Apenas era medio día y ya me había metido en un par de líos, aun no podía creer que estuviera castigada, junto con ellos. Ni siquiera sabia como era que había terminado aquí limpiando el comedor. Mi último recuerdo es estar en el comedor buscando un lugar en donde sentarme, cuando Max paso por mi lado y me regalo una sonrisa, lo siguiente que recuerdo es ver volar un poco de comida por un lado de mi cara.
Flashback
-No, puedo creerlo, pensé que habías dicho que tenías buena puntería. – le decía Diego a Daniel.
- Dame eso, permítanme mostrarles como es que se hace esto. – Max, tomo la cuchara de plástico y la lleno de comida, apuntando a su objetivo lanzo la comida, me cubrí la cara con mis brazos, cuando sentí como el pure de papa, chocaba en mi piel.
Escuchando sus risas me puse de pie, con mi charola llena de comida, caminando en su dirección, comencé a reírme de ellos, dejándolos desprevenidos, tome el pure de papa y se lo embarre en la cara a Daniel, mientras que los otros se reían de lo que acababa de hacer. Mi siguiente víctima, fue Diego, a quien le embarre el pudin que nos habían dado de postre y, por último, tome su sopa y la vertí sobre la cabeza de Max.
-Listo, estamos a mano. – dije, sonriendo sarcásticamente, apunto de irme alguien carraspeo a mis espaldas, dando la vuelta me encontré esos hermosos ojos cafés.
- Yo no creo eso. – y sin esperármelo, me vertió juego en la cabeza. – Listo, estamos a mano.
Sin dejarlos ganar, tome el jugo de Max y se lo tire encima. – Ups, fue un accidente. – le dije, intentando marcharme, pero el me tomo del brazo, reteniéndome.
Fin del Flashback
Y después de eso, solo recuerdo, que el comedor se convirtió en un lugar de guerra, la comida volaba por todas partes y yo estaba escondida debajo de una mesa. Hasta el momento en que llego la directora, junto con la coordinadora.
No tardaron, mucho en descubrir, quienes habían empezado, por lo que los cinco, nos encontrábamos encerrados en el comedor limpiando el lugar. Nos había dividió en grupos, Max y Diego, limpiaban la cocina, Daniel, se encontraba solo, limpiando las ventanas. En cuanto a Alan y a mí, nos toco limpiar el resto del lugar.
Al principio, todos hacíamos nuestra parte, los chicos, platicaban, en cuanto a mí, me encontraba apartada, limpiando lo que me correspondía, cuando las cosas empezaron a “desaparecer”.
-Muy graciosos, ya enserio, necesito la cubeta. – les dije, girando a ver a Daniel y Alan.
- Yo, no la tengo. – dijo Daniel, mirándome y levantando las manos en señal de rendimiento.
- No me mires a mí. – hablo Alan.
- Bien, si eso el lo que quieren.
Caminé, hasta ellos, y tomando la cubeta de Alan y el trapo de Daniel, volví a mi lugar, sin importarme que protestaran. Ellos tenían mi cubeta y con ella, los trapos, por lo que, a mi parecer, no les había quitado nada, pero para ellos fue todo lo contrario.
Mientras limpiaba una de las paredes, escuche como esos dos comenzaba a hablar en voz baja, no le di importancia, por lo que me enfoque en lo mío y en intentar quitar esa enorme mancha que había provocado una de las tantas sopas, que voló por los aires.
Y sin esperármelo, una cubeta de agua me callo encima, sabia, quienes lo habían hecho, pero esta vez, no respondería, por haberlo hecho la vez pasada, estaba, aquí limpiando el desastre de alguien más.
Pero, ellos, no se dieron por vencidos, primero fue la cubeta, después comenzaron a lanzarme los restos de comida, que encontraban, y, por último, comenzaron a burlarse en voz alta de mí y de mi forma de limpiar. Y si fuera poco, Max y Diego, se unieron a la fiesta.
Ya cansándome un poco, tome uno de los trapos y lo sumergí en el agua, poniéndome de pie y haciéndolo bolita, lo lance a penas darme la vuelta, y para mi suerte, esta vez mi puntería no fallo, en cuanto a mi mala suerte, le di en la cara a Alan, quien me miraba como si quisiera matarme y una nueva guerra comenzó, eran cuatro contra uno, que seria lo peor que podría pasar.
Conforme los chicos, me lanzaban agua, yo intentaba responder, empezábamos a divertirnos, olvidándonos del castigo que se nos había sido impuesto, no nos dimos cuenta, que el piso estaba resbaloso, por lo que cuando Alan intento acercarse a mí, se resbalo cayendo al suelo, mientras los demás nos reíamos, intente ayudarlo pero terminé en el suelo junto a él, perdiéndome en lo el color de sus ojos y por un momento olvide todo lo que había pasado e incluso me estaba divirtiendo, algo que ya hacía mucho tiempo que no hacía.
Intentamos ponernos de pie, pero el jabón en el piso, no ayudaba mucho, llegando a caer un par de veces, no tengo la menor idea de cómo es que Alan se puso de pie, pero intento ayudarme, sin tener mucho éxito, ahí sentada en el suelo, me reía junto con los demás.
Hasta, que escuchamos un grito, quitando mi sonrisa de tonta, me gire y mire a la coordinadora, que sacaba humo por sus oídos, por lo enojada que se encontraba, al parecer había dicho algo, porque Max, Daniel y Diego nos señalaban a nosotros.
Y así, fue como me volví a quedar castigada, limpiando el comedor con Alan.
-Te parece bien si trabajamos juntos o ¿quieres, que nos dividamos el lugar? – le pregunte, ¿nerviosa?
- Podemos hacerlo juntos, claro si quieres.
- Sí, me parece bien, podíamos empezar, por la parte de atrás, creo que la que se llevó la peor parte.
Ambos, nos giramos a verla y comenzamos a reírnos, la pared estaba llena de comida, por poco y podría pasarse por una obra de arte abstracta.
Conforme, yo limpiaba, el pulía, y me ayudaba, cuando ni subiéndome a una silla alcanzaba, a llegar a los rincones.
Llevábamos tres horas limpiando, cuando por fin habíamos terminado. Chocando nuestras manos, tomamos asiento en una de las mesas, para descansar un poco.
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Editado: 12.06.2022