En un mundo dónde las personas que nacen con un nombre tan cálido y lleno de fuerza como el de Madeleine es una bendición puesto que siempre son como un "Ángel" y la familia donde ésta reside se llenará de buena fortuna y Madeleine fue todo lo que se esperó llena de una bondad y fuerza infinita.
Madeleine creció y fue misericordiosa, amorosa, paciente, altruista y por sobre todo eso fue inspiradora.
Madeleine un día se miró al espejo y vió destrucción.
Cometió un error y sangre tenía el precio de este.
Ahora Madeleine sueña con "Arreglar" el error que cometió.
Madeleine piensa que con la decisión que tomó todo se resolverá, que ingenua.
Madeleine ha olvidado.
Madeleine tiene miedo.
Madeleine se está perdiendo.
¿Volverás a olvidar Madeleine?
«Madeleine... Madeleine... No caigas... ¡Sigue, sigue!... Por favor... No aceptes... Acéptalo, por favor ... Nada cambia y al parecer es cada vez más difícil... Ahora dime, ¿Tienes lo que se requiere?... Bien, esto será divertido... ¿Por qué lo hiciste...?»
Madeleine despierta por causa de las voces de sus sueños y es aterrador para ella escuchar reclamos y pedidos de voces irreconocibles para una Madeleine desconocida o quizás olvidada... No lo sabe, pero tiene esa sensación que te da en el pecho al reconocerte en lo que puede ser imposible.
«Pero Madeleine... ¿Has olvidado?. Que triste»
Es un susurro que no logra escuchar al estar perdida recordando lo que olvidará en unas horas.
Y es por eso que decide tomar un cuaderno y escribir mientras recuerde, los sueños para Madeleine...