Quitan la luz de mi rostro para extenderme la mano y ayudarme a levantarme. Ahora más consciente veo claramente un grupo de almenos 7 soldados o eso parece, estamos todos en la habitación algunos de ellos vigilan la puerta y otros me miran fijamente, puedo sentir sus miradas a través de las máscaras de gas que llevan puestas, además que todos llevan lo que parece trajes contra la radiación y equipo táctico.
—Estas herido muchacho ¿Me escuchas?
Esa voz apenas la distingo, pues todos tienen máscara de gas que me dificulta escucharlo.
—Si estoy bien. ¿Quienes son ustedes?
El hombre que parece estar al mando entra por la puerta imponiendo su presencia. Todos saludan al que parece su superior con posición de firmes, está más que claro que son militares.
—Somos del Ejército Mexicano, lo evacuaremos a la base militar más cercana. Ahí estará seguro, venga con nosotros.
Después de escuchar sus palabras lo sigo mientras todos los demás soldados avanzan a mis espaldas. Estando a escasos centímetro de la puerta que también está resguardada por militares recuerdo que olvide mi mochila.
—Señor olvide mi mocha ¿Puedo regresa por ella?
El apenas y me hace caso, voltea disimuladamente a verme y puedo ver por primera vez sus ojos. Después de eso no dice una sola palabra y abren la puerta enfrente de nosotros. Salgo después de el al exterior, en medio de la carretera está una larga fila de coches y camiones militares con la pintura muy descolorida. Es cada uno de los camiones hay adultos y niños, son almenos cincuenta militares en total.
Seguimos avanzando hacia uno de los camiones, se escuchan unos gritos a mi derecha. Es un hombre gritando y empujando a los militares, los militares tratan de calmarlo pero el se niega y los empuja, además trata de tomar una de las armas que tienen. El hombre que me dirija al camión no hace nada solo mira atento durante unos segundos antes se seguir caminando. Los soldado tratan de calmarlo aún, uno de ellos harto lo golpeó con su rifle, el alborotador cae al suelo adolorido, otro soldado mira al hombre quejándose en el suelo y le dispara con su arma. Su cabeza explotó salpicando todo el pavimento y el uniforme de varios soldados, la sangre que sale de su cuerpo avanza lentamente hasta llegar a mis zapatos.
El hombre de mayor rango en el lugar detiene su caminata y voltea a verme.
—Lo vas a ayudar o vendrás con nosotros
Sus palabras retumban en mis oídos mientras miro como el charco de sangre se hace lentamente más grande. Regreso en mi mismo y avanzo rápidamente para alcanzar a este hombre, en el trayecto veo como todo el mundo ve el cuerpo en el suelo, algunos fingen que no paso nada y otros tratan de calmar y distraer a los niños curiosos que quieren ver qué pasó, sus padres no los dejan ver el asqueroso escenario. Los saldados que presenciaron el echo solo lo arrastran a un costado del camino.
Sigo avanzando mirando fijamente la espalda de mi guía, llegamos por fin a la parte trasera de un camión. En el solo hay unas cuantas personas sentadas a cada lado, un hombre se levanta de su asiento y me ayuda a subirme, me siento a un lado de un joven de mi edad esperando que algo pase. El silencio se apodera de la situación al igual que la oscuridad, tal vez las nubes de cenizas cubren el suelo se nuevo, esto es muy raro todos los que estamos en el camión nos miramos unos a otros esperando ir a un lugar mejor o eso esperamos. No e podido pensar con claridad hasta este momento, creí que el mundo había terminado, que el gobierno desapareció o tal vez si lo hizo y quieren ayudarnos, no lo creo por que mataron a un hombre sin dudarlo. Esto se pone cada vez más raro en ves de sentirme aliviado y esperanzado no me siento haci ¿por qué?, acaso lo que he vivido estos últimos días a cambiado algo en mi, no lo creo es imposible, aunque tengo que admitir que e tenido que hacer cosas horribles pero no me convence nada.
Algo me incómoda, el ambiente es muy extraño no puedo creer que aún haya militares y mucho menos que estén dispuestos a ayudarnos. Me niego a creerlo, ¿nos llevarán a una base militar o algo parecido? ¿Por qué no me mataron?.
El camión empieza a temblar señal de que nos vamos, esto me tranquiliza hace que todas las preocupaciones desaparescan con la nueva esperanza de un lugar mejor o eso espero, miro a mi lado derecho mientras empezamos a avanzar con una larga caravana detrás de nosotros. Ahora un poco más tranquilo regreso la mirada a las demás personas en el camión, parecen un poco preocupados varios de ellos cierran los ojos como si tuvieran miedo de algo o esperarán que pasará algo.
Esos rostros no cambian ni un poco en una media hora, este tiempo me sirve para descansar de mis heridas frescas y no tomarle importancia a la preocupación de mis acompañantes. Solo me distraigo mirando la caravana que avanza detrás de nosotros que poco a poco se hace más grande la distancia que nos divide, esa distancia me deja ver el nuevo escenario de este nuevo mundo, el asfalto agrietado, las casa destruidas que poco a poco desaparecen, las casas y los rastros de civilización desaparecen lentamente para abrir paso a una vieja carretera acompañada de campos enormes con yerba crecida y seca. Da mucho miedo pensar que antes en este misma carretera se empezaban a llegar personas construyendo su futuro, ahora no queda rastro alguno, solo yerba seca y unos cuantos escombros, eso lo miro por lo que parecen horas y horas. Regreso la mirada a mis acompañantes que por suerte sus cara han cambiado, ahora se ven con rostros más nostálgicos mientras nos acaricia el rostro una fría pero delicada brisa, no dura mucho este sentimiento de nostalgia, libertad y de esperanza pues el escenario cambia drásticamente a uno lleno de cadáveres en plena putrefacción siendo comidos por cuervos enormes y negros, lo más llamativo de estos cuerpos regados a los costados de la carretera es que todos portan uniformes militares.