Capítulo 8

- ¡ Gadi !.- La voz de mi hermanita me saco del shock haciéndome voltear hacia ella para descubrir a mamá parada detrás de ella yo solo les di una sonrisa pues yo no era fácil de hacer llorar.

- Bajamos creo que nos deben de estar esperando.- Me volví cerré la ventana para luego pasar a las dos y salir de la habitación dirigiéndome a las escaleras una vez hay me  dispuse a bajarla así lo hice y mientras lo hacia pude notar la mirada de todos que no disimulaban veme. Cuando llegue a bajo camine hacia la cocina y salí por la puerta de atrás para luego caminar hacia donde estaban los juegos y todos los del pueblo.

Camine asta encontrarme con la abuela quien hablaba con la alcaldesa al lado de la maquina de algodón de azúcar ambas reían por los chictes que hacia el Sr junto a ellas quien al verme se quedo mudo yo solo le di una sonrisa falsa y burlona que sabia muy bien pues era solo mi mascara perfecta de indiferencia que se hacia presente cuando necesitaba mantener a raya mis emociones y ser más como la reina del hielo.

- Vaya, que hermosa jovencita.- El Sr. tomo mi mano y le dio un beso.

- Gracias por el cumplido.

- Yo diría que te mereces todos ellos.

- Deja de ser tan coqueto, Moriz, o sino Georgina va a rebanarte por coquetear con su nieta.- La alcaldesa solo sonreía al igual que la abuela.

- Pequeña te presento a un viejo amigo su nombre es Moriz Raízel, él es el alcalde de la ciudad vecina.- Yo volví a extender mi mano para estrechar la de él.

- Es un placer conocer a un amigo de la abuela Gigi.

- Igualmente, es un gran honor conocer a la nieta de una gran mujer como Georgina.

Hablamos por un rato y me conto como conoció a la abue y fue cuando ella era joven y su padre el bisabuelo la había llevado a conocer el pueblo vecino. Durante ese rato que estuve con ellos tres la abuela me sostenía del brazo pues ella sospechaba que algo estaba mal pero no me presionaría para que le contara al contrario de mamá y Adna. La abuela quería un jugo así que me ofrecí a buscárselo y llevárselo apartándome de ellos tres quienes se quedaron hablando. Camine asta el puesto de jugo que era atendido por una chica de cabello oscuro, corto tipo pipsi, piel morena y ojos verdes alta. Esta al verme me dio una sonrisa dulce al igual que su voz cuando dijo.

- ¿ En que puedo ayudarte ?.

- Me daría un jugo por favor.

- Claro chica.- Me sirvió el jugo y me lo entrego yo le di el dinero que me había dado la abuela.- Es demasiado el jugo no cuesta tanto.

- ¡Oh!, entonces quédatelo como propina.- Los ojos de la chica se iluminaron y su sonrisa fue aun más grande ya le repondría el dinero a la abue más tarde.

- Gracias.

- Siempre a la orden.- Empecé a caminar dejando a la chica toda emocionada con su propina pues el billete era de alta denominación y el jugo era muy pero muy económico. Camine hacia la abuela pero fui interceptada por la persona que en este momento no quería ver ni en pintura.- ¿Qué es lo que quieres?, Ham.

Su sonrisa decayó borrándose de inmediato siendo remplazados por la sorpresa y el impacto, me vio de arriba a bajo haciéndome sentir un poco asqueada por su mirada sobre mi cuerpo era como si me desnudara con la mirada y eso me daba ganas de vomitar pues era uno de esos hombres que pensaban que las chicas se denominaban por un simple numero según su belleza. Ham, tenia literalmente la boca abierta y casi se podía decir que su baba estaba choreando yo me aleje un paso para chocar con un cuerpo enorme detrás de mi me voltee.

- Disculpe.- Me di cuenta de que era el otro idiota al que le arrancaría su parte favorita si se acercaba demasiado.

- Vaya, vaya, vaya.- Fue lo único además, de un silbido que salió de la boca de Cosme porque al igual que Ham, este me veía de arriba a bajo como tratando de descifrar algo.- Te vez preciosa, Gadiella. Estas.....Uuuffff.

- Concuerdo contigo, Cosme, mi cita se ve impresionante mente hermosa. Es como una diosa.- El tenia una sonrisa de suficiencia así que yo levante una ceja puse los ojos en blanco luego los enfrente con una expresión neutra y relajada.

- ¿Cuál cita?.- De inmediato se tenso, su sonrisa de suficiencia se borro y la confusión se apodero de él.

- A la nuestra, Gadiella, no recuerdas que pararíamos toda la noche del festival juntos.

- Mmm...eso fue ante o después de que dijeras que soy un.....mmm.....¿Cómo fue qué dijiste?, ¡ ah, si !...yo decido si vale o no la pena cuando me acueste con ella lo cual deberá de estar agradecida si llega a pasar ya que es un rotundo 4 y su hermana un rotundo 9. Ambos hombres frente a mi palidecieron quedando paralizados.- Les daré un concejo que les servirá de por vida.- Hice una pausa y los vi a ambos de arriba a bajo inexpresivamente.- Yo podre ser un 4 pero ustedes tienen que ser la basura que sale todo el tiempo sobrando así que tengan cuidado de no terminar siendo desechado.

- T-t-tu-u.- Ham tenia la voz temblorosa.

- Si. Ham. Yo escuche su conversación de hace rato y no fui la única que lo hizo.- Los rodee y empecé a caminar hacia donde estaba la abue Gigi al llegar mi mamá se había unido al grupo le entregue la bebida la abue.- Disculpa la tardanza abue, me entretuve.

- Nos dimos cuenta.- Mamá se puso a mi lado.- Les molesta si me la robo un momento.- Todos negaron y empezaron a hablar entre ellos mamá y yo empezamos a caminar.- ¿Que le dijiste a ese muchacho?.

- Solo lo enfrente esta vez mamá, no lo amenace a el ni al otro idiota solo les dije lo que escuche si son lo suficientemente inteligentes se alejara de Adna o se las van a ver conmigo y los terribles tres.- Solo veía hacia adelante mientras caminaba ni una vez la vi a los ojos ella soltó un suspiro lo cual me indicaba su frustración ante mi aparente indiferencia.

- No puedes guardarte todo, Diella.- Nos detuvimos porque papá se puso enfrente de nosotras y mis hermanos estaban con él y Adna por lo que deduje por su furia apenas contenida y la de mis hermanos y hermana que Adna les había contado.