CAPÍTULO XXI
Augusto
-Hola Amanda.-digo
-Hola Augusto, y Julia?.-me mira desconcertada.
-No te enojes, le pedí ayuda con algo.-digo intentando que no se enoje.
-Con que?.- pregunta seria.
-Queria que estuvieramos solos, necesitamos aclarar algunas cosas.- le respondo con sinceridad.
-No hay nada que hablar. Esta todo mas que claro. Ahora dónde está Julia?.- contesta enojada.
-Se fue.- le digo levantando los hombros.
Me mira enojada, se le notaba en la mirada, salía fuego de esos ojos tan hermosos que tiene. La miro buscar su teléfono y marcar un número. Lo vuelve a hacer unas veces, hasta que se la escucha.
-Te voy a matar Julia, porque hiciste esto?
Me acerco a ella diciendo. -No te enojes con ella, yo la obligue.-
-Que quieres conmigo? De que quieres hablar?.- me dice alejándose.
-Primero necesito que te tranquilices.-intentó que se relaje, está bastante alterada.
-Que me tranquilice?. No quiero hablar,me quiero ir.-me dice gritando y saliendo al exterior de la casa.
Yo me quedo adentro mirándola ir y venir, sube a las habitaciones y cuando baja traía abrigo y vuelve a salir. Salgo detrás de ella, sabiendo lo que iba a hacer. Comienza a caminar, sin saber a donde ir, mira para un lado y para el otro, y yo la sigo. Caminamos alrededor de media hora, yo iba detrás de ella. En un momento se da vuelta y me mira llorando, sentí un escalofríos al verla así, yo no quería causarle eso.
-Perdoname, por favor, no quería que te pusieras así, volvamos a la casa que hace frío!.- le digo, intentando acercarme. Ella pasa a mi lado y toma la dirección devuelta a la casa. Le doy el espacio suficiente y la sigo de nuevo. Al entrar se coloca frente a la chimenea.
La miro por unos segundos y le ofrezco te, ella asiente,a si que me dirijo a la cocina a prepararlo, realmente había bajado la temperatura, estaba haciendo frío afuera.
Me acerco con la taza de té, y me siento junto a ella.
-Podemos hablar?.- le pregunto.
-Esta bien, te escucho.-me responde seca.
-Quiero empezar por el principio, cuando te vi la primera vez, en aquel restaurante, llamaste mi atención apenas entraste.-comienzo diciendo. Ella no me mira, mira fijo el fuego de la chimenea.- Después en el hospital no podía creer que eras tu.-sigo.-Me comporte como un tonto lo se, y te pedí disculpas por eso, y lo vuelvo a hacer ahora.-
Ella no dice nada, así que sigo hablando.-Cuando estabas en la habitación con toda mi familia, la forma en la que te miraban, la gratitud que te tenían. Dios, eres tan hermosa!!!.- si que lo es, esta roja de llorar, con los labios hinchados y sus mejillas coloradas del frío. Muero por besarla ahora mismo.-pienso.
-Después te vi en el comedor de la empresa, me sorprendió para bien. Te aseguro que no lo sabia, no habia tenido tiempo de dedicarme a la empresa esos días. Si, mande a investigar, era todo muy raro, en el fondo sabia que habias llegado a mi vida por algo.-sigo.
Ella se voltea a mirarme y yo continuó hablando.- Me comporte como un tonto, y si en mi viaje a Brasil estuve con Patricia, lo aceptó, fue un error, pero no pensaba. Durante años no pensé en lo que hacía con ella, ni con ninguna otra mujer.-le digo sinceramente.Ella vuelve a voltearse mirando ahora su taza de té.
-Nadie te hablo de Elena?.- le pregunto sabiendo que abri un tema que me doleria.
-No,quién es Elena?.-me pregunta.
-Es mi esposa, era...ella falleció.-le respondo.
-Lo siento, nadie me dijo nada.- ahora me mira sorprendida y triste.
-Les he prohibido a todos que hablen de ella, todavia me duele.- le digo.
-Esta bien, no hables si no quieres, no quiero que estes mal.-me dice sincera.
-Necesito decirte. Solo...solo escuchame.- le digo tomándola de la mano. Ella asiente sin alejar su mano de la mía.
-La conoci en la oficina, cuando hicimos unas inversiones en otra empresa de la ciudad. Ella llegó con los inversionistas, apenas la vi, me enamore de ella. No fue fácil acercarme.- me río al recordarla.
-Salimos por unos meses, hasta que decidimos casarnos,eramos muy felices juntos. Sabia que era la mujer de mi vida, lo sentia, asi que la lleve a un viaje a la playa y le pedí casamiento.- ahora comienzo a ponerme triste.
-A los pocos meses ella comenzó a sentirse mal, tuvo náuseas y vómitos, algunos desmayos, pensamos que estaba embarazada, estábamos tan esperanzados, pero el diagnóstico fue muy malo.-Siento como mis ojos se cristalizan al recordar.
-Hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance, fuimos a estados unidos para tratarla, pero a los tres meses se me fue.-digo quedando después en silencio.
En ese momento la miró, ella estaba llorando, seco con mis dedos sus lágrimas y la abrazo.