Prologo.
HACE 5 AÑOS.
Un nuevo día comienza, oigo el cantar de los pájaros y sonrío. Hoy siento que sera un gran día.
Pero la paz no dura para siempre, mi mamá me despierta a las 9:00 de la mañana.
— ¡Katherine despierta ya! —me grita mi madre entrando a mi habitación
—Mama estoy despierta—le digo, bostezo y me estiro en la cama
—Levántate para desayunar—me dice antes de salir de mi cuarto
Me levanto y de pronto recuerdo que hoy es un día importante, hoy me le voy a declarar a Aitor, el chico que me gusta.
— ¿Qué hay de comer? —pregunto entrando a la cocina
—Cereal—me responde
Me siento en una de las sillas del comedor esperando el desayuno, Gabriela baja las escaleras bostezando. Ya se despertó mi prima.
—Hola Katherine—me saluda frotándose los ojos tratando de alejar el sueño
—Hola Gabi—la saludo de vuelta— ¿Dormiste bien?
—No, esos estúpidos vecinos les dio por arreglar su casa en la madrugada
Yo rio un poco, no escuche absolutamente nada. Duermo como un bebe.
—Ya está el desayuno, Kat—mi madre pone frente a mí un plato y procedo a comer.
***
Estoy lista para irme a clases, estoy muy nerviosa porque sé que hoy le voy a decir todo lo que siento a Aitor. Sonrío de solo pensar en el.
Cuando llego al liceo lo primero que hago es buscar a mis dos amigas, Jasmine y Yamileth.
A Yamileth la conocí hace 6 años, en la escuela. No hablaba demasiado con ella, sin embargo en el liceo resulta una buena compañía.
En cuanto a Jasmine, la conocí aquí, me cae bien y es una buena persona. Aunque todavía no la considero una amiga verdadera.
—Hola Yamileth, Jasmine—las saludo
—Hola Kathe—me saludan— ¿Estas lista para el día de hoy?
—Estoy lista—sonrío y continuamos hablando de temas triviales. Cuando llega la hora subimos a nuestra primera clase.
Castellano es una de mis clases favoritas, me gusta mucho y soy muy buena en ella. Además el profesor explica muy bien y es muy relajado.
El profesor Wilson es bastante joven, tiene apenas 28 años, pero sabe bastante. Su clase es muy divertida.
—Buenos días, el día de hoy vamos a hablar de los sufijos y prefijos—anuncia
Sonrío mentalmente, este tema me lo explico hace mucho tiempo mi prima Miranda.
***
—Ya pueden salir—dice, todos salimos apresurados. En especial yo.
Llego la hora.
Necesito buscar a Aitor.
Bajo las escaleras y lo encuentro en su salón, me pongo nerviosa de solo verlo, no sé cómo va a reaccionar. Tengo miedo.
— ¿Estas nerviosa? —pregunta Jasmine sonriendo
—Demasiado
Las manos me tiemblan, miles de pensamientos cruzan mi mente. Trato de tranquilizarme pensando que cuando le diga lo que siento me sentiré mucho mejor.
Parece que el no va a salir rápido, así que camino por el liceo, los pasillos están solos y lo agradezco ya que puedo caminar y pensar.
Ayer pensé en cómo le diría todo, pero justo ahora no se qué hacer. Lo hare como me salga.
Voy a tomar aire fresco y en eso me encuentro con mis amigas, corren emocionadas hacia mí y yo ya sé lo que vienen a decirme.
—Ya salió Kat—me dice Andreina, una chica que estudia con él.
Los nervios me embargan una vez más.
—Mejor se lo digo después—digo
—No, lo vas a hacer ahora mismo— Me dice Paulina, la conozco porque al igual que Yamileth estudio conmigo.
Ella me agarra del brazo y me obliga a subir las escaleras. Opongo resistencia, pero entre todas logran empujarme hasta subir las escaleras.
No tardo en encontrar a Aitor, su cabello esta tan desordenado como siempre, pero me encanta eso de él. Amo su aura despreocupada.
Yo camino hacia el con falsa seguridad, tratando de no mostrar mis nervios. Pienso una vez más en cómo se lo diré, pero decido no darle mas vueltas a eso.
Se lo diré como me salga.
Aitor me mira y Andreina me pone frente a él ya que yo no puedo ni mantenerle la mirada.
Miles de mariposas revolotean en mi estomago cuando miro sus ojos, observo sus pecas y sus lindos labios.
—No me dejes sola—le susurro a Andreina, pero ella se aleja sonriendo.
Yo inhalo tratando de tranquilizarme un poco. El solo me mira esperando que hable.
—Hola—es lo único que digo, automáticamente me arrepiento.
¡Dilo ya!
—Olvídalo—es lo último que le digo y huyo como puedo, en el camino encuentro a mis amigas.
— ¿Qué te dijo?—pregunta Paulina
—Nada, no le dije nada—digo bajando la cabeza
Soy una estúpida, pero la cobardía me gano y finalmente termine huyendo.
—Oh Katherine, debiste decirle algo—caminamos por los pasillos y nos detenemos en la puerta de algún salón—Ahí viene
Yo volteo y veo que Aitor viene hacia mí, los nervios vienen una vez más. No puede ser, quiero decírselo pero a la vez tengo miedo de lo que pueda pasar.