15 de mayo 2018
Martes, bueno no tengo clases es bueno, pero lo malo es que tengo que seguir haciendo mi maleta y checar que nada falte para ir a comprar chucherías. Sigo haciendo el check list y al parecer no hace falta nada. Me dirijo al cuarto de mis hermanos para checar lo de ellos, echo a la maleta lo que les falta a cada uno; cada uno llevamos nuestra maleta, vamos a estar una semana en Nueva York. Primero partiremos a la Ciudad de México y de ahí partiremos a Nueva York.
Me dirijo al cuarto de mi madre para preguntarle sobre los pasaportes, para ya completar todo.
Subimos las maletas al carro y nos fuimos al super a comprar las chucherías.
(…)
Esperamos un rato y mi papá llega. Lo saludamos tímidamente, ya que la relación que tenemos con el no esta muy bien que digamos, después del pleito que tuve con el si lo mirábamos y eso; de vez en cuando. Pero la tensión se podía cortar con unas tijeras en este momento.
Se dirige a su carro y saca dinero para cada quien. Nunca e entendido porque mi papá siempre trae dolores, cuando vivía con nosotros había dolores en la casa y paconas de billetes en pesos mexicanos.
Nos despedimos de mi padre y nos dirigimos a la puerta de la entrada del supermercado, vamos a la sección de las Sabritas y lo demás que llevaremos. Cuando vamos saliendo Rogelio esta emocionado porque miro a papá, en cambio yo … yo no; para mi dejo de ser el superhéroe que todos los niños ven en sus, y duele. Duele porque mi papá siempre fue todo para mi, aunque nunca tuviera tiempo para nosotros, aprendi cosas de él y siempre tendré en cuenta que gracias a él soy buena con los números.
Llegamos al aeropuerto, bajamos nuestras maletas y mi mamá temerosa que mi hermano de 6 años vaya a viajar sin ella; es su hijo más pequeño y mi hermano nunca sé a separado de mi mamá. Nos dirigimos cada uno con su maleta a la puerta de documentación y en el camino me topo con Esteban un muchacho de prepa de la escuela que al parecer también asistirá al viaje.
Nos dirigimos con las encargadas del viaje para llenar una documentación y de ahí nos dirigimos a documentar.
Nos dirigimos a esta y cuando estoy acomodando las cosas en la caja para ponerlo en la banda Esmeralda me dice que si yo no soy la muchacha que vive en el mismo lugar que ella, a lo que yo respondo que si. Aveces uno se asombra de como la gente te ubica tan rápido.
Abordamos el avión y de aquí a la ciudad de México me toca con el esposo de la directora de la asociación. Me cayo bien, es demasiado platicador y bien sigue rollos.
Cuando checo que falta bastante tiempo para llegar, puesto que son dos horas de viaje. Decido dormirme; me acomodo en el asiento y saco la cobija que chiquita que uso para viajes de mi mochila. Siento como se me cierran los ojos y cuando menos acuerdo caigo rendida.