CAPITULO VIII
Augusto
Estoy en una ceremonia, creo que es la boda de mi hermana, pero al mirar a mi alrededor, mi Ana está cerca mio con un vestido color rosa, mis padres y Julia están al lado de ella al borde de las lágrimas, a mi lado está Dante, y cuando comienza a sonar lo que parece ser la marcha nupcial, veo que una mujer vestida de blanco viene hacia mí, a de ser Elena, en nuestra boda, pero es diferente, el lugar es otro, solo hay unas pocas personas alrededor, al acercarse la veo, no es Elena, es ella, es Amanda.
Me despierto sobresaltado y veo a mi lado a Patricia. La noche anterior después de la cena, subimos a mi habitación. Siempre se quedaba a dormir cuando estábamos juntos, se lo permitía porque no queria una discusión con ella.
Era sábado, ese día era mi vuelta a casa, el viaje se había alargado más de lo que quería. Pedí el desayuno a la habitación, despedí a Patricia y me prepare para una última reunión, por la tarde tengo el vuelo a Argentina. Quiero tener el domingo para recuperarme y comenzar el lunes mis actividades en la empresa.
Con todo definido luego de la reunión, busco mis maletas en la habitación, realizó el check out en el hotel y me encamino al aeropuerto.
Aprovecho descansar en el vuelo, llegó al aeropuerto a las nueve de la noche, le escribo a mi hermana para pasar a ver a Emma, tenía un regalo para ella, y la extrañaba. Esa niña ha sido mi salvación, me ha convertido en tío, ha devuelto la felicidad a la familia desde el momento que nos enteramos que Ana estaba embarazada. Y ahora vienen dos más. Todavía no lo puedo creer, tambien he comprado algo para ese par.
-Hola hermanito.- me dice Ana al otro lado del teléfono.
-Hola mi hermanita preferida.- contesto. Están en casa?quiero pasar a saludarlos y dejar unos regalos.-sigo.
-Estoy con Dante, cenando. Salida de novios.- me aclara. Emma quedó al cuidado de Julia y de Amanda, al terminar la cena, vamos a un bar a tomar algo, volveremos tarde.- sigue diciendo.
-Tu no puedes tomar Ana, recuerda que estás embarazada.- le reto.
-Si ya lo se, no te preocupes amargado.-me contesta.
-Nos vemos mañana.- le respondo.
-Hasta mañana Augus.-me dice con cariño.
Aprovechando que traía un regalo para Emma decido pasar por su piso primero para después ir a mi departamento, me gusta que todos estemos cerca, mis padres hace dos años decidieron irse a la casa de campo que tiene la familia, para estar más tranquilos. Siempre hemos sido muy unidos, y eso me gusta, la familia primero siempre.
Debo reconocer que tengo ganas de ver a Amanda. Al llegar al departamento de Ana, toco la puerta y lo que encuentro me produce tanta ternura, veo a Emma y a Amanda en pijamas. En la mesa hay un plato de pororo y están mirando al parecer una película de Disney. Amanda tiene un pijama de dibujos, esta mujer tiene treinta años, pero parece una joven de dieciocho así vestida, ambas tienen dos trenzas, Amanda unas muy mal hechas, que supongo se las hizo Emma. Tomo a Emma en mis brazos, le entregó el regalo que tenía en mi mano, le doy un beso a Amanda y pasó a la sala, se siente un rico aroma a comida, por lo que Amanda me pregunta si quiero cenar, la realidad es que muero de hambre, y me divierte mucho la situación. Es extraño el sentimiento, pero acogedor.
-Acepto la cena, tengo hambre, pero primero voy a ir a ducharme, si no te molesta.- le digo.
-Esta bien, te dejo la cena en el microondas.- me responde.
Dejo a Emma en lo que parece ser una tienda de campaña con sabanas y colchas y me retiro. Paso a ver donde se había metido Julia, toco el timbre y no me atiende. Vuelvo a tocar y me abre la puerta con la cara marcada de la almohada y el pelo despeinado.
-Mmm, que haces aca y a esta hora?.- me regaña. -Estaba durmiendo.- me dice enojada.
-Hola hermanita, pase a saludar a Emma pensando que estarías cuidandola pero no.- le digo haciendo una mueca burlándome de ella.
-Emma no se dormía, y yo tenía mucho sueño, asi que la deje con Amanda.-dice.-se volvió su tía favorita.-me cuenta haciendo una cara graciosa. Está celosa, lo se.
Le doy un beso.-Te dejo dormir, nos vemos mañana.-le digo.
-Mmmm..hasta mañana- me cierra la puerta.
Subo a mi departamento, tomó una ducha rápida y vuelvo a lo de Ana a los veinte minutos. Al entrar al departamento no las encuentro, subo las escaleras y veo en la habitación de Emma como duermen las dos, me quedo contemplando un momento pero Amanda siente mi presencia y se levanta, le da un beso a Emma la arropa y sale de la habitación.
Nos dedicamos a comer y a reír un poco, la verdad es que el hablar con Amanda me ha dejado más tranquilo, es una buena chica, y mi familia ya la adoptó como parte de la misma al haber ayudado a Ana y más por el cariño que le tiene Emma.
Al terminar de cenar me levanto juntando los platos y llevándolos al fregadero y comienzo a lavarlos.