Un regalo en Navidad

Capítulo uno. Los primeros encuentros

Sugar Land, una hermosa ciudad ubicada en el condado de Fort Bend en Houston Texas, una pareja completamente enamorada, él un genio ingeniero informático con un excelente y muy buen remunerado trabajo en Social People, una de la plataformas digital más importante del estado, un tipo alto, de ojos azules su pelo color chocolate en sus cuarenta y tantos, ella una diseñadora de interiores, dueña de su propio negocio Rebeca's Desing, a sus recién cumplido cuarenta años, una mujer tan hermosa que provoca la envidia de otros, de pelo rubio y rizos rebeldes que caen hasta la mitad de su espalda, sus ojos son de un color extraño que en ocasiones parecen dorados, un cuerpo atlético, pues todas las mañana junto a su esposo Ashton, se levantan muy temprano y salen a correr por los senderos del bosque que se encuentra justo detrás de su casa, allí se internan alrededor de media hora para luego al regresar y ejercitarse en el gimnasio privado de su casa.

Ashton y Rebeca se conocieron cuando ella estaba recién graduada de la universidad de la carrera de diseño y Ashton acababa de comprar su nuevo piso y por recomendación de su amigo Ean, decidió llamarle para contratarla para decorar su nuevo y aburrido apartamento. 

El amor entre ellos no fue a primera vista, no, no, por lo menos no para Rebeca, porque el pobre Ashton quedó completamente enamorado de la belleza, profesionalidad, pero sobre todo por el carácter fuerte y de los mil demonios de Rebeca. Esa mujer lo trastorno desde el primer momento en el que sus miradas se cruzaron. Sin embargo para ella, él solo era un nuevo cliente que gracias a que su antiguo cliente Ean Robinson, había quedado bastante satisfecho con la decoración que había realizado solo un mes antes en su oficina, este la había recomendado con su mejor amigo.

Estaba muy emocionada cuando el señor Ashton King le había llamado a su celular para citarla y contratar sus servicios. Después de haberse reunido por una media hora, salió del elegante piso que debía decorar, pues el señor King finalmente la había contratado, su negocio a penas iniciaba y ella pondría todo de su parte para realizar un magnífico trabajo y que su cliente quedará satisfecho y así poder seguir escalando en el mundillo del diseño de interiores.

El problema surgió cuando su cliente aparecía a cada momento sin razón aparente solo para ver el proceso de la decoración provocando que los pelos se les pusieran de puntas y queriendo gritarle sus cuatro verdades a este tipo arrogante y entrometido que no la dejaba trabajar en paz.

Quince días habían transcurrido desde que inició su trabajo en el apartamento del señor King cuando este apareció nuevamente en su piso interrumpiendo una vez más su paz y su trabajo, esa tarde no pudo aguantarse más la lengua y terminó explotando frente a su cliente.

— Mire señor King, entiendo perfectamente que es usted mi cliente y quiera saber el resultado final del diseño por el que me está pagando para realizar, pero soy una profesional y no me gusta que me presionen de esta forma, le dije que terminare el encargo en treinta días  apenas han transcurrido quince y usted no ha dejado de venir ni un solo día, así que si no confía en que haré un excelente trabajo en su piso, no debió contratarme

— ¡Por Dios! No es eso señorita Collins, yo confío en usted y estoy seguro que hará un maravilloso trabajo, es solo que es fascinante verla trabajar de una forma tan apasionada —confiesa ruborizándose y comprendiendo que sus intenciones de lograr un acercamiento con la encantadora señorita Collins han sido todo un fiasco. Ella le dio una mirada fría como el más grande de los glaciales de toda Alaska — Yo, yo —tartamudeo por los nervios que le provoca la presencia de la hermosa mujer frente a él — Yo lo siento de verdad, mi intención jamás ha sido incordiar, tiene razón me marcharé y no volveré a molestarla,  cualquier información llámame o envíeme un correo —dice sintiéndose devastado y con los ánimos en el piso por el fracaso estrepitoso al intentar llamar la atención de la dama que le ha robado el sueño desde el primer momento en que sus miradas se cruzaron dándose la vuelta y marchándose del lugar sin volver la vista atrás y regañándose mentalmente a sí mismo por creer que esa belleza de mujer podría fijarse en el, una mujer como ella no posaría sus ojos en una rata de laboratorio como el, sin gracia alguna.

Cuando llega a su auto un Audi negro último modelo, subió al vehículo y golpeo el volante con las palmas de sus manos en repetidas ocasiones. Está molesto, por creer que podría tener una oportunidad con esa bella mujer, pero su tristeza es mayor que su molestia, para Ashton, es la primera vez que se sentía atraído de esa forma por una mujer, había tenido algunas novias en su pasado, pero ninguna le había hecho sentir ni de cerca lo que la hermosa señorita Collins, su timidez siempre había sido su problema y después de esto estaba claro que sería mejor que se olvidara de una vez y por todas de su loca idea de conquistar a esa hermosura sin igual. 



#1563 en Otros
#365 en Relatos cortos
#4213 en Novela romántica

En el texto hay: navidad, romance, drama

Editado: 17.12.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.