Un villano en Navidad

Capítulo 1

¿Ahora qué hacemos?

Mel

Despierto con el delicioso aroma de galleta de naranja y jengibre inundando mis fosas nasales, huele a navidad, un nudo se forma en mi garganta y mis ojos se cristalizan al recordar a mi abuela, la navidad era su época del año favorita, le encantaban los villancicos, beber chocolate caliente con malvaviscos y el olor a galletas recién horneadas, justo el que invade la estancia. Hace dos navidades que no nos acompaña físicamente, pero lo hace de forma espiritual. En su memoria borró de inmediato la sensación de melancolía recorriendo mi piel.

Dejó atrás la comodidad de mi suave cama y lo primero que hago es tachar con una gran X el número 20 en el calendario, estamos a tan solo cuatro días para la víspera de navidad y abrir los regalos, aunque para mí el regalo más importante sin duda alguna es la unión familiar, abrazar a mis padres y besar a mis hermanos.

Abro la ventana de mi habitación y los majestuosos copos de nieve adentrándose en la estancia me hacen saber que será un buen día. ¡Sin duda lo será! Al bajar a la cocina mi madre viste su pijama y un gorro de navidad. —Buenos días, mamita —Beso sus mejillas.

Coloca un gorro con mi nombre en mi cabeza. —Buenos días, pequeña estrella —Besa mi frente, sin esperar me entrega una taza de chocolate caliente y cinco galletas de jengibre, mis pupilas se vuelven acuosas, me recuerdan a la abuela, al morderlas saboreo con deleite el delicioso sabor de la navidad.

—Preparé para todos los chicos de la oficina. —Sonrió, lo más hermoso de esta fecha sin duda es dar sin recibir nada, a cambio, en nuestra familia donde comen dos, comen cuatro, así sucesivamente, el amor, la amistad y la unión familiar nos mueve, es el legado de la abuela, que se mantendrá vigente de generación en generación.

—Gracias madre les encantaran ¿Mi padre salió?

—Sí, desde muy temprano. Tu hermano te llevará a la farmacéutica. —Asiento llevando la deliciosa galleta a mis labios.

(…)

Mi celular timbra, lo primero que leo en la pantalla es Noel: El villano de navidad. —Mi estómago se revuelve y mi piel se estremece de miedo, ese hombre me da ansiedad, cierro los ojos antes de abrir el mensaje, me persigno y sin más tomo valor para leer el mensaje.

«Señorita Melanie, mi viaje queda suspendido, iré a principio de año a realizar la revisión anual»

«Entendido Jefe» —Respondí.

Mi corazón se agita de emoción. —¡Ahh no vendrá! —Grito eufórica. Me tomé una fotografía con el gorro que mamá me dio. «La navidad es hermosa, este año más todavía» Es mi pie de foto. —¡Gracias espíritu de la navidad! —Agradezco por este milagro que acaba de suceder, el señor pez gota no vendrá, es fanático del mar y odia el ambiente frío que le ofrece la ciudad. Cabe destacar que el pez gota es un animal marino poco atractivo, a primera vista es desagradable, a segunda vista más desagradable y a tercera vista peor.

Me despido de mi hermano, tomé el megáfono entre mis manos, la canasta llena de galletas y al entrar a la oficina empiezo a grita de emoción. —Pequeños duendecillos, les tengo una grandiosa noticia, el villano de navidad, Noel, mejor conocido como el anti-navidad, suspendió su viaje. —Como lo imagine todos saltan, aplauden y gritan con euforia, Noel es un hombre despreciable, aunque en el fondo me causa tristeza, se encuentra tan solo.

Sin embargo, recibir semejante noticia, es la mejor noticia que un mortal puede recibir en esta época tan hermosa, el anti-navidad de mi jefe no regresará este año, es decir, podremos celebrar las fiestas decembrinas sin preocupación.

La navidad es la época más hermosa del año, es ideal para dar y compartir en familia excepto para mi jefe Noel ¿Irónico su nombre no? El villano de la navidad, se ha ganado a pulso y con el sudor de su frente que sea catalogado de esa manera. Se ha dedicado a dañar año tras año nuestra celebración.

Soy su asistente desde hace tres años y trabajo en la farmacéutica desde hace cinco, cuando su madre dirigía su imperio, todos sonreían, las celebraciones eran las mejores, las luces de navidad alumbraban con gentileza cada espacio de la gigantesca estancia, amaba tanto la Navidad que nombro a su hijo Noel, sin embargo, su muerte repentina causo un cambio notable, todo se volvió gris.

Lorena salta a mis brazos —¡Qué gran noticia! El ogro no vendrá —El resto de mis compañeros siguen aplaudiendo con euforia. —Debemos alistar todo, pienso que lo mejor es hacer el compartir en el gran salón. —Tras años sin celebrar, esta será la mejor fiesta de todas.

—No se preocupen, me encargaré de los detalles. —Las chicas de mantenimientos llegan con grandes bolsas de adornos navideños, así de rápido, sin pedirlo, la emoción se apodera de todos, es que amamos la navidad.

—Es mejor hacerlo esta noche, no se le ocurra al villano aparecer de pronto. —Nos persignamos.

—Cancelado, el espíritu de la navidad le borrará el camino de su mente y a ti te congelará la lengua por decir semejante barbaridad. —Sonreímos ante lo dicho.

—Vamos a decorar Mel, armemos nuestro árbol. ¡Qué emoción! —La mañana trascurrió entre risas y algarabía, cada guirnalda colgada en la pared aviva esa armonía que se había perdido con el pasar de los años. Los villancicos de fondo y las bebidas achocolatadas hacen más amena nuestra preparación.



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En el texto hay: humor, navidad, jefe

Editado: 04.01.2023

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