Hace un tiempo no muy lejano no me imaginaba tenerte tan cerca, tenerte a mi lado sentada y aunque no puedo alcanzarte aun si extiendo mi mano, sentir tu olor o escuchar tu voz tan claramente hace que me sienta satisfecha. Quisiera estar pegada al ventilador y hablar frente a él, que nos acostemos en el piso y comamos fruta, mancharnos y limpiarte las mejillas, ir al rio y poder salpicarte agua fría en el rostro, quisiera leer junto a ti historias y decirte lo bonitos que se ven los granitos en tu espalda, poder quitarte ese labial y secar tu cabello después de un baño, comer helado en la terraza y reírnos de anécdotas pasadas. Quisiera que no solo tuviera que desear y que pudieras entender que, así como viejas amistades hay cobardes que prefieren conformarse a arruinar algo ya formado, que el primer paso a veces nunca sucede y solo quedan risas entre verdades a medias, que, así como quiero que entiendas quiero alejar un sentimiento tan abrumador como el tenerte cerca.