—Sebastián: amor de verdad que me alegro mucho que hayas conseguido trabajo y sé, no tengo duda de que ese trabajo es para ti, porque tienes potencial y ellos lo van a notar— me envía y en mi rostro se asoma una sonrisa de felicidad.
—Reachel: yo estoy aún más feliz, yo también espero que pueda pasar en el trabajo porque en verdad lo necesito y si eso llegase a pasar voy a dar lo mejor de mí— le envío.
—Sebastián: sé que todo se va a dar y tienes mucho potencial que dar y todo lo que te propongas los vas a alcanzar— me envía y por dentro me hace confiar en mí, es loco de que una persona puede llegar a creer en ti, incluso cuando tú no lo haces.
—Reachel: gracias por confiar en mí, no sabes lo bien, que me hace— le envío, se me hace necesario que sepa lo agradecida que estoy con él.
—Sebastián: no hay nada que agradecer, no digo nada que no sea cierto— me envía y sonrío.
—Reachel: no quiero dejar de hablar contigo, pero de verdad me siento muy agotada, caminamos demasiado y quiero ya descansar; mañana toca despertarse temprano para el colegio, ¿me disculpas? — le envío.
—Sebastián: no tengo nada que disculparte, entiendo que estás cansada y necesitas dormir, espero que tengas una linda noche como lo eres tú, quiero que recuerdes, no sé si es muy pronto, pero eres lo mejor que me ha llegado a mi vida— me envía, haciéndome sonreír como una boba.
—Reachel: ¡gracias!, espero que tú tengas una linda noche y recuerda que eres mi luz en mi oscuridad— con eso apago el celular, las luces y me acuesto a dormir con una sonrisa de oreja a oreja, ya que este día no ha podido ser mejor, “siempre hay pequeños destellos de luz en las tormentas y eso te llena de esperanza porque pronto la calma llegara”, sin más caigo rendida en las cómodas almohadas de mi cama esperando a que mañana sea un gran día.
Un nuevo día llego y yo estoy emocionada porque hoy comienza mi primer trabajo. Ya me encuentro en el colegio; pasé a buscar a Cristina y ya todos los demás se encontraban en el salón, ya vamos por la tercera hora de las primeras clases, no ha pasado nada sorprendente, Sofía y Fernando siguen igual y por lo que veo esto va por mucho más tiempo.
—Cristina: ¡Reachel! — me llama y pongo atención en ella— tenemos que llamar a tu tía— dice con cara de preocupación.
—Reachel: la llamamos el domingo, ya no falta nada, no te preocupes esa llamada de que la hacemos, la hacemos— le digo convencida— no me quiero indisponer hoy que voy a comenzar a trabajar.
—Carolina: ella tiene razón, tiene que estar concentrada y no fallar en nada, sabes que está en periodo de prueba.
Seguimos hablando sobre eso hasta que llegaron los chicos, pude notar que Sofía se puso un poco tensa y yo la tome de la mano para que tranquilice.
—Sebastián: ¿Qué hacen chicas? — pregunta.
—Laura: aquí sentada, bien casual— dice sarcástica y Carlos le da una mirada reprobadora.
—Sebastián: Reachel estás preparada para hoy— se dirige a mí.
—Reachel: un poco de nervios no puedo negar, pero nada que no pueda controlar— respondo tranquila, aunque por dentro el estómago se me retorcía de los nervios.
—Sebastián: sé que te va a ir bien, confía en ti— me anima y yo le sonrió.
—Laura: uno que otro día me vas a ver por allá, después me voy para donde compramos los perros, el chico que nos atendió está muy lindo— comenta y todas nos quedamos calladas, no sé si es que no se acuerda de que aquí está Carlos o lo hizo a propósito.
—Carlos: ¿de qué chico lindo hablas? — pregunta curiosa, aquí se avecina una discusión, ella buscando lo que no se le ha perdido, no se podía que dar callada.
—Laura: alguien que no te incumbe— le responde como si nada.
—Carlos: ¡ahh! Ok, pues yo pensé que estábamos en lo mismo en tratar de llevar algo, pero por lo que veo no estamos en la misma sintonía— dice incrédulo.
—Laura: si tú y yo no llevamos ningún tipo de relación— eso dolió no fue a mí y lo sentí— además, no siempre tengo que estar dándote explicaciones de todo— le agrega.
—Carlos: ¡no!, no tenemos ninguna relación, pero consideré que quizás estábamos tratando de llevarnos bien y tener comunicación, pero ya veo que no— le dice mirándola directamente a los ojos y todos permanecen callados ante este momento de tensión— tienes razón tú no tienes por qué darme ningún tipo de explicación, pero yo creí que podíamos confiar el uno en el otro, pero eso no va a suceder, pero si te digo algo que ya me canse de este jueguito de que yo te ruego y tú me rechazas, te equivocaste si pensaste que yo te iba a estar en ese plan ¡pues no! Eso aburre y la verdad tú no eres nadie para yo estar rogándote ¡sí!, me gustas, pero eso no quiere decir que voy a estar detrás de ti humillándome, yo tengo dignidad y eso va por encima de todas las cosas, si quieres estar con otra persona estas en todo tu derecho yo no te voy a detener, tranquila tienes el camino libre para hacer lo que tú quieras, pero conmigo no vas más— le dice serio y todos estamos sorprendidos por todo lo que dijo, pero a quien si le toco fue a Laura tanto que se quedó callada.
—Sofía: el chico tiene novia y siempre lo recalcó— trata de recuperar la esperanza en Carlos.