Taylor
El viento frío de Londres choca con mi rostro y hace que mi cabello se desordené y no es que me molesta al revés me gusta como se ve de esa manera.
Volviendo al tema del viento frío, Olivia se mantiene pegada a mi brazo mientras caminamos por un andén, las calles están decoradas con adornos navideños, luces y algunos santa Claus que en vez de dar ternura dan miedo, pero que tiene que tener una barba tan larga sabe que los piojos son una plaga contagiosa.
—Oye te puedo hacer una pregunta—dice Olivia llamando mi atención, la miro y aquellos ojos marrones me miran en espera de una repuesta, su cabello castaño está hecho un desastre pero aun así se ve hermoso, sus largas pestañas a las que fácilmente le tengo envidia porque son largas, su nariz es perfecta, sus labios son pequeños y rosados me doy cuenta que los humedece cada cinco segundos, que cada vez que está hablando su ceño frunce y se extremadamente tierna, ella es hermosa pero insegura de sí misma, tiene un cuerpo de infarto que cuando la vida se me puso dura al instante.
Pero me di cuenta que está rota por dentro, su historia es demasiado fuerte, todo lo que ella ha vivido es de valientes.
Tatuarme con ella, venga que apenas nos conocimos y ya nos tatuamos como una pareja de enamorados.
Su compañía es increíble, aunque no se dé cuenta me hace reír, es divertida, gruñona, dulce, tierna y violenta porque me ha dado unos manotazos que se dejarán marca.
—Adelante— respondo.
— Que te gustaría estudiar, claro sé que te gusta la música pero que sería si por ejemplo no te iría bien con ella?— una pregunta muy interesante.
—No lo sé, mi padre es abogado entonces creería que esa será la profesión que eligiera —digo con una mueca recordando la vez que mi padre me golpeo porque le dije que me inscribí en el ámbito artístico y no en el deportivo como él quería.
Siempre he intentado olvidar aquella noche en que mi padre me dió un puñetazo en mi nariz como consecuencia mi tabique se rompió y tuvieron que hacer una operación la cual se complicó y trajo algunas consecuencias para mí.
Ella me analizo por un par de segundos como si estuviera dudando de mi respuesta pero después asintió.
— Y tú—digo
—No lo sé el voleibol es increíble y los todo pero creo que estudiaría Economía, soy buena en toda esa mierda de número, ecuaciones y estadísticas, así que eso estudiaría pero si no lo logro creo que el turismo y hotelería sería una buena opción— finaliza.
Seguimos caminado y a lo lejos veo el paraíso.
— Vete a la mierda—digo
— Ah—dice Olivia con un tono de confusión.
—Eso es un puesto de empanadas—digo con emoción, la jalo del brazo y la guío hasta el puesto de empanadas.
—Hola!—chillo con emoción.
— Hola palao, bienvenido al puesto de empanadas de Don Guillermo, más colombiano que la bandeja paisa y la arepa, porque la arepa es Colombiana— dice un hombre de unos 50 años, lleva unos pantalones grises con una camisa amarilla que dice AMO COLOMBIA en letras grandes.
—Hola señor Guillermo, me llamo Taylor y es gusto conocerlo— digo tendiendo mi mano a lo que se la recibe con una sonrisa en su rostro.
—Taylor no entiendo nada— susurra Olivia a mi oído que hace que una corriente eléctrica se enfoque en un solo lugar.
Mierda.
— Sabes que son las empanadas—le pregunto ella niega y una mueca de horror se forma en mi rostro
— Das vergüenza, las empanadas son patrimonio culinario de la humanidad— digo con orgullo
Me acabo de inventar eso.
— Eso no lo sabía— dice con cara de asombro.
—Pues ahora lo sabes— digo
— Señor Guillermo de que empanadas tiene.
— Mira, tengo de queso, pollo, carne y Trifásica, aparte de empanadas también te ofrezco arepas y una buena agua e' panela caliente— exclama con notoria emoción.
— Uuuuu, yo quiero una de pollo y una agua e' panela— digo
—Que quieres— pregunto
—No estoy muy segura, son buenas?
— Son lo mejor que puede haber en el mundo.
— Bueno quiero una igual a lo que pediste—dice y asiento.
Unos minutos después estamos sentados en una banca que había cerca del puesto para mí sorpresa Olivia se ha comido ocho empanadas dos de cada una y cinco vasos de agua e' panela, yo no tenía dinero ella se encargó de pagar las dos primeras que nos comimos y el señor Guillermo nos regaló las demás porque ya se iba para su casa y no quería que se dañará la comida ya que para él es sagrada.
— Wow, necesito que me digas de dónde son las empanadas—habla Olivia a mi lado limpia si boca con manga de mi sudadera que le di porque hace un frío de puta madre.
— Mis abuelos maternos son colombianos por ende madre también así que tengo raíces latinas en mi ser, viví unos cuatro años en Colombia antes de venir a Londres, conocí las empanadas y desde ese momento me volví loco por ellas.
—Interesante historia— dice con una sonrisa.
Me la quedo mirando fijamente y vuelvo a detallarla porque mierda es imposible no hacerlo su cabello castaño tiene un brillo hermoso bajo la luz de la luna, sus ojos cafés son tan brillantes que son capaces de iluminar mi vida, cuando se ríe se le forman pequeñas arrugas alrededor de sus ojos, cuando tiene vergüenza se sonroja y hace que se vea tierna, sus largas pestañas son perfectas- creo que eso ya lo había dicho antes.
— Mierda son casi las 4 de la mañana tengo que irme— dice recogiendo sus cosas.
— Vamos una media hora más para conocernos mejor— le suplico, miro y puedo ver qué no se quiere ir.
Suelta un suspiro y asiente, se vuelve a sentar a mi lado y yo le pasó mi hombro por atrás, ella se tensa, frunzo el ceño ante su reacción y decido quitarlo para que no se sienta incómoda.
— Entonces cuéntame de ti, aparte de que cantas y que tú obsesión son las empanadas— dice
— Bueno mi nombre es Logan Taylor Brown, tengo 17 años cumplo el 20 de marzo nací en Manchester pero viví un tiempo en Colombia para luego mudarme a Londres, tengo dos hermanos menores de seis y ocho años y una hermana mayor de 20 años, mi primo favorito vive en Estados Unidos él se llama Luke Brown y es un maldito mujeriego pero es cool, cuando tenía ocho años me caí de mi bicicleta y me fracture los dos brazos mi madre casi me deja sin cabeza y mi papá solo se reía por la reacción de mamá—volteo a ver a Olivia y está aguantando la risa—Como te decía quiero ser un cantante famoso que todos me reconozcan, quiero que mi música sea reconocida en todos los rincones del mundo, quiero que cuando las personas escuchen mi música un momento especial les venga a la cabeza y sea su recuerdo más preciado—finalizó, vuelvo a verla y ella tiene una sonrisa en su rostro.