"He cruzado océanos de tiempo para encontrarte".
Bram Stoker.
Santa Fe, Ciudad de México, México.
El estruendoso y violento golpe de los tacones fue opacado por una milésima de segundo ante la explosión de fuerza con que abrió la puerta del despacho.
Sofía llevó una mano a su corazón intentando convencerse de que aún seguía allí en su pecho.
La fulminante mirada de Regina la pulverizó al instante.
Presionó con fuerza su mandíbula, en un vano intento de disimular el incontrolable temblor de esta y sus manos se empuñaron a la máxima presión, al punto que sus nudillos se volvieron blancos. No obstante, el temblor de sus manos aún la delataba.
—¿Te asusté? Lo siento... No fue mi intención —Regina mascó las palabras con una sonrisa sarcástica— Solo vengo a constatar cuando regresa la inepta de tu jefa.
—Ella acaba de perder a un ser amado... No sea irrespetuosa —la barbilla de Sofía tembló vigorosamente.
Regina enarcó su definida y perfecta ceja, aniquilándola con su mirada.
—¿Perdón? ¿Te atreves a llamarme irrespetuosa? ¿Qué te has creído? ¡Insolente!
Si dedo índice se extendió violento hasta rozar la nariz de Sofía. Ella dio un respingo, conteniendo la respiración.
—Yo no quise...
—Claro que no quisiste, babosa. Inútiles como tú no saben lo que significa entrometerse con personas como yo de modo que ni te atrevas a meterte conmigo. Y la próxima vez, prueba a dar mejores respuestas, inepta.
Retiró su dedo acusador con la velocidad de un disparo, rozando su nariz al paso.
Giró sobre sus talones con rapidez, trazando pisadas enérgicas que la llevaron por pies fuera del despacho, dando un gran portazo tras de sí.
Sofía bajó la cabeza, sintiendo como un peso invisible e insostenible caía sobre sus hombros.
Con lentitud, dejó salir todo el aire que había contenido a fuerza en sus pulmones, intentando controlar el temblor aún evidente de sus manos.
¿Hasta cuándo Regina la acosaría? ¿Qué pretendía contra su jefa?
Mazunte, Oaxaca, México.
Los tibios rayos del atardecer bordearon el horizonte costero, llenando de luz y calidez todo a su paso.
Mateo tanteó con su mano, en busca de la de Charlotte, que caminaba con tranquilidad a su lado.
La recepción de ella fue automática y agradable. La suavidad de su pequeña mano se complementó a la perfección con calidez de la suya.
Ella, lo buscó con su mirada hasta atrapar sus ojos. Y tan sólo de ver a los ojos de su chico, encontró en ellos una paz y refugio innegables.
Con el pasar de los días y gracias a la compañía de Mateo y su familia, poco a poco los incontables trozos de su corazón fragmentado volvían a unirse, otorgándole esperanza aún en medio de su pérdida.
De alguna manera que aún no lograba comprender, Mateo lograba transmitirle serenidad y consuelo.
En muchas ocasiones y sin necesidad de palabras, conseguía llenar de alivio su turbulento corazón.
En mutua sincronía detuvieron el paseo y se observaron fijamente.
Ella, se permitió perderse por un instante en el mar de sus ojos profundos y amorosos.
¿Cómo una mirada podía contener por sí sola tanto amor?
Liberó el suspiro que anegaba su garganta antes de lanzarse a él, abrazándolo con todas sus fuerzas como si su vida dependiera de ello.
Él, la sostuvo con firmeza y devoción, entregándole su amor incondicional. Con calma, buscó sus labios, invitándola a perderse en un beso que bajó el cielo solo para ellos.
El ruido que les rodeaba se disipó al instante hasta quedar en nada.
Nada más que ellos.
¡Hola amores!
Antes que todo gracias por brindarme de su paciencia durante este receso, estuve con exceso de afán y asuntos personales durante estos últimos meses, pero aquí volvemos al ruedo ❤️.
Gracias de igual manera, por obsequiarme su tiempo de lectura y cariño.
Espero de corazón hayan disfrutado de este episodio, que ha sido creado con igual cariño que los anteriores 😍.
Si disfrutan la lectura, porfis presionen la Estrellita y déjenme llegar su cariño en los comentarios, estaré encantada de responder todas y cada una de sus retroalimentaciones 🥰🥰.
¡Nos vemos pronto!
Bel💋