Un sueño perdido

Capítulo 1:¿ Dónde está mi hija?

Natasha
Dinero, poder, respeto, tengo eso y mucho más, tengo todo aquello que cualquiera desearía, tengo belleza e inteligencia, todos me llaman perfecta, lo que muchos no saben es que me falta lo más importante, aquello que siempre desee tener, aquello con lo que soñaba y que un día casi lo llegué a tener, pero no pude ni cogerlo en mis brazos, hablo de mi hija, me falta esa bebé que llevé 9 meses conmigo.

HACE 5 AÑOS:

Me sostengo de la mesa, los dolores ya no los soporto, sé que viene, mi hija ya viene y no puedo detenerlo

— Ryan, Ryan—grito fuerte, y acaricio mi vientre—aguanta bebé, aún estamos en casa mi preciosa

— ¿Qué sucede?—Ryan, mi esposo llega a mi lado, al verme se asusta y me sujeta—Nati que pasa mi amor?

— Ya viene, nuestra hija

— Dios mío — él sonríe como bobo y me mira feliz—Llamaré al chófer, llamaré a todos — Dice y sale corriendo.

El viaje al hospital se me hace eterno, no paro de gritar por los dolores, estoy feliz, mi preciosa niña ya llega, pero los dolores son insoportables. Ryan grita cuando llegamos y los doctores en seguida corren y me suben a una camilla, mi esposo sujeta mi mano todo el tiempo hasta que ya no lo dejan seguir conmigo. Me inyectan algo y poco a poco siento que mis párpados pesan, voy a dormirme y lo hago sonriendo, sabiendo que cuando despierte mi niña estará en mis brazos.
Despierto algo desorientada, me duele todo, miro a mi lado y veo ahí a mi madre sosteniendo mi mano, yo sonrío

— Donde está, mamá? quiero tenerla conmigo — Le digo, ella no sonríe, y acaricia mi rostro, tampoco me dice nada y yo la miro confundida

— Mamá, quiero ver a mi hija, quiero tocarla— Digo con la voz quebrada

— Hija — Dice mi madre y comienza a llorar, yo estoy desconcertada

— Mamá donde está mi hija?— vuelvo a preguntar casi en un grito

— Lo siento mi niña, ella, ella — Natalia, mi madre me da la espalda, yo siento ya que mis lágrimas corren por mis mejillas

— Quiero ver a mi bebé, yo quiero — intento levantarme, pero el dolor me lo impide, mi madre me sujeta y llama a los médicos — responde mamá, ¿dónde está mi bebé?

— Lo siento Natasha, ella murió — Dice mirando mis ojos, yo siento que mis lágrimas me queman, comienzo a gritar, a llorar, la empujo intentando llamar a los médicos, necesito una explicación, necesito ver a mi hija

— Mentira — grito y la empujo, caigo al suelo sin poder sostenerme, los médicos llegan, me sujetan e inyectan algo y todo se vuelve oscuridad.

***

PRESENTE:

Cuándo mi hija murió los médicos dieron miles de explicaciones, yo no escuche ninguna, estaba perdida, ellos hablaban, pero yo ya no escuchaba, me dijeron que había nacido sin vida, que no habían podido hacer nada.

Pase muchos días en el hospital, pase un año para volver a hablar porque no podía pronunciar palabra, estuve tres años viendo psicólogos, pero ninguno sirvió para aliviar mi dolor. En esos años mi matrimonio se rompió, Ryan y yo nos divorciamos, y nunca entendí como él pudo superar tan fácil el no tener a nuestro bebé con nosotros.

Hace cinco años yo era distinta, hace cinco años era buena, amable, agradable y cariñosa, ahora soy otra, totalmente diferente, tengo 30 años, ahora soy fría, calculadora y manipuladora, no dejo que nadie se acerque a mí, no amo, mi corazón está cubierto de hielo y un muro me divide del resto del mundo, impidiéndome sentir afecto por las otras personas.

— Señorita Miller—mi secretaria llega a donde estoy y entra conmigo a mi oficina— a las diez tiene reunión con los de diseño, a las 2 tiene una junta con el señor Lord, a las 5

— Olivia —la interrumpo y la chica me mira— tráeme un café

— Si señorita — Me dice y sale de mi oficina.

Soy la dueña de una gran agencia de bodas, creamos bodas perfectas, los novios solo llegan, nos dicen lo que quieren y nosotros buscamos todo, los lugares, las comidas, los pasteles, los arreglos y hasta los vestidos. También diseñamos los vestidos de novia, los novios solo escogen entre las posibilidades que le damos lo que más les gusta. Nunca digo que es imposible conseguir algo porque yo, lo consigo todo. Mi agencia se divide en varios campos, todos tienen un jefe, los cuales solo me obedecen a mí, está donde se realizan los postres, esos pasteles perfectos para boda, está el de la ropa, los arreglos, la fotografía, hacemos todo nosotros mismos sin necesitar de otras empresas, no me gusta depender de nadie.

— Hola Natasha—Alexia, mi amiga, la encargada de los postres entra a mi oficina— ¿qué tal todo?

— todo bien, ¿cómo va la boda?

— Perfecta, ya los novios escogieron el pastel que querían y debo decir que me quedó perfecto, me esmeré como nunca

— tú siempre sorprendes a todos Lexi— Digo y ella sonríe

— Nati, Alexia, que bueno que las encuentro — Mariano entra casi corriendo a mi oficina y se sienta, nos mira a ambas más que preocupado, él es el encargado de enseñar los lugares a los novios para que elijan donde hacer su boda si estos vienen a nosotros sin ninguna idea.

— Qué sucede Mariano?—pregunto sin mucha emoción en mi voz

— Es Patrick, ha renunciado y la boda es en pocos días — Dice casi chillando, Patrick era nuestro fotógrafo

— No puede renunciar, tiene un contrato firmado— Digo sin interés alguno

— Si bueno, pues ya no quiere trabajar con nosotros

— por qué? — pregunta Alexia asombrada— somos los mejores, somos famosos en todo el mundo, hasta los dioses quieren trabajar con nosotros

— Bueno, dice que no le gusta el ambiente de trabajo— responde mirándome a mí y se a lo que se refiere

— Aaa ya— murmura Alexia

—¿No le gusto yo?—pregunto haciéndome la sorprendida, pero no me sorprende, a casi ninguno de nuestros empleados le caigo muy bien, solo soy profesional, no soy un derroche de amor

— Lo trataste mal Nati, le hablaste feo— Contesta Alexia

— No me gustaron las últimas fotos que hizo, solo le reclame un poco, nada más, no cumplió con mis expectativas ni las de mis clientes

— Lo humillaste frente a todos— murmura Mariano en voz baja

— Hablaré con él —Digo y mis amigos sonríen, ¿acaso piensan que pediré perdón?

— Bueno si te disculpas él jura quedarse — comenta Mariano y yo sonrío, ¿qué diablos se cree el imbécil del fotógrafo? ¿ Disculpas? ¿acaso no me conoce? bueno, ahora va a conocerme.



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En el texto hay: romance, secretos, niña

Editado: 11.03.2023

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