Capítulo 5
Todos ya hemos comido, es hora de irnos al pueblo para la presentación del Cascanueces que hacen en la plaza mayor, con la participación del tradicional Santa Claus y la feria navideña. Mis padres se han arreglado para salir, igual mis tías y primas, solo una tía se quedará con la abuela Chloe.
Aún no he hablado con Josh, él se perdió luego de la cena. Después que me confesó de seguir enamorado de mí, no habló más, comenzó a comer y a mirar cómo los demás contaban anécdotas de sus vidas.
Con la duda de adónde se ha ido mi exnovio, camino con mi familia hasta el centro del pueblo. La noche está fría, caen unos pocos copos de nieve, pero es soportable. Sin embargo, de vez en cuando titiriteo por el frío.
Llegamos a la plaza mayor, hay decenas de personas acercándose a la pista de nieve donde harán el espectáculo.
—Taby, tu padre y yo iremos por unos bocadillos mientras esperamos que comience. —Señala hacia la pista donde varias personas están arreglando todo para el show.
—Está bien, mamá, diviértanse, yo estaré aquí, es un buen lugar.
Ellos asienten, se dan la vuelta y se pierden entre el montón de gente.
Miro a todos lados, es bonito estar en casa. Nueva York es una ciudad tan grande, que a veces me pierdo entre tantas personas, bulla y desorden.
A veces, la calma que me da el pueblo, me hace sentir bien.
—Taby, Taby, Taby —escucho que me llaman repetitivamente, volteo hacia donde viene la voz.
Es Richie. Mi amigo de la infancia.
—Hey, nos vemos de nuevo —le digo amablemente, él me sonríe, me da un abrazo y vuelve a darme esa sonrisa de galán.
—Preciosa, me alegra verte aquí. ¡Feliz navidad! —Vuelve a abrazarme, me rio ante su efusividad.
—Feliz navidad para ti, Richard.
—Ven, necesito que me ayudes en algo —me dice de pronto, tomándome de la mano y llevándome a un puesto rojo donde están los organizadores del evento.
—¿Qué estamos haciendo, Richie? —pregunto inquieta.
—Necesito ayuda con el show de Santa, mi compañera de trabajo no vino porque se sentía mal, y no tenemos a quien haga de la señora Claus.
—Quieres que…
—Sí —responde—. ¿Puedes ser la señora Claus esta noche? Solo debes moverte por el escenario, entregar obsequios y saludar a las personas.
Me rio ante su idea.
No creo que esté del todo bien luego de la caída, además, tengo la venda en la mano, aunque la haya tapado con el guante que me puse antes de venir.
—Richie, hoy tuve una caída y estuve en el hospital, no creo que pueda hacer tantas cosas.
Él se sorprende.
—Oh, no sabía, lo siento por pedirte esto. ¿Te lastimé? No sabía nada, Tábata, discúlpame. —Richie luce nervioso y culpable, le doy una sonrisa para calmarlo.
—No te preocupes, Richie. No sabías nada. —Me quedo pensando un momento—. ¿Sabes qué? Vamos, te ayudaré, haré lo mejor que pueda sin lastimarme.
—No, Taby, si estás mal, no hagas nada. Haremos el show sin la señora Claus, no hay problema.
—Vamos, te ayudaré —le doy una palmadita a su hombro con cariño, él me sonríe.
—Eres maravillosa.
—Una muy buena amiga —le contesto, para que se de cuenta que solo quiero su amistad. Él se ríe y asiente.
—Una maravillosa amiga —afirma Richie.
No me siento mal, más bien me siento con energía, mi mano ha dejado de doler con el analgésico que me dió mi madre antes de venir, y no hay dolor de cabeza. Puedo hacerlo.
Me visto con el traje de la señora Claus; un saco de terciopelo de color rojo intenso, grande y suave, me pongo unos lentes finos y una peluca con cabello canoso y bien arreglado. Me prestan unos guantes blancos, y con cuidado me lo pongo en la mano lastimada. El vestido es de terciopelo también, del mismo color del saco, menos mal que he traído medias debajo, así no siento tanto el frío.
Una vez ya vestida, Richie también sale de su vestidor y se sorprende al verme.
—Te ha quedado de maravilla, que hermosa, Tábata.
Sonrio, porque es cierto, no me veo mal.
Él le pide a un amigo que nos tome fotos, hacemos algunas poses y él me las envía a mi teléfono.
—Gracias por hacer esto, Taby —me agradece una vez más.
El show de Santa será primero que el del Cascanueces, para que los niños puedan disfrutar de los obsequios que el alcalde regalará.
Una vez que el presentador anuncia que Santa está llegando al pueblo, las luces y la música cambia con motivo navideño para que Richie y yo hagamos nuestra entrada triunfal.
—¡También ha venido la señora Claus! Démosle la bienvenida a Santa y a la señora Claus.
Le doy una sonrisa a Richie, él me da un asentimiento. Comenzamos con el show, haciendo que somos pareja y que damos un baile antes de saludar al público.
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Editado: 04.02.2024