Un Toque Dulce.

Capítulo 23. "Se mi chica".

Jin.

Se supone que debería seguir durmiendo, pero unos maullidos me hicieron abrir de a poco los ojos, notando que Bigotes estaba recostado en la almohada libre de mi cama, mirándome fijamente, mientras se estiraba. Pocas veces entra en mi habitación, ya que se la pasa más tiempo en la habitación de Yoongi, JungKook o Hobi, quienes son los que más lo consienten, así que me pongo a pensar en cómo logró entrar, sin que me diera cuenta.

Mi única explicación, es que ayer al entrar, no me di cuenta de que pasó entre mis piernas, algo que hace de manera repetitiva y que Anya odia, ya que la hace tropezar, para no pisarlo, y como me quede dormido tan rápido, no le preste atención a su presencia. Observe al gato, que se estira, acurruca y restriega en mi almohada, como si quisiera impregnar su olor, lo que me hace reír. Me estiró un poco, incorporándome hasta quedar sentado en la cama, para tomar al gato y dejarlo en mi regazo.

–Buenos días, amigo. ¿Qué tal dormiste? –pregunté, acariciando detrás de sus orejas.

Un “miau” fue su respuesta, acurrucándose en mi estómago, ronroneando en el proceso.

Sonreí con nostalgia, hace un tiempo que no tengo una mascota, para hacerle mimos y hablarle de manera cariñosa. Contrario a lo que debería ser su especie, Bigotes es muy cariñoso, sociable y juguetón, incluso con otras especies, suele jugar demasiado con Yeontan. Además, parece tener una especie de radar, porque cuando alguien se siente desanimado, va con esa persona, para tratar de animarlo, así que hoy, me toca a mí disfrutar de eso.

Mi falta de desánimo, se debe a que fueron días pesados, complicados y difíciles. El secuestro de Anya y Rosie, como Meredith fue al rescate, la llamada de JungKook para que fuéramos al hospital, el relato de Anya sobre lo que pasó, escuchar la grabación de esa mujer, el estado de salud de las tres chicas. Uff, demasiadas emociones.

Afortunadamente, ya todo a terminado, ahora, Meredith y Rosie están en casa de Young Mí, buscando una nueva casa donde vivir, mientras que Anya se está quedando aquí, con JungKook, porque el niño fue lo suficientemente terco para no dejarla a ir, sobre todo, que necesita reposo por sus heridas. La niña nunca lo va a admitir en voz alta, pero agradece no estar sola, pues ya comenzó a sentir el miedo que se negó a experimentar en el momento.

No creo que pasáramos por situaciones así, pero la vida llega a sorprenderte de muchas formas. Aun cuando parece que todo está tranquilo, recuerdo que Kate me comentó el problema que sucede en su trabajo. Se veía triste, ese lugar significa mucho para ella, y sé que más por sus jefes, pues no le importa quedarse sin empleo. Afortunadamente Michael, el tío de Meredith, la está ayudando en eso, pero, aun así, quiero aportar algo para hacerla feliz.

Hacer algo especial para ella se ve como una buena idea, sobre todo, algo que empecé a planear antes de que todo esto explotará. ¿Sería buena idea adelantar la fecha? Lo pienso un poco, mirando al felino en mis piernas.

–¿Qué dices, amigo? ¿Adelantamos el plan? –pregunté, como si me fuera a dar alguna clase de respuesta, pero sólo se restregó más a mi estómago, maullando con suavidad –. Voy a tomarlo como un sí –me reí, dejándolo a un lado, para ir al baño y asearme un poco.

Cuando terminé, me dirigí a la cocina, para comenzar con la fase uno de mi plan. Como si de una sobra se tratara, Bigotes me siguió, quedándose conmigo en la cocina. Le di sus respectivas croquetas, por si ya tenía hambre, llamando rápidamente a Kate, para saber si estaba libre.

–¿Hola? –respondió de manera adormilada.

–Oh, lo siento. ¿Te desperté? –pregunté apenado, pues no me fije en la hora.

–No, hace cinco minutos desperté, pero no me he levantado de la cama –se rio –. ¿Pasa algo?

–Nada grave, sólo quería saber si estas libre hoy.

–¿Para?

–No voy a decirte, es una sorpresa –respondí, escuchando un jadeo.

–¿Vas a darme una sorpresa? ¡Amo las sorpresas!

–Eso no lo sabía, pero gracias por el dato –murmuré, pasando una mano por mi cabello –. ¿A qué hora paso por ti?

–Puede ser al medio día, hoy no trabajo.

–De acuerdo, paso por ti a esa hora.

–Bien, pero, ¿debo ponerme bonita? –jugueteó, haciéndome reír.

–No seas ridícula, tú ya eres bonita –la halagué.

–Sólo por eso, aceptaré tu insulto. Voy a colgar, debo prepararme.

–Nos vemos más tarde –me despedí, colgando la llamada.

Despegué el celular de mi oreja, ahora sí, para mirar la hora. 9:15 de la mañana, no tan temprano como creí, pero tampoco muy tarde, un horario perfecto.

–Bien, Bigotes, hoy tu serás mi ayudante –le dije al gato, agachándome para acariciar su cabeza –. Vas a ayudarme a hacer algo especial.

Él pareció aceptar mi propuesta, alejándose de mi tacto, para saltar a la mesa, como si esperara alguna clase de orden. Me reí, caminando al refrigerador, para tomar algunas cosas que iba a necesitar. Prepararemos esto con la dedicación que merece, hagamos un toque dulce de esto, el más dulce que Kate haya tenido.



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En el texto hay: esperanzas, amor, bts

Editado: 02.02.2021

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