Un pequeño pueblo

La verdad

II

John fue arrestado y encarcelado por el asesinato de los niños, pero la gente del pueblo no podía sacarse de la cabeza la historia que les había contado. Muchos creían que había algo más detrás de todo eso, algo oculto en el bosque.

Un grupo de valientes aldeanos decidió investigar y descubrir la verdad. Armados con antorchas y armas, se adentraron en el bosque, buscando la fuente del susurro y el espíritu maligno.

Después de caminar durante horas, encontraron una cueva en la que había un altar con una figura extraña y antigua. En la pared de la cueva había un antiguo runa que decía: "El que busque el poder debe sacrificar a los inocentes".

Los aldeanos comprendieron que la verdadera fuente del mal no era John, sino el propio bosque y la antigua figura en la cueva. Había sido alimentada con sacrificios humanos a lo largo de los siglos, y el espíritu maligno estaba en realidad bajo su control.

Decidieron destruir la figura y quemar la cueva, y el susurro y el espíritu maligno desaparecieron para siempre. John fue liberado y el pueblo finalmente pudo descansar en paz.




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