Durante el almuerzo Henry y yo hablamos sobre todo, él tiene veintidós años y está estudiando Negocios Internacionales en una universidad de Massachusetts, vive con un primo y un compañero de la universidad. Quedamos en vernos en la noche, en la misma disco de la noche pasada, el llevara a los amigos y primos que están con él en el viaje y yo llevare a las chicas.
Llevo un vestido color dorado brillante, con unas zapatillas negras, el vestido lo llevo ceñido al cuerpo y esta vez llevo mi pelo suelto.
-Henry.- Digo al verlo- Te presento a mi amiga Cristine, Amelia, Valentina y mis primas Sara y Carla.- Digo señalándolas a todas.
-Mucho gusto, yo soy Henry, un placer conocerlas.- Ellos son mis primos Carlos y Manuel y el mi amigo Rodney.
-Bueno vamos a beber y a gozar que para eso hemos venido.-Dice Valentina tirándole el ojo a Manuel.
-Lo mismo opino.- Esta vez es Critine quien habla mirando fijamente a Carlos.
- Pues vamos.- Dicen al unisolo Carlos y Manuel.
-¿Whisky?- Pregunta Henry.
- Que sean dos.- Le digo.
- Como ordenes, preciosa- Dice sonriente.- Los demás están en la pista de baile, dando todo lo que pueden de ellos sumergidos en sus conversaciones, esta noche los novios de mis primas también están con nosotras.- Te puedo hacer una pregunta.- Dice un poco sonrojado.
- Claro, dime.-
- ¿Alguna vez has sentido la necesidad de estar cerca de alguien y no saber el por qué?- Me sorprendo ante tal pregunta.
- Si.- Digo solo pensando en el beso de la noche anterior.-Aunque yo nunca me he enamorado.-Le digo.
- Pero, si sintieras que deberías correr detrás de esa persona, ¿Qué harías?-
-Correría hacia esa persona.- Digo sin pensar las palabras que salen de mi boca.
-Podemos salir afuera.-Pregunta y asiento. La brisa de la noche arropa mi cuerpo, tan fresca la noche y cerca se siente el olor al mar.
- Que linda esta la noche.- Digo en un suspiro.
-No tanto como tu.- Puedo hacerte otra pregunta.-
-Claro.-
- ¿Por qué no tienes pareja?-
- Porque siempre fui la nerd de la escuela, sufrí mucho bullyng por parte de un chico de la escuela, a quien todos temían, nadie se atrevía a llevarle la contraria y se hacía lo que él quería. Además, quien se fijaría en alguien como yo, nadie.
-Tienes que estar muy loca para pensar algo así, no te ves, eres hermosa, tienes un cuerpo de madre, unos ojos que enamoran a cualquiera y eres así, dulce, tierna. Eres perfecta para cualquiera.- Dice y me sorprendo, nadie nunca me había hablado así.
-¿Y tú?-
-Ella me engaño con mi mejor amigo.-Mis ojos se abren a punto de salirse.- Un día llegue a casa y la encontré en mi cama con mi mejor amigo.- Dice tragando con dificultad.
-Lo siento por preguntar.-Digo algo apenada.
-No importa.- Tras esa ruptura nunca más volví a tener a nadie más en mi vida, me deprimí a tal punto que atente contra mi propia vida, con 19 años me mude con ella a Boston, mi mejor amigo era como mi hermano, crecimos juntos desde niño y ella lo era todo para mí. Sabia como manipularme, sabia como controlarme, pero algo me sospechaba, ella no era la misma, un día me fui a mi trabajo como de costumbre, lo único que ese día regrese a casa antes de la hora de costumbre, cuando abrí la puerta escuchaba gritos y según me fui acercando mejor escuchaba que eran gemidos, pensé antes de abrir la puerta y cuando la abrí, ahí la vi, encima de mi amigo, gimiendo su nombre a toda altura. Lo golpee tanto que tuvo que ir al hospital, lo ingresaron por varios días y mi familia tuvo que pagar los gastos. Ella simplemente se burló de mí, diciendo que él le daba lo que yo no podía, que me aborrecía y solo me quería por dinero.
-Por favor Henry no sigas.- Le digo y siento mis lágrimas correr.
- No, tienes que escucharme. Yo luego de eso, intente suicidarme, atente contra mi vida, tome un pote completo de pastillas para el sueño y quien me encontró fue Manuel, mi primo, me hicieron un lavado de estómago y gracias a eso estoy hoy aquí. Vine a Cuba ya que mi madre insistió al igual que mis primos, desde hace más de dos años no salía a ningún lado, solo me enfoque en la universidad la cual estoy ya próximo a graduarme y en mi trabajo. Pero ese día te vi en la discoteca, tan inocente, tan linda, te vi ahí en la pista y desde entonces no te puedo sacar de mi mente. Que es rápido, si, demasiado, solo dos días, pero me atraes, despiertas cosas en mí que nadie nunca ha podido. Yo quisiera mantener contacto contigo.
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Editado: 31.10.2019