Capítulo: 7
—Señorita, debe haberse confundido de mesa pues yo espero al señor Jhan Escobar—pronuncié mientras intercambiamos miradas y se quedó en silencio.
—¿Artemis? —preguntó tragando en seco como si me conociera y eso me dejó con duda.
—¿Nos conocemos? —cuestioné recorriendo completamente su cuerpo sin evitar fijarme en su escote. ¿Será que me recuerda también? pensé fijando mi vista en sus ojos.
—Yo soy... soy la hija de Max Escobar, el dueño de la mayor empresa automovilística de la región y según tengo entendido usted deseaba hacer negocios con mi padre. —terminó diciendo, cosa que me decepcionó bastante, ni siquiera me recordaba, será que solamente fui yo quien sentí esa conexión tan profunda que tuvimos desde la primera vez.
—Ho—respondí sonriendo—que alivio, cuando preguntó si la conocía imaginé que era una de esas chicas...—dije intentando que recordara si me había visto antes. Coño Sonia te quité la virginidad y te di la mejor noche de tu vida y ni me recuerdas o es ¿que no fue la mejor noche de tu vida? .
—Con las que tiene sexo salvajemente en una noche de fiesta y luego quieren casarse con usted.—dijo sin titubear y su manera de hablar tan directa me dejó más que sorprendido.
—No pensaba decirlo así, pero bueno—pronuncié recorriendo todo su cuerpo de manera indiscreta con la mirada. Quería que se diera cuenta de que me gustaba y quería tenerla.
—No se asuste solo vengo a representar a mi padre y los intereses de mi compañía. —pronunció con seriedad sin mostrar el menor indicio de estar abierta al coqueteo.
—Es un placer que esté aquí, no imaginé que la heredera de la compañía automovilística más prestigiosa de la región fuera tan preciosa.—intenté ser amable y relajar el ambiente, pero sus próximas palabras demostraron que no estaba interesada.
—Gracias, pero imaginó que no agendó una reunión de negocios con mi padre solo para decirle eso—agregó con seriedad. Que carácter tan difícil tenía esta mujer y no solo eso, sino que luego de hablar y ofrecerle el mejor negocio de su vida lo rechazó, rechazó mi oferta de negocios, le ofrecí el 30 por ciento de las ganancias en un negocio que daría resultados millonarios y se negó, quería el 50 por ciento y acabó retirándose dejándome con la palabra en la boca. Como si le importara una mierda quien era yo, cualquier mujer se habría derretido de solo tenerme frente a frente coqueteándole y Sonia, Sonia me cortó a la primera.
—¡Maldita mujer! —exclamé enfadado cuando se fue—si seguía con esa actitud me tomaría más tiempo de lo que habría previsto hacerla mía. Sin embargo su manera fría y desinteresada solo despertaba más mi interés en ella, me encanta lo difícil porque sabe mucho mejor cuando lo consigues .
Tomé el teléfono y le mandé un mensaje a Eric, mi primo:
—Mi cita ya terminó ven y tomemos unos tragos—envié adjuntando la ubicación del lugar y al poco tiempo Eric estaba allí. La verdad Eric era como si fuera mi hermano, cuando mi padre murió el padre y la madre de Eric fueron quienes me criaron y tanto es el cariño que le tengo que lo puse como heredero de toda mi fortuna, después de todo él y sus padres son la única familia que tengo y quienes me criaron desde pequeño. Casarme y tener hijos no estaba en mis planes. Veía el amor como algo que nos volvía débiles y tontos y para tener hijos hay que estar casados pues tampoco quería tener un hijo sin madre, igual que yo. Eso sin contar que mi carácter era demasiado fuerte y dominante como para tener que lidiar con un mocosito insoportable.
—Pensé que ya estarías en un hotel—exclamó Eric sentándose a la mesa donde estaba, entre nosotros no había secretos y era la única persona en la que confiaba completamente y que me conocía aunque no le contaba mis travesuras con detalles sabía mi fanatismo por el sexo.
—Hermano la encontré—respondí sonriendo y él me miró desconcertado.
—¿A quién? ¿a tu madre? —cuestionó pues hacía años no veía a mi madre y las pocas veces que nos habíamos cruzado se lo había comentado a mi primo.
—Mi madre está muerta—respondí seriamente y la sonrisa se borró de mi rostro por un momento, la verdad no soportaba hablar de mi madre ni nada que estuviera relacionado con ella.
—Disculpa ¿a quién encontraste?
— A Sonia, la chica de la foto que salió en las noticias, junto a su hermano, la que había conocido años antes...
—Artemis ¿estás loco? —cuestionó bebiendo de su copa sorprendido.
—Solo quiero olvidarla y para eso necesito aburrirme de ella.
—Si quisieras olvidarla no la estuvieras buscando con tantas ansias.
—No la estoy buscando—mentí—tenía hoy una reunión de negocios y da la casualidad que era la hija del propietario de la empresa con la que quería cerrar el negocio y casualmente envió a su hija—volteó los ojos cuando dije esto.
—Artemis Londek, te conozco mejor que la palma de mi mano y sé que no hay coincidencia tratándose de ti. ¿No estarás enamorado de esa mujer?
—Por supuesto que no—me adelanté a decir—solo quiero pasar el rato con ella.
—Y yo solo espero que no olvides lo que papá nos enseñó: las mujeres son solo un medio de placer y el día que te enamoras perdidamente de ellas solo quedas como un idiota. Puedes pasar el rato con ellas, tener a cuantas quieras, pero sin enamorarte o te quitan todo, hasta el honor, como hizo tu madre con tu padre—agregó y golpeé la mesa .
—Te he dicho que no hables de esa mujer—exclamé lleno de rabia y terminé perdiéndome en mis pensamientos.
Tendría unos 8 años cuando una mañana me desperté y vi por la ventana de cristal a mi madre montando sus maletas en un auto, salí corriendo hacia donde estaba y ella levantó su vista hacia mí, no sabía que estaba pasando, pero mi madre estaba llorando.
—Mamá ¿por qué lloras? —cuestioné abrazándome de ella que se agachó frente a mí.
—Me tengo que ir Artemis, tienes que quedarte con tu padre—pronunció derramando algunas lágrimas más que limpió con su mano.
—¿Dónde tienes que ir? Quiero ir contigo—dije tomando su mano y ella besó mi rostro.
—No puedes ir, eres el heredero de un gran imperio, tu lugar es aquí con tu padre.
—No quiero un imperio, te quiero a ti—pronuncié y ella me abrazó llorando sentidamente.
—No puedo hacer nada Artemis, tienes que quedarte con tu padre. Pórtate bien, eres un niño muy inteligente.
—¿ Cuándo volverás? —cuestioné y se quedó llorando en silencio.
—Me tengo que ir, no olvides nunca que te quiero mucho—fue lo único que dijo abrazándome y besándome muchas veces y sujeté con fuerza su mano, era obvio que se iba para no volver nunca más.
—Por favor mamá no me dejes—pronuncié derramando unas cuantas lágrimas sin soltarla hasta que ella logró desprenderse de mí.
—Por favor mamá no te vayas—imploré llorando, pero ella montó en ese auto sin siquiera dudarlo y no miró atrás.
—¡No te vayas mamá! —grité corriendo detrás del auto que no se detuvo y mi niñera y uno de los guardias de la casa me aguantaron.
—¡Quiero irme con mamá! —grité, lloré y pataleé y ellos me llevaron hacia adentro de la casa sujetándome con fuerza, y cerrando la entrada, corrí enojado hacia la habitación de mi padre que solo miraba por la ventana y al entrar él me miró y suspiró.
—Quiero a mi mamá. ¡Llévame donde está mamá! —le reclamé y él se agachó frente a mí.
—Artemis... lo siento mucho, pero tu madre no quiso llevarte.
—¡Mientes! —le grité—¡Mamá me quiere mucho!
—Tu madre se ha ido con su amante, ya tiene otra familia y prefirió que te quedaras conmigo —dijo sujetando mis hombros—yo nunca te dejaré Artemis, eres mi único hijo, mi heredero. No quiero que llores más, nunca debes llorar por ninguna mujer, ni siquiera por tu madre.
—Pero quiero mucho a mi mamá...
—Querer mucho a alguien solo te vuelve débil, flojo y hace que los demás se burlen de ti—dijo mirándome fijamente. Extrañaba mucho a mi madre y lloraba por ella todos los días, después de todo solo tenía 8 años. Un día mi tío fue a buscarme al colegio cosa que me sorprendió bastante.
—Artemis sucedió algo muy malo tienes que ser un niño valiente—dijo mi tio Gerarg Londek quien era el único hermano de mi padre. —Tu padre te quería mucho—hizo una pausa y su vista se nubló, mi corazón empezó a acelerarse y sentí un miedo horrible de que mi padre también se hubiese ido al igual que mamá y me hubiera dejado solo.
—¿Se ha ido? —pregunté con un nudo en la garganta y mi tío se mantuvo un instante en silencio—¿se ha ido igual que mamá?
—Él nunca te dejaría, pero no resistió que tu madre los abandonara y sufrió un ataque al corazón y murió.—terminó respondiendo.
—No—dije dando un paso hacia atrás—quiero a mi papá—pronuncié y mi tío me abrazó,estaba confundido,lleno de odio y miedo, estaba solo en el mundo sin padre y sin madre todo poe culpa de ella—todo es culpa de esa maldita mujer, si tu madre no los hubiera abandonado esto nunca habría pasado—agregó y en ese instante comencé a odiar a mi madre, ella era la culpable de todo lo que estaba pasando, por su culpa me había quedado solo, por su culpa papá había muerto, me había quedado solo en el mundo.
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Editado: 04.01.2024