Capítulo 15: El Enigma de la Máscara

Marina despertó en su celda con una sensación de agotamiento físico y emocional. La noche había sido especialmente inquietante, con sueños distorsionados que parecían mezclar fragmentos de las visiones del psicópata con recuerdos oscuros de su propio pasado. Despertó sudorosa y temblando, con una sensación de incomodidad persistente en el pecho.

Cuando la puerta de la celda se abrió, el psicópata apareció de nuevo. Esta vez, llevaba una máscara de teatro antigua, con un diseño teatral y macabro. La máscara estaba hecha de un material que parecía hueso, con una expresión grotesca que parecía burlarse de ella. La expresión de él, al contrario, era grave y enfadada.

—Buenos días, Marina —dijo con una voz que no revelaba ninguna emoción—. Hoy vamos a hacer algo un poco diferente. Quiero que veas esto.

El psicópata dejó la máscara sobre una mesa y la retiró cuidadosamente. Luego, sacó una serie de papeles y fotografías de su bolsa y los extendió sobre la mesa. Los documentos estaban llenos de garabatos, diagramas complejos y fotos de personas que parecían ser desconocidas.

—Estos son fragmentos de una historia que he estado construyendo —explicó—. Una historia que involucra a muchas personas, cada una con su propio papel en el gran esquema de las cosas.

Marina observó los papeles con cautela. Aunque no podía comprender completamente el contenido, había algo en los dibujos y las fotos que parecía estar relacionado con la locura y la desesperación. La máscara en la mesa parecía estar en el centro de todo esto, como si fuera el punto focal de alguna especie de ritual o juego.

—La máscara —dijo el psicópata, levantándola y mostrándola a Marina— representa diferentes aspectos de nuestra psique. A veces, las personas usan máscaras para ocultar su verdadero yo, para esconder sus verdaderos sentimientos y deseos. Hoy, quiero que explores ese concepto.

Marina frunció el ceño, sin comprender del todo lo que el psicópata quería decir. La máscara era inquietante, pero no entendía su propósito en el contexto de su situación. Sin embargo, su instinto le decía que debía estar atenta a cada detalle, ya que cualquier pequeño error podría tener consecuencias terribles.

—Voy a colocarte la máscara —dijo el psicópata—. Pero no será tan simple como parece. Primero, quiero que examines los papeles y los diagramas. Cada uno de ellos representa un fragmento de la historia que estoy tratando de construir.

El psicópata comenzó a mostrarle a Marina los diagramas, señalando los detalles y explicando cada uno de ellos con una paciencia casi meticulosa. Hablaba sobre conexiones entre personas, eventos y lugares, todos entrelazados en una red compleja de relaciones y motivos.

Marina intentó prestar atención, pero la sensación de inquietud no la abandonaba. El psicópata hablaba con una intensidad que hacía que cada palabra pareciera más pesada, más significativa.

—Cada pieza del rompecabezas es crucial —continuó él—. La historia no es solo sobre lo que ves, sino sobre lo que está oculto entre las sombras. Las máscaras representan la dualidad de la naturaleza humana: lo que mostramos al mundo y lo que escondemos en lo más profundo de nuestro ser.

Finalmente, el psicópata tomó la máscara y la acercó a Marina. El diseño era aún más perturbador de cerca, con ojos vacíos y una sonrisa retorcida que parecía burlarse de ella.

—Ahora, voy a colocarte la máscara —dijo él, mientras Marina se sentía cada vez más nerviosa—. Pero antes de hacerlo, quiero que entiendas que esto no es solo una prueba. Es una oportunidad para que explores tu propio yo, para que enfrentes las partes de ti misma que has estado ocultando.

Marina intentó mantener la calma mientras el psicópata le colocaba la máscara. A medida que la máscara se ajustaba a su rostro, comenzó a sentir una presión creciente, como si la máscara estuviera apretando sus pensamientos y emociones. La visión a través de la máscara era distorsionada, y los colores y las formas se mezclaban en un caos de sombras y luces.

El psicópata se movió alrededor de ella, observando su reacción con una atención fría y calculadora. Marina podía escuchar su respiración agitada y el sonido de sus pasos, pero la visión a través de la máscara estaba parcialmente bloqueada.

—La máscara te ayudará a ver las cosas desde una perspectiva diferente —dijo el psicópata—. Quiero que observes todo lo que te rodea, pero desde un ángulo nuevo, como si estuvieras viendo el mundo a través de los ojos de alguien más.

Marina intentó adaptarse a la nueva perspectiva. Las sombras y los contornos en la celda parecían más pronunciados y más ominosos, como si el entorno estuviera lleno de amenazas invisibles. La máscara parecía amplificar sus temores y ansiedades, haciéndola sentir como si estuviera atrapada en un mundo oscuro y distorsionado.

El psicópata comenzó a hacer preguntas sobre lo que Marina estaba viendo. Preguntaba sobre los detalles de la celda, los objetos en la mesa y las sombras en las paredes. Marina respondió con cautela, tratando de no revelar demasiado sobre su estado mental.

—Es interesante —dijo él, después de un tiempo—. A veces, las personas necesitan cambiar su perspectiva para comprender lo que está realmente sucediendo. La máscara te ha dado una nueva visión, pero ¿qué has aprendido de ella?

Marina pensó en la pregunta mientras miraba a través de la máscara. El entorno parecía estar lleno de matices y detalles que antes no había notado. La sensación de claustrofobia y desesperación estaba intensificada, pero también había una sensación de revelación, como si la máscara estuviera obligándola a confrontar sus propios miedos y deseos más oscuros.

—He visto cosas que no notaba antes —respondió finalmente—. Todo parece más... intenso, más amenazante.

El psicópata asintió, satisfecho con la respuesta.

—Exactamente. A veces, la verdad se encuentra en las sombras, en los detalles que preferimos ignorar. La máscara te ha mostrado una nueva dimensión de tu realidad, pero también ha revelado algo sobre ti misma.