Catalina
-¿TU?- decimos al mismo tiempo, mirándonos con asombro.
-¡Cata!- exclama, el nene, lanzándose a mis brazos.
-¡Wow! Esto es a lo que yo llamo recibimiento- digo mientras lo atrapo en su lanzamiento digno de un clavadista.
-Sebastian…- inquiero dudosa, separándonos.
-Johnson, Sebastian Johnson, ese soy yo- menciona señalándose con el pulgar.
-¿Vives aquí?-
Observo detenidamente el caserón que se gasta y… “¿esperen la palabra caserón existe? mmm si lo googleo…”
-Sí- afirma llamando mi atención, moviendo la mano.
Sacudo la cabeza, dejando para después la búsqueda en Google, prestando atención al pequeño interlocutor.
-Esta es mi casa- su cara se ilumina con si le acabara de decir que desayunara caramelos y que las vacaciones son eternas.
-¿Vienes a cuidarme aquí también?- me toma de la mano tratando de arrastrarme, dentro del caserón.
-Ohhhh…- se detiene y me mira fijamente.
-Voy a buscar a mis hermanos… ya les conté lo que hiciste por mi- menciona con notable emoción en su voz y vuelve halarme del brazo.
-Oigan- declara en voz alta.
-Ella es Cata… la que me salvo de Rodrigo- veo a un par de chicos acercándose a nosotros.
-¡Hola!- digo, levantando mi mano a manera de saludo para los recién llegados.
-Y no te salve- aclaro -simplemente te ayudamos y la Hermana Lucía también, así que…-
-En serio… ¿si comes niños?- pregunta uno chicos con pinta de emo frustrado.
-Porque eso estaría muy cool y ¿niñeras no comes?-
-Okey- gesticulo, alejándome dos pasos hacia atrás.
-No le hagas caso- la chica que lo acompaña lo golpea por el hombro.
-Se cayó mucho de pequeño- se acerca susurrándome
-Él es Dorian- lo señala -yo soy Dory… gracias por la ayuda, siempre lo molestan-
-Oh ok, no hay problema- respondo con una sonrisa -siempre puedo volver y amenazarlos con comérmelos- susurro lo último.
-Y ¿cómo hiciste con la sangre?, segura no comes personas- indaga con ojos expectante el emo.
-¿No te han tratado especialista Doriaemo?- los tres se quedan mirándome extrañados.
-Aishh- ruedo los ojos -saben… por Dorian y Emo...Doria emo- cruzan miradas entre ellos.
-Aunque ese nombre parece más bien de Doraemon- siguen mirándome raro -como el manga… ya saben el gato, robot azul... ¿nada?... ¿en serio? ..., pero que les enseñan hoy día- niego con la cabeza.
-Y no… no era sangre, no soy caníbal- aclaro -y deberías dejar de ver programas de zombies y esas cosas, que no existen, por cierto-
-Insisto- señala Dory -se cayó mucho- comienzan a reír.
-Por eso- señala el Doriaemo molesto -nunca hablo con ustedes-
En ese momento, escuchamos a alguien discutiendo en medio de la sala y como buena corresponsal de guerra, mi deber es, saber la noticia en medio de la disputa en tiempo real.
-Oigan- digo tratando de hallar el foco de la discusión.
-¿A quién van a matar?- tomo de la mano a Sebastian y caminamos de manera sigilosa para que no noten nuestra presencia.
-¡Ohhh! jajajaja, ya descubrieron a Paul- expresa Dory riendo.
-¿Será que lo mata?- pregunta Doraemon, viendo la escena -nos tocara ocultar su cuerpo y después tendremos que lavar todo con lejía para que la policía no encuentro rastros de sangre- giro fijando mi mirada sorprendida en él.
-Ok- hablo mientras me alejo un poco del perturbado -está mal, en serio
-Sabes tengo un amigo sacerdote que puede hacerle un exorcismo o algo- susurro.
-Ya lo intentamos- Sebastian, posa su mirada en su hermano, mientras Dory va a la puerta después de escuchar el timbre.
-Mi primo nos regañó- Sebas agacha la cabeza y mueve su pie -es que, le pedimos agua bendita para bañarlo-
-¡¿Qué?!- los observo espantada y yo que sólo bromeaba.
-Shh- Dory vuelve y señala un lugar específico.
-Miren eso- giro hacia donde señala -ahora si viene la grande- el resto de Dory y sus hermanos se tornan serios y ¿tristes?.
Al mirar, bien veo a una rubia con cara de Droopy y hey ese el bipolar… ¿el bipolar? “Ahhh Dios mío ¿esta es su casa?”.
-Y… ¿quién es él?- señalo con la cabeza al bipolar.
-Mateo- escucho una voz detrás de mí -es el hermano mayor de los chicos- giro a ver el responsable de la voz de locutor de radio y… “Madre del Amor hermoso es un repapito, siento que voy a morir”.
-Aléjense rápido- llega otro repapito y toma de los hombros al primero.
-Huyan, antes de que ustedes también los arrastre la mala vibra de Mateo- declara asustado.
-Madre Santísima y es que… ¡esta es la casa reproductora de repapacitos?- los miro con cara de idiota -están buenísimos- suspiro en mi idiotez… y no me juzguen que ustedes también estarían peor.
-Gracias- dicen ambos sonriendo.
-¿Lo dije en voz alta?- pregunto y veo como todos afirman con la cabeza.
-Ahh Elon Musk regálame un pasaje y mándame a la Luna sin retorno- siguen sonriendo.
-Ehh…- me hala de la blusa Sebastian -lo dijiste en voz alta- golpeo mi frente con la mano.
-Y ahora… llega una castaña, interrumpiendo mi momento de vergüenza.
-¿Qué está pasando?- cuestiona la recién llegada, seguida de una señora mayor “¡Ohhh! trae sándwiches”.
-Amanda- repapito dos se coloca a su lado -me libre de tu hermano, pero Valery no… gracias Nana tanto nervio me da hambre- agradece y toma unos de los sándwiches y nos ofrece y a la comida gratis, nunca se le debe decir que no, es por educación, ojo.
-Y- señalo tragando un trozo del pan -esto es normal aquí o sólo lo hacen por deporte- pregunto observando el intercambio de palabras, pero que va subiendo de todo. “mmm este sandwichito esta buenísimo” pienso mientras doy otra mordida.
-Ahh, ya creo que lo hacen por deporte- dice la castaña que ahora sé que se llama Amanda.
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memoria perdida, millonario y frio, chicas empoderadas y divertidas
Editado: 15.01.2023