Un Toque Dulce.

Capítulo 25. Bonitos descubrimientos.

Kate.

–Hola, Kate. Bienvenida –me saludó Michael, el tío de Meredith, cuando me abrió la puerta de su casa.

–Hola, disculpa por la tardanza, había un poco de tráfico –me disculpe, entrando a la casa.

–No te preocupes. ¿Trajiste los documentos que te pedí? –preguntó, ofreciéndome asiento.

–Sí, están todos en esta carpeta –le respondí, entregándosela.

–Bien. Explícame de mejor modo, que pasa con esto.

Asentí, contándole todo desde el principio. Me hace preguntas sobre la situación, los dueños, como llegó el aviso, todo, mientras hacía pequeñas anotaciones en una libreta. Al principio pensé en ir con la pareja de abogados, pero el primero ya me ha ayudado y la segunda ha estado ocupada con otros casos que tiene. No digo que Michael no sea capaz, es que no sabía que él también era abogado.

Mientras parece leer los papeles, mi mente viaja al día en que Jin cenó conmigo y mi papá. Las palabras de Jin aún me conmueven, las de Jin me sorprenden. La cena fue un completo éxito, me encantó y me gustaría tener más días y noches así, disfrutando de nosotros, de nuestra relación, pero no va a ser siempre o todos los días, así que procuraré disfrutar al máximo aquellos que tengamos. De pronto, una silueta llamó mi atención, viendo a Lucy entrar a la sala.

–Hola, Lucy –saludé, llamando su atención.

–Kate, no esperaba verte –respondió, acercándose un poco.

–Vine a ver a Michael, pero puedo quedarme contigo y darte la receta del pay de manzana que tanto quieres.

–De acuerdo. Michael, ¿está bien si llevó a Kate a mi habitación?

–Claro, no tengo ningún inconveniente.

–Gracias. Ven conmigo, Kate –me invitó.

Subimos las escaleras para llegar a la planta alta y dirigimos a su habitación. Era bastante sencilla, con poco color, pero lo que más me asombro, fue que estaba repleta de libros. Nunca había visto tantos libros en un lugar que no fuera una biblioteca o estudio, es increíble, y al parecer, aún no termina de arreglarlos, veo que todavía tiene algunos en cajas.

–Wow, sí que tienes muchos libros –señalé de un modo muy obvio.

–Son sólo algunos de los que tengo. A Michael le gusta regalarme libros y a mi leerlos.

–Debes ser una devoradora de libros.

–Más o menos –murmuró, buscando hoja y lápiz.

Lucy no es una persona de muchas palabras, pareciera que ni le gusta socializar, pero puedo tomar como una señal de que le agradó, el hecho de que me muestre su cicatriz. Siempre la oculta con su cabello, un largo y precioso cabello negro, brillante y suave, parece salido de algún comercial de shampoo que promete dejártelo del mismo modo, sólo que ahora está recogido en una coleta alta.

Debe ser difícil para ella tener esa cicatriz y no expresar en su totalidad toda la belleza que tiene, porque a sus diecisiete años, Lucy es realmente hermosa. Sus rasgos asiáticos la hacen ver delicada, dulce, inocente, su piel parece porcelana blanca muy bien cuidada, y eso que no está usando maquillaje. Por las leves señales que me da su cuerpo, intuyo que en el futuro tendrá una preciosa figura que nada tendrá que envidiarles a las modelos, y, por si fuera poco, tiene una preciosa personalidad, un poco reservada, pero chispeante, amable y dulce.

Ahora, con respecto a su cuello donde se encuentra su cicatriz, debo decir que es uno de los cuellos más bonitos y elegantes que he visto, y aunque no soy de la persona que ve los cuellos de las personas, el de Lucy es muy llamativo. Largo, delgado, precioso, de seguro lucirían geniales las joyas, camisetas sin cuello y de tirantes, ni siquiera su cicatriz parece opacar esa belleza que tiene, la hace más interesante, aunque ella no parece creerlo del todo.

–Listo, puedes comenzar a decirme los ingredientes –anunció, por lo que asentí hacia ella.

Me senté a su lado en la cama, diciéndole como tenía que hacer el pay. Parecía que estaba emocionada, por lo que sé, a ella le gustan mucho las manzanas, así que estoy feliz de darle la receta y algunos consejos, para que le salga deliciosa. Cuando terminamos, le pregunté sobre uno de sus libros, la portada me llamó la atención, a lo que ella comenzó a darme una gran reseña del libro. Estaba impactada de lo que veía, estaba tan emocionada, habladora y feliz, creí por un momento que estaba soñando o algo así.

No sé si fueron las ganas tan grandes con las que me dio la reseña o que cosa, porque en verdad me interese más por el libro, así que se lo pedí prestado para leerlo, a lo que acepto, siempre y cuando asegurará que lo cuidaría bien, dijo que sus libros son algo muy especial y preciado para ella. Obvio que se lo prometí, entiendo lo significativo que es, así que tendré mucho cuidado. En ese momento, Michael me llamó, así que luego de despedirme de Lucy con un abrazo (aprovechando que estaba de buen humor), fui a verlo, esperando ver esa actitud suya más seguido.

–¿Muy lindo su momento? –preguntó curioso.

–Por supuesto. Ella es una auténtica devoradora de libros, ¿no?

–Sí, adora los libros. Mi madre le inculcó ese amor, es algo que me gusta que tenga, le ayuda a ser más sociable, cuando le sacan un tema referente a eso.



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En el texto hay: esperanzas, amor, bts

Editado: 02.02.2021

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