi vuelo despegue, y tristemente salí sin desayunar, miro hacia ambos lados en busca de alguna cafetería y como si hoy fuera mi día de suerte, la encuentro, así que me dirijo hacia aquel lugar. No tardo mucho en llegar por que el local no estaba demasiado lejos desde donde estaba parada.

Entro y una de las empleadas del local me da los buenos días, le devuelvo el saludo y me dirijo sin prisa hacia la barra de pedidos, pero al llegar no encuentro a nadie, así que espero a que alguna empleada salga y me atienda.

Mientras tanto miro a los alrededores, desde aquí puedo divisar que no hay muchas personas en el local, casi nadie excepto a aquel grupo amigos, hay alrededor de seis personas, las cuales están conversando muy animadamente, con risas incluidas,  todos están bebiendo café y riendo.

Logro divisar que un chico de aquel grupo se levanta y junto a el una chica pelinegra, es mas pequeña que él, su cabello es corto y sus ojos son grandes e igual de oscuros que su cabello.

Por otro lado el chico es mucho mas alto que yo, su cabello es color miel, sus ojos desde mi punto de vista se ven de color verde muy claro, me sorprenden por que son muy bonitos.

Los dos caminan hacia la misma barra en la que yo estoy esperando, asi que de alguna manera termino escuchando su conversación (sin querer) al parecer los dos estan muy tensos y apartarse de su grupo por un momento.

—¿Que quieres Ruby?— dice el chico una vez que llega a la barra.

—Maximiliano tu sabes lo que quiero, sabes que yo no me rindo facil y sere muy perseverante pero solo dame esperanzas es lo unico que te pido.

El chico suelta un ruidoso suspiro mientras niega con la cabeza, parece muy molesto por lo que acaba de decir la chica llamada "Ruby": —¿Te das cuenta de lo que me pides? ¿Esperanzas? ¡Ruby no pidas algo que no te puedo dar! ¡No voy a romperte el corazón en base de mentiras, eso no se hace! ¡Nadie se merece eso!

La chica sorbe por su nariz, al parecer esta tratando de no llorar y justo en el momento necesario aparecen dos empleadas para tomar mi pedido y el del chico que esta a unos pasos de mi.

Una vez que digo lo que deseo ordenar, la chica desaparece por la puerta que imagino lleva a la cocina, aquella pareja aun sigue detrás de mi pero esta vez estan en pleno silencio, el cual es roto por la chica.

—Maximiliano dime algo ¿Por que no te puedo hacer feliz?— Escucho su voz con un tono un tanto melancólico— ¿Por que no te quieres enamorar de mi?

—Por que mereces que alguien se enamore de ti completamente, no mereces un amor a medias y sabes algo Ruby, yo no soy capaz de amar, o no he sentido nunca eso llamado amor por alguien que no sea Luan.

Y con eso dicho la chica asiente con su cabeza y regresa a la mesa donde antes estaban sentados, un chico rubio le hace señas de que se siente a su lado y cuando lo hace, el la abraza y despliega una enorme sonrisa lo cual hace que ella eleve una pequeña sonrisita.

Me volteo de nuevo hacia adelante y observo como llegan con mi pedido, les dedico una pequeña sonrisa y un "gracias" mientras tomo mi caja en la cual esta el postre que pedí, con mi mano libre tomo el vaso de café pero para mi jodida suerte no me percato que este no tiene un cobertor para sostenerlo, y al alzar el vaso caliente mis manos inconscientemente lo sueltan.  

Sin querer termino regando todo el café caliente en el suelo, escucho un gruñido por parte del chico que se encontraba detrás mío, al parecer le ha caído un poco de café. Me volteo rápidamente para disculparme.

—Discúlpame, no fue mi intención, suelo ser algo torpe, no muy torpe pero es que no me di cuenta que no tenia el cobertor, y eso hizo que mis manos se— si ya empecé a balbucear— quemaran, es decir, discúlpame.




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