Un solo destino

capitulo 6 el recuerdo

CAPITULO 6

 

EL RECUERDO

Me acabo de despertar, después de sentir un ambiente helado que recorre mi cuerpo me fijo que sigo acurrucada en el baño desnuda intento levantarme tomando mi cabeza ya que sentía un dolor punzante en el lado izquierdo de la misma, mire mi cuerpo sigue rojizo y con las marcas que yo misma me propague, volví a bañarme… pues de aquellas heridas solo encontraba sangre ya seca, cuando abrí la ducha para recibir el agua me ardían algunas partes el daño fue grande pero no me quejaba solo pensaba que tenía que ser más fuerte pero no solo de cuerpo también del alma, Salí de mi ducha me puse una camisa grande manga larga y un pantalón ancho necesitaba cubrir mis heridas y tampoco quería sentir un dolor incomodo a cada momento cuando la ropa rozaba todo mi ente. Mire el reloj no era demasiado tarde. 10pm no quería salir del cuarto no me sentía bien, estaba acomodando mis cobijas y almohadas para poder dormir un poco más pero antes de hacerlo escuche un ruido un poco duro en mi puerta alguien estaba tocándola «ahora no puedo solo dormir», salgo de mi habitación sé quién era, pero no encontré a nadie al frente de mi cuarto, tampoco en el pasillo decidí bajar. Estando abajo me encuentro con la sala y una persona sentada en el sofá con una bata de dormir dejando muy poco a la imaginación, mirándome con un vaso de leche.

—tengo hambre, prepara algo pero que sea rápido. Habla con un aire frio y poco amble primera vez que no suena hipócrita.

—no lo voy a hacer, voy a dormir.

— ¿¡como!? ¿Acabo de escuchar claramente?

—pues espero que sí, no lo voy a hacer, voy a dormir.

La fémina se levanta del lugar dejando aquel vaso casi vacío en la pequeña mesa que se encontraba ahí acomodada, se acerca a mí con paso decidido «no esta vez no me pienso dejar», estando casi cerca de mi yo sin pensarlo me adelanto a ella y le doy una gran abofeteada, sé que soy débil que no tengo tanta fuerza como los demás, pero aquel acto no era para dar un golpe duro, solo era para dar vergüenza ofender no lastimar.

—esta maldita mocosa, te doy de comer te doy de vestir y así me pagas, igualita que la perra de la madre.

Al escuchar sus últimas palabras una rabia me invade y sin pensarlo de nuevo vuelvo a hacer lo mismo darle una segunda abofeteada pero esta segunda fallo, me agarro con brusquedad la mano a lo cual yo di un pequeño gemido de dolor pues las heridas que me propagué y las heridas causadas por willard no me daban más opción que soltarme a la fuerza.

—maldita bruja, puede pudrirse el odio, usted no me da de comer ni me viste ese dinero no es suyo era de mis papas usted solo quiere gastarlo todo y dejarme sin nada, yo jamás hice nada malo para merecer lo que me hace.

—ah ahora podemos ver que te estas revelando ante mí, estas segura de querer hacerlo.

—tu solo eres una puta, la más zorra con un cuerpo que no tiene forma alguna, una personalidad de serpiente que solo procura hacer daño a los demás.

—bueno suficiente ya cállate. Poco a poco empezó a subir el volumen con su voz—aquí yo nunca fui la más puta eso déjalo para tu madre al parecer tú vas por el mismo camino, acaso crees que te vas a salir con la tuya no preciosa estas muy equivocada. Me agarró del cuello con fuerza me agarro desprevenida yo sin ver otra opción agarre su cabello con fuerza jalándolo hacia un lado para que perdiera fuerza con el ataque siguiente a ello me suelta y no lo pienso dos veces, con mi mano suelta agarro su cabello con más fuerza y la tiro al suelo, la sangre me ardía como nunca, me iba a subir encima de ella pensaba golpearla hasta que siquiera tuviera un brote de sangre por su cara pero ella pensó más rápido que yo dándome un puño que me dejo sentada en el suelo, ella se levanta de una manera caprichosa y orgullo, tomo esa oportunidad y le aviento una patada debajo de su rodilla que la dejo de cuclillas con la rodilla que golpee en el suelo me levanto con rapidez mientras preparo mi puño para devolverle el saludo cuando de improvisto siento una presencia detrás mío que detiene mi ataque. Miro atrás instintivamente y veo que es el esposo de la demetriz, lo miro con enojo mientras la fémina con elegancia se levanta del suelo.

—mira asquerosa tu eres menor de edad y ahorita en estos momentos me perteneces y me respetas por las buenas o por las malas, si no disfrutaste lo que te hicieron pues lastima te vas a acostumbrar en cualquier momento al fin y al cabo de eso vas a vivir después de que te saque a la calle patitas afuera sin ninguna otra opción.

Intento soltarme de aquel hombre, pero su fuerza y masa tenía una gran diferencia a la mía, el me agarra un poco más fuerza y me alza para subirme por las escaleras, yo intente golpearlo, pero era inútil era más grande y fornido que yo, me sentía como una niña pequeña haciendo rabieta por su juguete.

—suélteme, déjeme ir todavía no he terminado con esa maldita loca, te odio te odio. Mis palabras sonaban cada vez más suaves mientras el subía las escaleras como si llevara un saco de plumas, mis patadas y golpes no hacían ningún efecto en él, estaba esperando un duro golpe contra el suelo al momento de bajarme, pero no fue así, me dejo al frente de mi habitación de pie y con delicadeza quede asombrada, aunque mi expresión no cambió radicalmente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.