Ya comienza la misma rutina de lunes me levanto como de costumbre me baño hago todas y cada una de mis necesidades, termino de bañarme me arreglo y mientras hago eso los recuerdo viene a mi memoria de lo de anoche cuando estaba en la casa de Sebastián hablamos tanto que nos quedamos dormidos cuando quise ver la hora ya eran las ocho, dormí demasiado quería venirme enseguida para la casa, pero Sebastián no me dejó, hasta que no cenara no me iba y lo que cenamos fue pasta con salsa boloñesa la preparo él tiene muy buena sazón "abra otra cosa con la que él me sorprenda"—pienso— la cena estuvo muy rica por cierto el señor Rodrigo es una encantadora persona me trata muy lindo, después de cenar me trajo a mi casa nos despedimos con un beso, él arrancó en su moto y yo me adentré y subí directamente a mi habitación hablé un poco con las chicas y caí rendida hasta ahora que me preparo para ir al colegio, termine de acomodarme, bajo a la sala llego a la cocina me hago un café con leche un sándwich término de desayunar lavo los que utilice voy nuevamente a mi habitación me cepillo bajo con mis cosas y salgo de la casa rumbo para de Cristina.
Llego a la casa de Cristina, llamo a la puerta y sale ella y nos vamos directo al colegio.
—Reachel: ¿Qué crees hacer con Kevin?— le pregunto y volteo a mirarla y frunce el ceño.
—Cristina: pues la verdad no sé, pero no quiero atosigarlo, le voy a dar su tiempo y espacio cuando él se sienta cómodo para hablar, pues él se acerca y si no pasa eso, pues lo hago yo, y si es dejar todo claro se deja y ya no perdí nada— intenta sonar segura en lo que dice y pues me parece la mejor decisión por el momento.
—Reachel: si sientes que es lo mejor, pues hazlo mientras no te hagas daño, tú está todo bien.
—Cristina: yo sé manejar mi corazón, trataré de acercarme lo más prudente que pueda si él me lo permite, ¡claro está!— habla segura de lo que dice.
—Reachel: mientras sepas manejar tus sentimientos yo me quedo tranquila, porque sé por boca de Sebastián que él siente miedo y no quiero que ese miedo te arrastre con él y te cree inseguridades.
—Cristina: ¡sí! Yo no lo permitiré y si eso llega a pasar es culpa mía porque yo lo sabía y aun así quise seguir; sabiendo que me podía salir afectada.
Seguimos hablando mientras llegábamos al colegio, llegamos al salón y ya estaban nuestros amigos la única que falta es Sofía, por otro lado, Kevin cuando vio a Cristina desvió la mirada para el otro lado del salón y la volteé a mirar a ella y su cara no mostró ningún tipo de emoción por la acción de Kevin es más hasta le dio igual y eso es lo que muestra su físico porque estamos todo y ella no se va a mostrar evidente que quizás le afecte, pero por dentro quizás le toco esa acción, mientras Sebastián y yo nos miramos sonreímos como bobos puedo decir que nos encontramos en nuestro mejor momento y eso es buen avance quiere decir que ambos estamos haciendo las cosas bien; me acerco donde está él a saludarlo antes de que llegue el profesor.
—Reachel: hola—le sonrió— ¿Cómo amaneces?—le pregunto mirándolo tiernamente.
—Sebastián: hola— sonríe— amanecí muy bien, pero ahora estoy feliz porque te vi— me dice y yo me sonrojo y él ríe— pero estaré aún mejor si hago esto, nos contentara el día a ambos— dice y confusa con lo que estaba diciendo une nuestros labios en un cálido beso que me tomo por sorpresa, pero eso no quiere decir que no me guste es más ¡me encanta!
—Reachel: a la próxima me avisas no me tomes por sorpresa y tampoco lo hagas delante de todos me da vergüenza— digo en voz baja para que no me escuchen y no noten mi vergüenza— si no estamos haciendo nada malo no es algo que ellos no hagan— dice obvio y yo ruedo los ojos con él no se puede le saca lógica a todo— además yo no quiero esconder lo que siento por ti yo feliz si el mundo entero se entera de que me tienes loco— dice con voz alta y yo me acerco rápidamente tapándole la boca con las manos y yo solo me echo a reír— eres un caso perdido— digo negando con una sonrisa me iba a responder cuando se ve interrumpido por una voz y no hay que ser adivino para quien es la niña Moila y no tengo la paciencia para aguantármela ni a ella ni a las cabezas huecas que tiene amiga.
—Moila: no te basta en hacer escenas bochornosas como esta, frente de la casa, sino que ahora lo quieres hacer aquí en el colegio— dice fastidiada.
—Reachel: deja y recuerdo algo—le digo y hago como si estuviera pensando— nadie pidió tu humilde opinión así que puede recogerla metértelas en la boca y tragártela si no puedes dile a una de esas que tienes de amiga que te ayude— miro a las amigas de ella— y si yo lo hago eso no te tiene porque importar que no se te note tanto que te arde que no sea tú la que hace estas escenas— imito su voz— no es tu problema concéntrate en los tuyo que tú si has hecho peores y yo nada que te digo por qué la verdad a mí no me interesa tu aburrida vida— le digo esto con rabia creo que me estoy desquitando un poco el dolor que siento de todo lo que ella y mi abuela me han dicho así que disfrutaré estos momentos y lo apreciaré toda la vida.
—Tifany: Moila, pero no te mortifiques igual, tú no vas a hacer el trapo usado que después que te utilicen, recuerda que siempre terminan recurriendo donde ti— dice con una sonrisa cínica, Sebastián iba a responder, pero me le adelanto yo.
—Reachel: si como muchas veces la han tirado a ella y después la vuelven a buscar para emplearlo otra vez para volverla desechar porque considero que para eso es lo único que sirves para limpiar el sucio y después te tiran cuando ya te aprovecharon— espeto esto con mucha rabia y pueda que más tarde me arrepienta por haberla tratado así, pero ahora no estoy pensando y además esto es poco para como ella me trata— y sabes cuál es la diferencia entre ustedes y yo— las señalo a cada una— es que ustedes son fáciles y se le lanzan a cualquiera, en cambio, yo si conservo mi dignidad y si llega a pasar de que me tiren me encargaré de no volver hacer usada como lo hacen con cada una de ustedes— les digo mirándolas con una sonría triunfal y ella ofendidas, pero el que busca encuentra y yo ya estaba hasta la madre de soportar sus insultos no me voy a dejar ¡ya no!