Un Trago Amargo 1º

Los olvidados

4º Capitulo 

  • Sentado debajo de un mango - empiezo a cantar-  Debajo de un árbol de mango, Sentado me puse a pensar, Los arboles tenemos que cuidar, Nos dan frutas y sombras, ellos limpian el aire, también son las casas de muchos animales, hormigas, ardillas y orangutanes, loros, búhos y lindos, tucanes y me di cuenta que importante son los arboles, por eso los tenemos que cuidar.
  • Ey -nos gritan

 

Todos volteamos a donde proviene el grito y es mi tía que había regresado por nosotros y nos subimos al carro.

 

  • ¿Cómo se acordaron que se habían olvidado de nosotros? -pregunta mi prima
  • Pregunte algo y nadie contesto -explica mi tía- entonces voltee y no había nadie
  • Así que decidimos regresar -concluye mi abuela

 

Llegando de nuevo a casa de nana nos dicen que los tamales de elote ya están listos, así que nos disponemos a comer.

 

  • ¿Cómo te fue Cipriana con la machaca? - pregunta mi tía Nene
  • Bien
  • Se olvidaron de nosotros -digo tristemente
  • ¿Cómo que se olvidaron de ellos?-se burla mi tío Toño
  • Pues, pensábamos que estaban en el carro- empieza a explicar mi tía Cipriana

 

Termina de explicar lo qué paso, pero solo nos reímos, ya que esta experiencia que acabamos de vivir será otra anécdota chistosa para nuestras vidas.

 

Comienza a anochecer y eso solo indica que es hora de jugar lotería. Desde niños en mi familia nos enseñan a jugar la lotería, la baraja española, a campear, cuando llegas a la edad de 10-11 años te prestan un arma para practica tu puntería.

 

(…)

 

Papá esta vez desapareció toda la semana, mi madre cada vez se pone peor me grita, me golpea a cada rato, ya no lo soporto.

 

No sé porque mamá se pone histérica papá va a regresar así fue las veces pasadas.

 

  • Montserrat, ven aquí -grita mi madre desde la cochera
  • Ya voy
  • Es para hoy no para mañana

 

Siempre me desesperaba que dijera esas cosas, nunca esta contenta con las cosas que hago o digo, a demás tiene una obsesión con estar al pendiente de mí.

 

Al llegar me pide que la ayude a lavar la cochera. Al terminar de hacerlo regresó a mi cuarto a seguir viendo Netflix.

 

Al terminar la película que estaba viendo, apagó la televisión y me dirijo hacia ella cochera ya que se escuchaba música.

 

Si eres pobre te humilla la gente

Si eres rico te trata muy bien

Un amigo se metió en la mafia

Porque pobre ya no quiso ser

 

  • Ahora tiene dinero de sobra -empiezo a cantar a todo pulmón- Por costales le pagan al mes

 

Al ver a mi tío Bruno llegando me alegro, ya que eso significa que también vienen mis primos y lo compruebo porque encuentro a mis hermanos jugando con ellos. Yo soy la única nieta por parte de mi mamá, yo creo que por ese motivo mis gustos no son como los de mis compañeras del colegio a ellas les gusta jugar con Polly Pocket y a mi me gustan los carros, las motos todo lo que tenga que ver con adrenalina, en la música también es muy diferente yo escucho norteño y ellos reggaetón.

 

A pesar de ser diferente nunca e recibido burlas, en realidad tengo muchos amigos por mi forma de ser con las personas nuevas que conozco y con los que conozco desde que tengo uso de razón.

 

  • Hola -saludo a mi tío, quien se encuentra sentado en cajuela de su Pick up
  • Hola, ¿cómo estás reinita? -como soy la única mujer me tienen ese apodo
  • Bien tío, bueno iré con mis primos a saludarlos

 

Me dirijo donde se encuentran con una sonrisa en el rostro, ya que pasar tiempo con ellos es de los mejores momentos de mi vida.

 

  • Hola -digo al llegar
  • Hola -responden al unísono
  • ¿Quieres jugar con nosotros? -me pregunta mi primo Iann
  • Si

 

Juego un rato con ellos, vamos con mi abuela a pasar el rato ya que vive en seguida de mi casa.

Al atardecer ya empieza a oler a pan recién horneado y mi estomago empieza a reclamar comida, lo que prácticamente es pan. Así que decido ir hacia mi madre para pedirle dinero y permiso para ir a comprar pan.

 

  • Mamá
  • Aquí estoy, dime
  • ¿Me puede dar dinero para ir a comprar pan?
  • Si, agarra de la bolsa

 

Felizmente agarro la cantidad que me dice y voy con mis primos también a la casa donde hacen el pan.

 

  • Buenas tardes -saludo a los señores, quienes hacen el pan
  • Buenas tardes -responden al unísono

 

Comenzamos a elegir cada uno el pan que quería, pagamos y nos dirigimos de regreso a mi casa.

 

Al llegar el ambiente se siente tenso, busco a todos lados a mi mamá y no la encuentro así que supongo que se fue con mi abuela. Sin darle más vueltas al asunto, me sirvo un leche en un vaso y me siento en la encimera de la cocina junto con mis primos y mis hermanos.

 

Luego de un rato de pasar juntos en familia, escucho a mi madre llamarme pero no la encuentro, por lo que supongo son cosas de mi imaginación.

 

-¡Montserrat! -vuelvo a escuchar, por lo que compruebo no son cosas de mí imaginación al parecer.

 

Llego de donde el grito proviene y encuentro a mi madre destrozada llorando.

 

Me pongo en mil y un cosas que hice antes pero no se me ocurre que cosa mala había echo y ella lo había descubierto.

 

  • Tu.. tu -empieza a titubear- tu…
  • ¿Mí qué? -pregunto sacada de onda, porque no sé a lo que se refiere y me está asustando.
  • Tu papá …
  • ¿Mi papá qué?                




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