Un Nuevo Comienzo

CAPITULO V -

Capitulo V

Salimos de la oficina a eso de las cinco de la tarde, no quería retirarme antes que Marta, ya que se supone debo aprender todo en dos semanas. Si, dos semanas!!!. Resulta ser que Marta sale de vacaciones en dos semanas, durante un mes, su hijo que vive en Estados Unidos fue papá hace poco tiempo, y quiere que viaje a conocer a su nieto Kevin. Me mostró algunas fotos del pequeño, sin dudas está muy emocionada de ser abuela.

Cuando me lo contó, me puse bastante nerviosa, era mucho el tiempo que estaría fuera, porque esta mujer se ocupa de todo, y no creo que en dos semanas pueda aprender lo suficiente. 

-Daré lo mejor de mi.- le digo.

-Sin dudas, se que asi sera Amanda.- me contesta.

En la puerta estaba Julia, -Vamos Amanda, ya le conté a Ana y a la familia que tú resultaste ser la nueva licenciada, quedaron muy contentos.- me dice con una gran sonrisa.

-Si vamos.- le contesto.

-Marta no hay problema que me retire?- pregunto.

-Por supuesto que no Amanda, yo tambien enseguida me voy a casa.- me contesta.

-Hasta mañana.- le digo.

-Hasta mañana chicas, diviertanse sanamente.-nos habla a las dos.

 

Julia fue a buscarme a mi piso, el edificio era enorme, por lo que le agradecí, ya que sino me perdería por alguno de los pasillos o de los pisos.

Al salir del edificio nos dirigimos al bar de la esquina, nos sentamos en una de las mesas con otras mujeres que también trabajan en la empresa y Julia me las presenta una a una; -Ella es Tania, es la secretaria de mi hermano.- me sonríe y levanta su vaso. Asiento diciendo hola con la mano.- ella es Sonia, es mi mano derecha,- sigue y ella es Stefany, es una de las socias de la empresa.

-Mucho gusto.- saludo y me siento junto a Julia.

Decidieron ordenar un vino dulce para empezar la noche y unas rabas para acompañar. Ya que no me gusta el alcohol, pido un agua mineral para mi, asegurandoles que accedía acompañarlas con el vino más tarde. 

Después de ponernos al dia de nombres y de que hacia cada una, de las actividades extra laborales que realizaban y demás, me disculpo para dirigirme al baño del bar, y con quien pude haberme tropezado, si con mis ojos azules divinos, bueno...no mios.

No creo que pueda contenerme, menos habiendo tomado unas copas con las chicas, así que le pido disculpas, le sonrió.

-Amanda, qué lindo encontrarte.- me dice.

-Sr. Villordo, el gusto es mío.- intento comportarme.

-Puedo invitarte una copa? y por favor Amanda no me llames Sr. dime Augusto.- me suelta.

-Augusto, estoy con Julia y otras chicas de la oficina.- le digo.

Me queda mirando, y no se mueve de su lugar, no quiero tocarlo pero apenas apoyo mi mano sobre su pecho, para intentar empujarlo un poco.

-Me dirijo al baño, permiso.- le digo.

Me da espacio para pasar, y no puedo estar más contenta de haber escapado de él. No entiendo qué me pasa cuando esta cerca mio, es una sensación extraña, sin dudas, es hermoso, muy apuesto y su voz es tan agradable para mis oídos. Sus ojos son el mar, y quiero hundirme en ellos.

 

En el baño me miro al espejo y estoy rojisima.- es por el alcohol.-me miento a mi misma, ese hombre no deja de ponerme en este estado, me hablo a mi en el espejo. -no puedes ponerte asi cada vez que lo ves, controlate-y señalo con mi dedo al espejo como regañandome.

Una vez que terminó en el baño, salgo para ir  hacia donde estan las chicas, pero en el camino, una mano sujeta mi brazo, miró con la esperanza que fuera Augusto, pero no, era un morocho de ojos cafes, que me sonríe.

- Te invito una copa preciosa.- me dice. Niego con la cabeza a la invitación aunque automaticamente me arrepiento de haberlo hecho, ya que ese morocho está para comérselo. Cuando intento seguir mi paso, se pone delante de mi.

-Por favor linda, toma algo conmigo.- me río por la situación, aparte de que estaba algo mareada por la copa de vino que tomé con las chicas. Antes de contestar siento que alguien me agarra por la cintura, y me acerca a su cuerpo,

-Está conmigo-dice esa persona

A lo que el morocho hizo una seña con las manos disculpándose y se aleja de mi.

Me giro y estoy muy cerca de su cuerpo, aunque me saca una cabeza en altura aun con mis tacones, apoyo mi mano en su pecho porque me siento tan mareada, aunque no se si es el alcohol o su perfume. Sabía quien era apenas escuche su voz, pero no lo queria mirar, siento que vuelvo a ruborizarme,

 

Le agradezco que me salvara de ese morocho, cuando estoy intentando recomponerme, le sonrió y me alejo un poco de él para ir a la mesa de las chicas, me toma la mano pidiéndome que me quede, que necesitaba hablar conmigo.

-Amanda, necesito decirte algo, será solo un momento.- dice.

Acepto quedarme, nos sentamos en la barra que estaba cerca nuestro, y me habla.




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