La zona de las calabazas, zona preferida del nomo mayor, se había convertido ese día en el lugar de enlace para Treyton y Lizy, quienes se miraba mutuamente tras el sí respectivo.
—¿Qué esperas?, besa a tu esposa — dijo el nomo mayor, mientras decenas de nomos observaban al par de jóvenes, y el nomo mayor sonreía como si esperara comprobar algo con ese beso.
—Mi primer beso, será en mis sueños — pensó Lizy.
Treyton, tomo las manos de Lizy, y deposito un beso en su frente, mientras el nomo mayor lo observaba fijamente.
—Solo sonríe — pronunció en voz baja Treyton.
—¿Qué? — dijo en tono bajo Lizy.
—No está probando — agrego en voz baja Treyton, ante ello la joven solo sonrío. Al tiempo que el joven pronunció — Lizy es un tanto tímida, espero y comprenda.
—Si no hay beso sincero, no habrá ruptura del hechizo — contesto el nomo, haciendo una pausa para acotar — Tres meses, ese es el tiempo que tienen para demostrarme su sincero amor, sino ya saben lo que pasará.
Treyton y Lizy se miraron mutuamente por algunos segundos, mientras el nomo mayor no dejaba de observarlos. Tras algunos minutos Treyton y Lizy volvieron hacia la zona de los árboles.
—Si todo es un sueño, yo puedo cambiar el rumbo del mismo — dijo Lizy en voz alta, mientras caminaba tras Treyton.
—¿Crees que estás en un sueño? — respondió con nostalgia Treyton, deteniendo su andar, para posar su mirada en la joven.
—Claro es un sueño, ¿no? — contesto Lizy, muy segura de sus palabras.
—Lamento decirte que no lo es, esto es una realidad, mi realidad y tú realidad ahora — agrego Treyton, dejando sorprendida a la joven.
Ante las palabras de Treyton, Lizy llevo sus manos a su rostro, luego miro sus manos, y se miró a sí misma, por algunos segundos.
—Yo no puedo ver bien sin lentes, y aquí lo estoy haciendo sin ellos, además yo no llevaba estas prendas, ni mi cabello lo llevaba suelto, yo estaba en la biblioteca…..
Treyton, escuchaba atentamente lo que la joven decía, mientras su mirada entristecía más, y un fuerte viento se empezó a apoderar del lugar.
—¿Qué sucede? — dijo Lizy.
—Solo son los efectos de tu rechazo a este mundo, el nomo lo sabía, el matrimonio solo fue una trampa suya, pues él bien sabía que tú has borrado tus recuerdos o más bien él te los borro antes de enviarte a ese otro mundo, solo así él podrá tomar mi cuerpo por completo, pues tú olvido será mi extinción — respondía Treyton, mientras hojas empezaban a sobrevolar.
—¿Qué? — pronunció la joven.
—Tal vez sea lo mejor, no tiene caso obligarte hacer algo que no deseas, el matrimonio no tiene validez en ese otro mundo en el que vives, allá podrás volver hacer tu vida, en cuanto abandones este mundo — acotó Treyton.
—¿Entonces podré regresar a mi mundo? — dijo Lizy, mientras pensaba: Para ser un sueño es tan real.
—Sí, Adís nos ayudara a que salgas de aquí — contesto Treyton con cierta nostalgia, haciendo una pausa para añadir — ¡Vamos con él!
—¡Gracias! y no te preocupes, yo haré que el hechizo se rompa — pronunció Lizy.
Treyton no respondió nada solo empezó a hablar en un lenguaje extraño, al tiempo que los árboles que estaban a su alrededor, empezaron a tomar aparentemente vida, y acompañaron a él con canticos, también en un lenguaje que Lizy no lograba comprender. Tras algún tiempo, un bello caballo de color blanco con alas aparecía en el lugar. El joven hablo con el mismo sin que Lizy pudiera oír dicha platica, luego le pidió a la joven que suba al caballo.
—¿No piensas acompañarme al menos hasta la salida? — dijo Lizy.
—No tiene sentido que vaya — respondió Treyton con nostalgia.
—Como buen caballero deberías escoltarme — acotó Lizy, haciendo que en el entristecido rostro del joven se plasme una sonrisa. ¿Dije algo gracioso? — agrego.
—No, claro que no, es solo que así empezó todo entre los dos — contesto Treyton, guardando silencio por algunos segundos, mientras meditaba sus palabras.
—¿Qué pasa? — dijo la joven.
—Te escoltaré — respondió Treyton.
—¡Gracias! — pronunció Lizy.
Treyton ayudo a subir a Lizy al hermoso caballo alado de color blanco, mientras los árboles con rostro y brazos del bosque cantaban una cálida melodía que trajo a la mente de la joven algunos sucesos que ella no recordaba haber pasado, al menos no en el mundo al que ella creía pertenecer. Una vez que ambos jóvenes estuvieron sobre el caballo, este se elevó y empezó a sobrevolar por el bosque, mientras los árboles entonaban una cálida melodía.