Levanto la vista ante tal choque y lo que veo me deja impresionada. Un pelo rubio dorado con mechones negros, unos ojos verdes, labios carnosos y rojizos, piel visiblemente blanca, de unos 5’9 de altura y un cuerpo para morirse.
-Disculpa.-Le digo nerviosa.
-No pasa nada preciosa.- Dice el chico quien también habla español tan malo como Valentina.
-Bueno… si me disculpas..-Le digo y este me toma de la mano.
- ¿Una cerveza?- Dice con tono de súplica y yo caí dominada por esos ojos tan hermosos.
-Algo más fuerte, ¿Un whisky?-
-Lo que usted prefiera preciosa.- Y sus palabras no tardan en hacer mi cuerpo vibrar.
-Dos Whisky por favor.-Le dice al chico de la barra.- Tu, no pareces ser de aquí.- Ahora se dirige a mí.
-Mmmm, no realmente. Soy canadiense pero mi familia paterna es cubana. ¿Y tú?-Le pregunto curiosa.
-Yo nací en Estados Unidos, pero mi madre es cubana. Algo en común-Dice soltando una sonrisa, parece un Dios griego, o madre de Dios.
-Ya vez.- Digo tomando de un solo trago el Whisky.
-Uy, muy dolida, estresa o solo por diversión.-Pregunta curioso.
- Un mix de todas.- Contesto sonriente.
-Linda sonrisa.- Dice el.- Asiento.- Henry Williams, un placer.-
-Vanessa Quezada, mucho gusto.-Digo extendiéndole mi mano derecha.
-¿Cuánto tiempo te quedas por aquí?- Pregunta Henry.
-Solo tres días contando el de hoy.
- ¿Por qué tan poco?-
-Bueno, apenas cumplí los 18 años, mis padres me regalaron un viaje por todo el Caribe, después nos iremos a Puerto Rico, Haití y Republica Dominicana donde estaremos por tres semanas.
-¿Iremos? ¿Tú y tu novio?-
-¿Novio?, jaja temo que no, las nerd no solemos tener eso. Mis amigas y yo iremos de viaje.- Le digo algo apenada.
- Pues déjame decirte que han de ser muy ciegos en Canadá, que no se han fijado de tremenda belleza.- Sus palabras me sonrojan pero no sé si es el alcohol que lo hace decir tremenda locura.
-Gr... Gracias.-
-Nada de eso solo dije la verdad.- Cuando me fijo veo que ya llevamos varios tragos y mi cuerpo empieza a calentarse.- Vamos a bailar anda.-
-Eh, este, Henry yo no sé bailar, prefiero quedarme aquí.-
-Vamos, que eso no fue lo que vi hace un rato. Anímate, vamos.-Dice haciendo pucheros.
-Vamos.- Una vez en la pista me empiezo a mover a ritmo de la musica, Henry rodea mi cintura con sus manos y me guía.
-Gracias a Dios que no sabías bailar.-Dice a carcajadas.- Vamos a fuera, ya me está dando calor.-Musita, y puedo sentir su erección.
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Editado: 31.10.2019