Un verano inolvidable.

Capítulo 6.

Capítulo 6:
 


 

[Chris]
 


 

—Creo que lo arruine... —digo apenas abro la puerta de la habitación y camino hacia la cama, donde me tiro hundiendo mi rostro en la almohada. 
 


 

Escucho su risa, luego lanza una maldición y entiendo que ha perdido en ese bendito juego; le he distraído. Estupendo. 
 


 

—¿Por qué piensas eso? —quiere saber y sé a la perfección que me esta mirando, esperando con ansias que le cuente todo. 
 


 

Giro mi rostro, quedando de lado y suelto un suspiro. 
 


 

—Le he dicho que me gusta —le cuento. 
 


 

Una sonrisa adorna su rostro y suelta un chillido entusiasmado. ¿En serio? Creo que le hace mal salir con Shelby Miller, de verdad os lo digo. Joder. 
 

 

—Pero creé que es una broma que he planeado con Kendall —su sonrisa se borra, entiendo la sensación; acabo de pasar por ello.

Mierda, quería que la tierra me tragase. ¿Qué había hecho? ¡Soy tan idiota! Luego que se lo dije, huyó de mí. Realmente piensa que bromeó y no quiero eso. Yo, de verdad me gusta. Más de lo que puede imaginarse y deseaba acercarme como no os hacéis una idea. Es la chica más guapa que he visto, cliché; lo sé. Pero en serio lo es, con su cabello rubio y esos ojos. Oh joder, sus ojos. Tienen un bonito color y llegan a mirarte con tanta intensidad. Váis a creer que soy alguna clase de acosador, pero me gustaba sentarme en la Biblioteca y observarle. Ya, entiendo; ha sonado muy loco. Y estuve así, viéndole a escondidas; un año entero. Era el único lugar al que le gustaba ir y con tal de estar cerca suyo; iba allí. 
 


Pero es la primera vez que me siento así, nunca me paso de querer conocer y acercarme a alguien, como me sucede con Dakota. Estoy jodido, muy jodido.

¿Pero como puedo hacerle entender eso? No ha querido oírme, quisiera matar al imbécil de Kendall. Gracias a él, ella piensa que le he hecho una puta broma. Maldigo el día que oyó aquello, ni siquiera acepté esa mierda. ¿En serio creé que puedo hacer algo así? Entiendo que mi reputación no sea la mejor, pero no soy tan hijo de puta como para querer jugar con los sentimientos de alguien.

—Por cierto, ¿qué le pasó a tu rostro? —curiosea, mientras le da un sorbo a una bebida que tenía encima del escritorio.

—Pelée con Kendall —respondo y veo su intención de hablar, pero le interrumpo—. Se lo merecía, por capullo. Hizo ciertos comentarios sobre Dakota, así que; acabamos en un pelea —resumo lo sucedido.

—En serio que no le entiendo, ¿qué problema tiene con ella? —inquiere, también se ha molestado y eso que no sabe que mierdas ha soltado. 
 


 

Me encojo de hombros, yo tampoco comprendo que pasa por su mente. Me gustaría, pero no lo he logrado aún. Solo sé que siempre busca una y mil excusas, para meterse con ella. ¿Acaso no podía ver lo maravillosa que era? ¿Acaso solo sabía comportarse como un imbécil? Había un sin fin de posibilidades y preguntas que quizá no podría responder. Una cosa era cierta: él disfrutaba haciéndole la vida imposible. 
 


 

¡Demonios! ¡Que le den por culo a Kendall! Tengo cosas más importantes por las cuales preocuparme, Dakota es una de ellas. ¿Cómo podría explicarle que mal entendió todo? ¿Qué nunca acepte dicha broma? Quise decirle, más no me dio oportunidad. Es una cabezota, que va; más que eso. En serio, ¿tanto costaba oírme? Resoplo frustrado, como quisiera volver atrás y detenerme, para no soltar esas palabras. Pero como algo tan pequeño, pudo lograr este enorme mal entendido. ¡A joder con todo! 
 


 

—¿Puedes dejar de hacer esos ruidos? Comienzas a asustarme —pide Austin y su cara de horror, logra que suelte una risa. 
 


 

—No hago ruidos raros —me defiendo. 
 


 

Él me mira como diciendo: “claro, idiota. ”
 


 

—Como digas, pero lo haces —me apunta con su dedo índice—. ¿Quieres que le pregunte a Shelby como puedes solucionar esto con Dakota? Ya sabés, son mejores amigas —sugiere y niego. 
 


 

—Yo me metí en esto y solito sabré como solucionarlo —respondo y me envuelvo en el acolchado, quedando como una oruga en su capullo. 
 


 

—Como gustes —resopla—. Eso sí, ¡bajate de mi cama! —chilla.
 


 

—¡No! —exclame, negando con frenesí—. Me quedaré aquí, fui rechazado; insensible de mierda —espeto, fingiendo que lloro. 
 


 

Suelta una risa y me imagino que esta moviendo su cabeza; en un gesto de negación por mis palabras. 
 


 

—Holland, te conozco; no quieres ir a casa y está bien, quédate —acepta y yo me límito a no responder. 
 


 

Tenía razón, no quería regresar a ese lugar al que debía llamar hogar. No lo sentía como tal, no desde hace un año o más. Pero lo mejor era no pensar en ello, no ahora; no en este momento. 
 


 

Cierro mis ojos e intento conciliar el sueño, era lo mejor. Por unas horas olvidaría lo sucedido con Dakota y cuando despertase, pensaría en como solucionar aquello. Y sí, sin demora caí en los brazos de Morfeo. 
 


 

(...) 
 


 

Camino de un lado a otro, intentando decidir que hacer. ¿Debía entrar y hacer como si nada? ¿Estará bien que utilicé una de sus mesas? ¿No sería incómodo? ¡A la mierda todo! Entraré allí, ocuparé una mesa e intentaré explicarle las cosas como son. 
 


 

Le diré que malinterpretó mis palabras, que no hay ninguna broma o apuesta de por medio; que mis sentimientos son reales. Que estoy estúpidamente atraído hacia ella y que tiene que darme una oportunidad para demostrar que no miento. Sí, eso haré. Joder, es más fácil pensarlo; que hacerlo. 
 



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En el texto hay: primeramor, verano, romance

Editado: 02.08.2021

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