Un padre para Candy

8. Ser un ejemplo para Candy.

 

 

Anabel preparaba la cena y podía escuchar a su hijo y a Oliver en el salón. Los dos seguían construyendo la maqueta del volcán. 

 

— Se supone que me tienes que ayudar, no hacerlo tú. — Se quejó Candy mirando a Oliver. 

 

— Soy el adulto y tengo que manejar muchos de los productos. — Contestó Oliver, sintiéndose Candy engañado por él. — Así que solo haz lo que te digo. 

 

— No eres mi padre. 

Candy puso una mueca de disgusto, no entendía porque insistía tanto en estar con él y con su mamá. 

 

— Pero podría serlo. — Oliver frotó el cabello de Candy. 

 

— ¡Ni en tus sueños! — Le gritó Candy, golpeando su mano. — Dani tiene razón, eres sospechoso. 

Oliver sonrió y agarrando al chico de los brazos siguieron con el proyecto. 

 

— ¿Queréis tomar algo? — Les preguntó Anabel que se asomó al salón. 

Oliver asintió y le dio unos golpecitos a Candy en la cabeza, diciéndole que él también quería. 

 

— Si necesita ayuda, dímelo. — Se ofreció Oliver mirando a Candy trabajando en el volcán. 

 

— No, no es necesario. — Le contestó Anabel. — Pero me gustaría hablar contigo antes de que te marches. 

Oliver se quedó extrañado, pero aún así le asintió diciéndole que después hablarían. En ese momento tocaron al timbre de la puerta y Candy dejó lo que estaba haciendo para ir hacia la puerta. 

 

— No abras la puerta sin preguntar. — Dijo Anabel que caminó detrás de él hacia la entrada del piso. — ¿Me estás escuchando, Candy? 

Candy abrió la puerta, viendo a sus amigos Dani y Brayan, con ellos venían el hermano mayor de Dani y su novia, que era la hermana de Brayan. 

 

— Señora. — Saludó Dani a la madre de Candy que se acercó a la puerta. — ¿Deja que Candy nos acompañe al cine? Mi hermano y su novia cuidaran de nosotros. 

 

— Su novia es mi hermana. — Se quejó Brayan y Dani sonrió a su amigo. 

 

— Hola, chicos. — Los saludó Anabel y preguntó después a su hijo. — Candy, ¿quieres ir con tus amigos al cine?

Candy asintió a su mamá, claro que quería ir al cine, hacía tiempo que los tres amigos querían ver una película animada. 

 

— ¿Puedo? — Preguntó Candy y Anabel le sonrió. 

 

— Claro que puedes. — Le acarició la cara y Candy entró corriendo para coger sus cosas. 

 

— Lucas. — Dijo Anabel al hermano de Dani, dejando que tanto Dani como Brayan entraran detrás de su hijo. — Ten paciencia con ellos. 

 

— No se preocupe, señora Stella, nosotros nos ocupamos de ellos. — Le respondió Lucas y su novia asintió apoyándolo. 

 

— No es la primera vez que nos encargamos de esos chicos. — Añadió María, la novia de Lucas. — Así que no se preocupe por ellos y disfrute de su tiempo libre. 

Cada un tiempo, Lucas y María llevaban a los tres niños al cine o a cualquier otro sitio, era un descanso para los padres que ellos hicieran eso. 

 

 

Anabel y Oliver cenaban juntos en la pequeña mesita frente al sofá. Acompañado a la cena con un buen vino dulce. 

Como era costumbre, Oliver disfrutaba de la comida, incluso repitió.

 

— ¿Qué era lo que quería decirme? — Le preguntó cuando se acordó de que Anabel quería hablar con él de algo. 

Anabel que sostenía en sus manos la copa, asintió. 

 

— Candy y yo nos iremos de vacaciones y pensé que quizás te gustaría venir con nosotros. — Le comentó Anabel, apretando la copa en sus manos. — No tienes que hacerlo si no quieres. 

Oliver se sintió reconfortado de que Anabel pensara en él para que fuese con ellos de vacaciones. 

 

— ¿No será una molestia para ustedes? — Le preguntó Oliver.

Anabel negó, ¿cómo sería una molestia si había sido ella misma la que le pidió que fuese con ellos de vacaciones? 

 

— Me gustaría que Candy tuviera un ejemplo masculino. 

 

— Yo… ¿Podría ser un ejemplo para él? — Le preguntó Oliver. — Jano se moriría de nuevo se te escuchara decir eso. Soy un completo desastre. 

Anabel sonrió dejando la copa en la mesita y agarró sus manos. 

 

— Jano estaría contento de que su hijo te tuviera a su lado, al igual que yo lo estoy. — Le habló Anabel, dedicándole una cálida sonrisa. — Así que, por favor, ¿podrías ser el ejemplo de padre para Candy? 

Oliver acercó las manos de Anabel a sus labios y se las besó con mucho más que cariño. Ya que estaba enamorado de ella, no sabía desde cuándo o cómo ocurrió, solamente se enamora de la esposa de su amigo. En el pasado, Oliver tomó como excusa su trabajo para alejarse de su amigo Jano, pero la realidad era que se enamoró de Anabel… 

 

 

Lucas les compró a los niños unas palomitas y unos refrescos, también compró entradas para ver una película animada. 

 

— ¿Y ustedes? — Preguntó Dani a su hermano Lucas. 

 

— Nosotros veremos otra película. — Contestó Lucas. — ¿No creerían que íbamos a ver la misma película que ustedes? 

Dani se molestó con su hermano. 

 

— ¿Entonces nosotros iremos solos? Cómo se entere mamá se te va a caer el pelo. — Habló Brayan a su hermana. 

Dani asintió, repitiendo lo mismo que Brayan, pero a su hermano. Recibiendo de él un tortazo en la cabeza. 

 

— Nuestra película terminará antes que la vuestra. Así que estaremos esperando en ese muro de allí. — Les indicó Lucas. — Aunque haya mucha gente también estaremos ahí, ¿Entendido? 

Los tres niños asistieron y María sonrió. 

 

— Compra nuestras entradas, yo acompañaré a los niños a la sala. — Le dijo María, tomando a su hermano de los hombros y haciendo que caminara. 

 

— Amigo, ¿no te preocupa que tu mamá se haya quedado sola con Oliver en casa? — Preguntó Dani a Candy, comiéndose las palomitas a puñados. 



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En el texto hay: familia, drama, amor

Editado: 05.05.2023

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