Capítulo 20

«La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación.» –

Lope de Vega.
 

Santa Fe, Ciudad de México, México.

Pedro agudizó el oído, escudriñando con total atención. Era la tercera vez a lo largo de la mañana que experimentaba la sensación de ser seguido.

Volteó con velocidad, pero no logró percibir a nadie a su alrededor.

Frunciendo la boca, prosiguió su camino rumbo al despacho de Regina.

Unos segundos más tardes, Sofía salió tras la plataforma decorativa de pasillo que le había servido de escondite, y con pasos sigilosos, se desplazó de manera casi imperceptible tras Pedro.

Vigilando que nadie apareciera por el pasillo, apegó el oído a la puerta, intentando escuchar. Por fortuna, la potente voz de Regina lograba oírse a la perfección tras la madera.

—Necesito derribarla y bajarla de ese pedestal donde la tienen. No escatimaré en gastos para lograr mi cometido.

—Por favor, comprenda, señorita Regina. Ella no merece esto, usted puede llegar a la cima con esfuerzo y méritos propios, no sacándola del camino de manera sucia. —Pedro intentó conciliar con ella.

—¡No me vengas a decir lo que debo hacer, insolente! —rugió fúrica—. Todo lo que necesito es que busques a este contacto y le des este folio. Resultaste tan inútil que me tuve que ensuciar las manos solas, al menos termina con esto. Cuida estos documentos con tu vida, es lo único con lo que veremos caer a Charlotte y necesito que te encargues de eso, si quieres ver vivir a tu hija.

Sofía contuvo el aliento. ¿A qué documentación se refería?

Continuó escuchando la conversación unos instantes más y luego al oír que se despedían, se alejó a toda velocidad hasta ocultarse a la sombra del ascensor más próximo.

En la seguridad del elevador, soltó el aire que contenía bajo presión en sus pulmones, mientras descendía a su piso.

Encaminó sus pisadas presurosas a su despacho, ansiosa por llamar a su jefa y ponerla al tanto de lo observado.
 

Con una mano sobre su pecho, Charlotte cortó la llamada.

Intentó respirar profundo y calmar el desbocado galope de sus latidos, que martillaron contra su pecho con furia.

Ahora que Pedro tenía en sus manos la documentación fraudulenta que la inculpaba injustamente, no había tiempo para retrasos. Debían actuar ya.

Mateo la observó con determinación, confirmando la decisión.

La estrechó entre sus cálidos brazos y tras murmurar unas palabras de aliento, la llevó tras de sí en dirección a la entrada.

Aún debían hacer una parada, antes de ir tras Pedro y enfrentarlo.

 

—Gracias señora, es todo cuánto le pedimos.

Charlotte la observó esperanzada y con una sensación de alivio recorriendo cada torrente sanguíneo de su cuerpo.

—Es lo menos que puedo hacer, tras todo lo sucedido y reitero mis disculpas... Estoy tan avergonzada por todo esto.

—No es su culpa —Mateo la observó con bondad— A veces en tiempos difíciles se toman decisiones desesperadas. Pero confiamos en que todo podrá acabar antes que empeore.

—Cuenten con eso, no pretendo quedarme de brazos cruzados ni ser cómplice de algo como esto. Es mejor que nos pongamos en marcha. –Aseguró decidida.

Charlotte y Mateo se dedicaron una mirada de alivio antes de seguirla por pies.

Sin duda habían acertado bien al recurrir a ella.

 

¡Hola amores!
Antes que todo gracias por obsequiarme su tiempo de lectura y cariño.
Espero de corazón hayan disfrutado de este episodio, que ha sido creado con igual cariño que los anteriores 😍.

Estamos llegando a la recta final y estamos solo a unos cuantos capítulos para finalizar. Si disfrutan la lectura, porfis presionen la Estrellita y déjenme llegar su cariño en los comentarios, estaré encantada de responder todas y cada una de sus retroalimentaciones 🥰🥰.

¡Nos vemos pronto!

Bel💋