Un Toque Dulce.

Capítulo 8. Una oportunidad.

Jin.

¿Lo peor de no poder dormir por miles de cuestionamientos en tu mente?

No saber cuál de ellos, es el principal causante.

Juro que ayer no pensé en nada malo, negativo o deprimente, mi mente estaba en blanco, y, aun así, no pude dormir cómodamente. Daba vueltas sin conciliar el sueño, y cuando lo hacía, un ruido inesperado me despertaba. Era un ir y venir que me tuvo como loco hasta las tres de la madrugada, que fue cuando pude tener un sueño decente.

Un sueño decente, es aquel que no me tiene abriendo los ojos cada cinco minutos, pero ni aun eso hace que no me sienta desorientado, de mal humor y cansado. Son las seis de la mañana, no he desayunado más que un café y aquí estoy, con Yoongi para terminar de grabar mis partes para el nuevo álbum.

–Luces terrible, Jin. ¿No pudiste dormir bien anoche? –preguntó él, moviendo algunas cosas en su teclado.

–Me quedé jugando hasta tarde –mentí, tallando uno de mis ojos, reprimiendo un bostezo.

–Deberías dejar de hacerlo por un tiempo. Nos esperan semanas agitadas, así que te recomiendo descansar muy bien.

–Tú tampoco luces con buena cara –señalé, haciendo que sonriera levemente.

–Me entretuve con algo en la noche. Cuando me di cuenta, ya estaba amaneciendo.

–¿Y te atreves a darme ese consejo?

–Sí, porque estoy más acostumbrado que tu –aseguró, dejando de teclear –. Estoy listo para grabar tus tomas –asentí ante su orden, entrando a la cabina.

Aun cuando mi ánimo no era el mejor, hice mi mejor esfuerzo por dos razones. Una, no quería trabajar más de lo necesario. Dos, siempre me esfuerzo en dar lo mejor en mi trabajo, de aprender cada día y avanzar a un nuevo nivel. Tal vez cantar no haya sido mi sueño principal, pero me gusta, y al parecer, hay personas a las que les gusta mi voz, lo que hace que no me hunda más de lo necesario.

Creo que estuve unas tres horas encerrado ahí, repitiendo algunas tomas con Yoongi y mi coach vocal, descansado en momentos y refrescando mi garganta. Lo bueno de todo el esfuerzo, fue que logramos avanzar dos pistas, lo que es muy bueno, porque si adelanto trabajo, tendré tiempo libre para mí.

–Muy bien hecho, Hyung, hoy avanzamos mucho –felicitó Yoongi, palmeando mi hombro, saliendo juntos del estudio de grabación.

–Eso es una buena noticia, aunque siento la garganta algo seca –murmuré, acariciando mi cuello.

–Cuida eso, no queremos que tengas dolor en la mitad de grabaciones.

–Sólo necesito agua y descanso, no te preocupes –aseguré, cubriéndome con la capucha del suéter y una mascarilla.

Yoongi sólo se puso lentes de sol, dejándose la gorra que tenía. De ese modo, salimos al exterior. No avanzamos ni un metro, cuando una cabellera rojiza llamó mi atención.

–¿Kate? ¿Qué haces aquí? –pregunté confundido, bajando la mascarilla para que me escuchará.

–Vine a buscarte, Anya me dijo que estarías aquí.

–¿Por qué?

–Tenemos que hablar –aseguró.

–Uh, eso se escucha interesante –intervino Yoongi, quitándose la gorra, para ponérsela a Kate –. Les sugiero un lugar con un mínimo de gente, para evitar interrupciones innecesarias.

–¿No vas a venir? –pregunté confundido.

–¿En algún momento fui mencionado? Ceo que no, por lo que no se requiere mi presencia. Me retiro de aquí, avisaré que llegarás tarde, y no te preocupes –dijo con una leve sonrisa, dirigiéndose hacia Kate.

» Le daré a Bigotes tus saludos, un placer verte de nuevo.

–Nos vemos, Yoongi. Gracias por la gorra, te la devolveré.

–Quédatela, de seguro te la mereces –aseguró, yéndose con uno de los guardaespaldas.

–No esperaba tener una gorra del mismísimo Min Yoongi –expresó Kate con emoción.

–No todos tienen ese honor –suspiré, girándola a ver –. ¿Desde cuándo tenemos algo de qué hablar?

–Más o menos, desde que me contestaste mal, pero necesitaba pensar con cuidado mis palabras.

–¿Vas a darme alguna clase de discurso sensiblero?

–Algo así.

–¿Es muy necesario que lo escuche?

–Por supuesto –respondió.

Evalué con cuidado mis opciones. Si no escuchaba sus palabras ahora, tendría que hacerlo más adelante, porque si de algo estoy seguro, es que ella es demasiado insistente. Mejor escucharla ahora, que alargar una agonía innecesaria.

–De acuerdo, voy a escucharte –acepté por fin.

–Buena elección. Ven conmigo –pidió, señalando un camino.

Acomodé mi mascarilla, siguiéndola hacia el lugar que me llevaba. No sé qué me dirá, pero debe ser algo que me haga reflexionar, aunque igual no estoy seguro, sólo me queda esperar a ver qué sucede.

•••••

–Entonces, ¿aquí me vas a dar la charla motivacional que me hará cuestionarme mi existencia? –pregunté, cuando llegamos a una playa cercana, exactamente en un acantilado, teniendo una buena vista del mar.



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En el texto hay: esperanzas, amor, bts

Editado: 02.02.2021

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