Alice estaba inconsciente amordaza y echada en el asiento trasero de un auto, sus manos estaban fuertemente atadas hacía atrás por una soga, al igual que sus tobillos, le apretaban tanto que le habían dejado marcas.
Estando a pocos metros de llegar a casa, Moondai estaba devorando una de los pedazos de carne que acababan de comprar, no le importaba que estuviera helado, sus afilados dientes perforaban y cortaban la carne con facilidad y no se molestaba en masticar lo suficiente.
- come más despacio - Habló Daniel mientras cargaba con algunas compras para llenar el refrigerador - solo falta que te dé una indigestión
- lo se - dijo ante de quitarse los lentes de sol que había usado para tapar los colores de sus ojos, trato ralentizar su ritmo y masticar más, o al menos intentarlo, Daniel se percató de un auto que pasaba a gran velocidad, lo siguió con la mirada mientras avanza, Moondai quedó helado cuando el auto pasó por su lado, haciendo que pare en seco y por poco se atore por la carne, sus ojos se abrieron de par en par
- ¿Qué sucede?
- ese auto olía a sangre fresca…
El auto siguió avanzando hasta salir del pueblo en dirección al bosque, Cuando Alice despertó, pudo notar al ver las hileras de árboles frondosos en ambos lados, nuevamente buscó la mirada de su captor a través del espejo retrovisor quiso decir algo, pero la mordaza, pudo ver al culpable por medio del espejo retrovisor, dándole una mirada suplicante, pero no hubo respuesta, harta de la situación, comenzó a patear el asiento desde atrás, finalmente el auto se detuvo de forma repentina, Alice se golpeó contra la parte posterior del asiento por la brusquedad. EL hombre se apresuró a bajar del auto para abrir la puerta y jalarla del brazo con brusquedad, ella se quejó y pataleo en un intento desesperado por librarse de él.
La dejó caer bruscamente al suelo, desde ahí lo vio sacar el cuerpo embolsado del auto, para arrastrar lo hasta que lo perdiera de vista entre la vegetación.
Sin perder tiempo para llorar, Alice comenzó a arrastrarse por la carretera en dirección contraria del auto, su vista se comenzó a nublar por sus lágrimas, la textura áspera comenzaba a raspar su quijada, piernas y brazos a medida que avanzaba, si no hacía algo para liberarse y huir, él la iba a encontrar fácilmente, cuando logro divisar unas piedras rocosas, no dudo en acercarse con la esperanza de poder romper la soga
Se encogió de dolor cuando sintió que la roca causó una larga cortada en su brazo bajo su codo, pero no se detuvo, cuando pudo librar sus brazos, busco desatar el nudo en sus tobillos.
El hombre regresó a donde había dejado el auto, busco a Alice alrededor y bajo el auto descubriendo que se había ido - ¡carajo! - maldijo y mirando a todas direcciones, buscando algún rastro de ella
Alice corría en la carretera, descalza y aterrada, esperando volver al pueblo para pedir ayuda, pero estaba realmente cansada y haber estado encerrada por varios días sin comer le estaba pasando factura, comenzó a sentirse mareada, necesito detenerse un momento para descansar, pero pronto pudo escuchar el grito de aquel monstruo - ¡no importa cuanto corras! ¡te encontraré!
Alice apretó los dientes en una mueca de horror mirando en dirección al auto, así que decidió esconderse en el bosque alejándose de la iluminación que proporcionan los postes. Avanzó en línea recta, abriéndose paso entre la vegetación hasta que tropezó con una piedra cayendo de bruces al suelo, gimoteo levantando la cabeza encontrándose rodeada por la oscuridad, no escuchaba más de su captor solo el sonido de las cigarras, se levantó sin saber a donde ir, tal vez podría esperar al amanecer para buscar ayuda, aunque aun corría el riesgo de ser encontrada
Su cuerpo se tensó cuando escuchó un crujido detrás de ella, no podía voltear, tampoco quería hacerlo, al sentir como algo o alguien se estaba acercando, podía sentir su mirada a sus espaldas y el peligro acechando, incapaz de poder correr al sentir su cuerpo paralizado.
Una mano de piel pálida tomó su hombro y ella se apartó de un salto para ponerse de rodillas - ¡por favor, no me hagas daño, por favor!- súplica con la voz temblorosa - ¡por favor! - Se estaba empezando a quebrar por el llanto y el miedo.
- hey ¿estas bien? - habló Moondai con algo de temor y sorpresa por su reacción, pudo escuchar el olor de la sangre en ella pero podía ignorar aquello - ¿que te paso?
Alice no pudo contestar, las lágrimas salieron para empapar sus mejillas de nuevo, Moondai tensó la mandíbula sin saber que hacer ni qué estaba pasando, pero sabía que no podía dejarla así, se puso en cuclillas para poder estar a su altura - yo soy Moondai - dijo con el mismo tono de voz ¿tu como te llamas?
Alice alzó la mirada hacía él, apenas podía ver su piel pálida en la oscuridad, pero supo por la voz que no era su captor, él esperó pacientemente a que ella pudiera tomar valor para responder - me llamó Alice - su voz salió temerosa.
- Alice ¿puedes decirme lo que pasó? - Moondai la vio girar su cabeza bruscamente del susto cuando escuchó unos pasos acercándose, aún estaba presa del pánico por lo que su mente solo pudo pensar en que él la había encontrado - no, es él, ¡él viene a matarme! - torpemente se puso de pie para retroceder, mirándolo con horror, la tomó del hombro para evitar que saliera huyendo - ¡Espera!
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sangre violencia y lenguaje fuerte, no apto para publico sensible
Editado: 27.02.2024