25 agosto 2016
Me levanté unas horas de las que normalmente me levantó para arreglarme e ir al aeropuerto debido a que tengo que ir a recoger un paquete que llega de Suecia, el cual mi tía me mando y así poder llegar a tiempo a al escuela.
Al salir del baño, abro mi closet pensando que ropa escogeré para ir a la escuela.
Estuve persiguiendo a la tutora bastante tiempo. Ya que no se encontraba en su oficina , la busque donde me dijeron, luego a otro lugar y así hasta que la encontré.
Sonriente me voy a mi salón y me siento en mi lugar asignado.
Elijo por ponerme una blusa rosa con flores, un pantalón de mezclilla y unos zapatos color maquillaje. Me dejo el cabello suelto, solo que lo acomodo para no traerlo todo esponjoso.
Vamos rumbo al aeropuerto y al llegar encontramos muchos carros haciendo fila esperando a su familia.
Ya van a dar las 7 y a esa hora entro a la escuela, así que mi madre decide llamar a la escuela avisando que llegaremos tarde, para que así nos dejen entrar.
Los carros comienzan a avanzar y al llegar a la puerta donde las personas que vienen en el avión que aterrizó salen, por lo tanto es por la que entro y al llegar casi a la puerta volteo a ver a dos personas y cuando reconozco a mi tía me alegro.
Nos dijimos al carro y subimos las maletas a la cajuela, yo voy en el asiento del copiloto, mi madre va manejando, atrás van mi tía con su esposo y mis hermanos.
Seguimos platicando durante el trayecto a la escuela. Al llegar me despido y me bajo. Me dirijo a mi salón y me desean un feliz cumpleaños.
Al terminar las clases, mi mamá nos recoge de esta y partimos a la casa de mi abuela materna. Ya no frecuentamos a mi familia paterna, puesto que prefirieron darle el lugar a la mujer con la que ahora vive mi papá que con nosotros, y eso no lo voy a perdonar. Pero como dice mi madre las cosas pasan por algo y es lo mejor estar así.
Al terminar de comer mi tía dice que hace falta algo, se levanta y se dirige al refrigerador donde veo que saca mi pastel favorito. Este es de pan marmolado, relleno de chocolate.
Prenden las velas y me cantan las mañanitas todos.
Todos soltamos la risa, ya que dijo todo lo que Rogelio dijo.
Pasamos un rato mas enseñándole español a mi tío y nos llega la noche.
No tuve tiempo de pensar que mi padre no me llamó para mi cumpleaños, pero al llegar a casa ya acostada en mi cama y mirando el techo, me puse a pensar.
¿Ya se olvido que tiene hijos?
¿Ya no me quiere? Si es eso. No. No. No, eso no puede ser, yo soy su niña, su gordita. No me puede olvidar ¿O sí?
Siento lagrimas caer por mi mejillas, me las limpio pero empiezan a caer más y más, hasta que ya no paran. Me acurruco en mi cama y poco a poco se me van cerrando los ojos.